Capitulo 35

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Esa horrible voz, ese horrible nombre, esa horrible persona. Ernesto, un nombre, siete letras y una parte de mi pasado tan brillante como oscura. 

Lo único bueno que había hecho ese hombre era haberme dado a mis preciosos hijos, nada más que eso, el amor con los años se volvió odio, a medida que crecía y maduraba me di cuenta de lo mucho que me hundió. 

Era mi pesadilla andante, la última vez que nos vimos fue luego de que me de una paliza que apenas podía levantarme, el se fue con una de sus conquistas y yo me quede sola, en un país completamente sola con dos bebes de casi un años y yo solo con dieciocho años, en esos momentos me arrepentía muchísimo de no tener a mis padres cerca, estaba segura que si estuvieran en el mismo lugar las cosas habrían sido diferentes pero no me arrepiento de nada ahora.

-¿Que quieres Ernesto?.- Le pregunté seriamente, Jackson se sentó erguido mientras su mandíbula se apretaba y escuchaba la conversación. 

-Tanto tiempo ¿No crees?, te extrañe Eva, los extrañe.- Comienza a decir, sin embargo lo corte antes de que siguiera.

-¿Que mierda quieres, Ernesto?.- Escupí su nombre con desagrado.

-Ay, parece que te volvistes más fiera, en fin, quiero volver a ver a mis hijos.- Demanda con seriedad.

-¿Que dijistes?.- La pregunta sale sola al creer que escuche mal.

-Quiero ver a mis hijos y quiero que mi mujer los conozca también, Martina no puede tener hijos y a mi se me escapó que tengo dos mini bastardos, así que ella los quiere conocer y yo los extraño ¿Que tienen cuatro años ya?.-Pregunta despreocupados, sin siquiera saber sus años de verdad.

-¡No puedo creer que me estés diciendo esto, de verdad, no puedo creer como no se te cae la cara de llamarme luego de dejarme sin nada, en la calle con tus hijos, no puedo creer que pienses que dejaré que uses a mis hijos como pequeños peones para simular una pequeña familia feliz, no puedo creer que seas tan hijo de puta como para creer que voy a acceder, te lo dije Ernesto, te dije que si nos íbamos nunca más regresaríamos y no te importo, eres una basura, eres una mierda y espero en lo más profundo de mi alma que te pudras en el infierno hijo de perra, no quiero verte en mi vida!.- Le grite mientras me levantaba del regazo de Jackson y terminaba la llamada bruscamente.

Mi respiración se vuelve superficial dándome la sensación de ahogo, mi pulso va más deprisa, una fuerte presión se encuentra en mi pecho, tan fuerte que pienso que me voy a morir de un infarto, siento el sudor corriendo por mi espalda y mis temblorosas piernas tratando de agarrarme de algo para evitar ceder, un dolor persistente en mi cabeza, el miedo a morirme está presente y la idea de que efectivamente voy a morir esta a la vuelta de la esquina tan cerca que la acaricio, de un momento a otro me veo a mi en tercera persona, con las rodillas en el pecho mis manos arriba de mi corazón, mi llanto incontrolable y a Jackson arrodillado a mi lado pidiendo que me calme. Volviendo un poco al entorno puede observar a Jack moviendo la boca diciendome cosas, pero se sentia com que si estuviera bajo el agua, lo escuchaba lejano, su toque no lo sentía y  mi visión fue nublada por puntos negros, trayendo paz con ella. 

Mis ojos volvieron abrirse, pero esta vez todo estaba con más calma, Jackson estaba a mi lado abrazándome como si fuese a desaparecer en cualquier momento, con lágrimas cayendo de sus ojos. Lentamente me levante un poco y limpie las lagrimas que decoraban su hermoso rostro.

-Dios, Eva, no sabes lo asustado que estaba.- Me dice mientras me atrae más a el y llora con más fuerza.

-Tranquilo amor, solo fue un ataque de ansiedad, los tenía seguidos antes, estoy mejor.- Le explico mientras envuelvo mis brazos alrededor de su espalda y nuca y lo atraigo a mis pechos.

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