Capítulo 37

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Pasaron dos días desde el mejor sexo de mi vida, me di cuenta que con Jackson en mi vida los juguetes sexuales no eran necesarios, el era todo en uno, el moreno no se comparaba a ningún otro con el que hubiera estado, aunque solo haya estado con dos personas los cuales eran mi ex novio y mi ex amigo gay, no juzguen, teníamos que comprobar que las mujeres no le gustaban antes de tirarse de lleno a los penes.  Volviendo a lo primero, con Jackson no necesitaba de otra persona ni de juguetes, el era suficiente para llenar todos los espacios en mi vida, en todos los aspectos, el tiene el don de con solo su mirada arroparme pero también mojarme, su sonrisa tiene el don de iluminar mi vida pero también de hacer que mis piernas se cierren de placer, sus manos tienen el don de sostenerme en cualquier adversidad pero a su vez mostrarme la galaxia entera; Tiene una habilidad nata para hacerme sentir de las cosas más hogareñas, delicadas y hermosas hasta las más excitantes, pecaminosas y calientes experiencias. 

Jackson es todo lo que siempre estuve esperando, ese amor que llega y te consume en el buen sentido, donde la tensión sexual se palpa en el ambiente, donde siempre encontrarás un compañero, un mejor amigo, un novio, las cosas con Jackson eran tan intensas que producían ese calor en el pecho y se volvían necesarias, con el tomando mi mano sentia que eramos invencibles.

-Mami.- La suave voz de Mateo hace que los tres le prestemos atención, sentándose correctamente en el pecho del moreno me mira esperando que le de toda mi atención

-¿Qué sucede cariño.- Le pregunto mientras sigo haciendole mimitos en el pelo a Jackson y caricias en la espalda de Mía, la cual se encontraba acostada en mi pecho.

-¿Alguna vez tendremos otro hermanito o hermanita?.- La pregunta inocente del niño hace que mis movimientos se detengan y la cabeza de Jack se gire mirándome de inmediato para observar mi reacción. 

 -Oh, bueno, no lo se, tal vez mucho más adelante.- Le respondo con una dosis de nerviosismo.

-¿Ustedes quieren otro hermanito?.-Les pregunta Jackson a los dos pequeños.

-¡Si, queremos hermanitos!.- La afirmación de los dos hace que me tense de sobremanera y eso el moreno lo observa con un deje de preocupación, por lo cual cambia el tema ofreciéndoles ir a jugar afuera los tres mientras yo comienzo la comida.

En silencio le agradezco, la verdad es que no se si estoy preparada para tener otro hijo, se que Jackson no es ni por asomo Ernesto, a el moreno le encantan los niños y tomo a mis hijos como si fueran los suyos propios pero no se si quería o estaba preparada para dejar atrás a Martí.

Con un suspiro me lave las manos y comencé hacer la comida.

Luego de un rato una sonrisa se desliza por mi rostro al sentir los brazos del moreno que cruzan por mi estómago, mientra apoya su barbilla en mi hombro izquierdo y mira cómo cortó las zanahorias. 

-¿Qué opinas tú de tener más hijos, Jack?.- Le preguntó en un susurro, con un leve miedo de su respuesta.

-Pienso que nuestros dos hijos son maravillosos y que con ellos somos los papás más felices del mundo, pero en un futuro me encantaría tener otro bebé con tú carita y nuestras personalidades pero eso siempre y cuando tú lo quieras, vi como te incomodo hablar de un posible bebé en nuestras vidas.-Me respondió, sin juzgarme ni presionarme para que le contara, otra cosa que amo de él.

-Cuando los mellizos nacieron, no eran sólo mellizos sino que eran trillizos, eran dos nenas y un nene, no sólo iba a tener a Mía y Mateo sino que también a Martina, Martina era la que más expuesta estaba de hecho fue la que mejor se veía en las ecografías, los otros pequeñajos eran más complicados, como es normal en los embarazos de más de un bebé nacieron antes de lo planeado, pero unas pocas horas antes de romper bolsa comenzamos a discutir con Ernesto y esté me empujo contra la punta de la mesada, eso hizo que me pusiera de parto a los seis meses...

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