Capitulo 16

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Mini Maratón 3/3

Al terminar de almorzar decidimos juntar los platos e ir a jugar al patio, luego de lo que pareció media hora de pequeños pleitos entre jugar a las escondidas o a las atrapadas, decidimos jugar a las dos pero empezaremos a las escondidas, por lo que ahora mismo me encontraba contando los números necesarios para empezar a buscar.

-...28, 29 y 30, ¡Listos o no, haya voy!.- Grito mientras que me alejó del árbol en el que estaba apoyada y escaneo el panorama con la vista, al ver que estaban bien escondidos decidí empezar a caminar mirando a todos los posibles lugares en los que se podrían esconder, porque si, si se escondían lo hacían juntos o en un lugar muy cerca del otro, por lo que gracias a ello era más fácil encontrarlos.

-Shh, Mami nos va a encontrar, shh.- Pequeñas risas y chillidos me hicieron saber donde estaban los pequeños.

-¿Dónde estarán, dónde estarán?.- Me hago la desentendida hablando con el aire, como si nos lo hubiese escuchado con perfecta claridad.

Camino lentamente haciendo resonar mis pasos por todos lados menos por donde puedo observar sus cabecitas asomarse, una vez pasaron varios minutos decido que tengo que encontrarlos o sino se van aburrir.

-¡Aja, los encontré!.- Grito parándome frente de ellos con los brazos extendidos, sus gritos y chillidos no se hacen esperar, así que dejándolos que corran un par de pasos decido que hoy si quiero ganar, por lo que empecé a correr, pero con lo que no contaba era que también estaba Jackson, así que cuando me di cuenta los niños estaban siendo levantados uno en cada brazo y llegando muchísimo antes que yo al lugar en el que estaba contando.

-Parece que le hemos ganado a Mamá, ¿Verdad pequeños?.- Pregunta con una sonrisa burlona mientras me guiña un ojo.

-Si mami, te ganamos.- Mia dice haciendo un baile de victoria junto con Jackson.

-Si mamita, tú perdiste.- Mateo se une al baile, lo que me hace soltar una carcajada limpia.

Estos momentos eran una caricia al alma, una de esas que calientan tu interior, como el calor de una estufa calienta en invierno, como los leves rayos de sol calienta levemente tu rostro, como la taza de café calienta tus manos, ese tipo de calor.

-¡Le toca a Jackson!.- Gritó con una sonrisa mientras lo señaló, los niños dejan de hacer sus bailes para ponerse a mi lado y asentir con emoción repitiendo un coro de "Sí, sí, sí".

Luego de un par de jugadas más a las escondidas, a las atrapadas y a las hamacas, decidimos que aprovecharíamos la poca luz de día que nos queda para jugar un poquito a la cuerda, así que Jackson agarró una punta y yo la otra.

-Soy la reina de los mares y ustedes lo van a ver. Tiro mi pañuelo al agua y lo vuelvo a recoger. Pañuelito, pañuelito, quién te pudiera tener guardadito en el bolsillo como un pliego de papel.- Los cuatro cantábamos sincronizados mientras hacíamos con la cuerda una "o" y los niños saltaban dentro con entusiasmo, al verlos tropezar con el otro decidimos hacer que cada uno salte individualmente por lo que cambiamos de canción.

-Soltera, casada, viuda, divorciada, monja, gitana, muchacha enamorada. Con un pobre con un rico, con un multi millonario. Casa, castillo, rancho, o conventillo, vamos a ver cuantos hijos tiene la hija del rey:1, 2, 3, 4, 5, 6...".- Le cantábamos a cada uno mientras estos saltaban, así estuvimos hasta que llegó la hora de entrar pues la luz solar ya escaseaba y la temperatura había descendido muy rápido.

-Vamos niños, lávense las manos.- Les indico mientras yo y Jackson nos lavamos las manos en la cocina.

-Si mami.- Dicen al unísono para luego salir corriendo.

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