Mis ojos parpadeaban tratando de acostumbrarse a la luz del sol que entraba por la ventana, mi cuerpo descansaba en el sillón de la sala, cosa que me sorprendió pues yo no acostumbraba a dormir aquí, mi mano derecha se encontraba caliente y sudorosa cosa que hizo que me fijara en ella y al ver que la misma estaba siendo agarrada por una mano de color mucho mas oscuro que el mío supe exactamente de quien era.
Jackson se encontraba tendido en el suelo con una posición súper incómoda y su brazo estirado agarrando mi mano como si su vida dependiera de ello. Verlo así me recordó al sueño tan loco que había tenido de él convirtiéndose en lobo, por lo general mis sueños eran muy random, podía estar soñando que estaba bailando con un elefante el hula hula o salvando una vida mientras cantaba Hakuna Matata con Timón y Pumba, pero las leyendas por lo visto me había traumado tanto que el sueño hasta parecía real.
Riendo suavemente decidí moverme para levantarme y empezar a preparar el desayuno, pero lo que no contaba es que el cuerpo de Jackson saliera disparado por sí mismo ante el leve movimiento para mirar para todos lados en un estado de alerta. Al verme que simplemente era yo, un suspiro de alivio salió de sus hermosos labios.
-Cariño, despertaste, si no fuera por que tengo super audición hubiese pensado que te había dado un ataque al corazón, de verdad lamento que te hayas desmayado no quería que eso sucediera, si me tienes miedo yo entiendo, de verdad lo hago... -Lentamente mi cerebro decidió no procesar todo lo otro que decía, mis ojos solo veían como su boca se movía, sus gestos desesperados y el tic del nerviosismo que era rascar su nuca. Jackson seguía hablando sin embargo yo no lo escuchaba o si lo escuchaba no sabía que decía, cuando finalmente tuve la capacidad de hablar mi voz salió débil por lo que con su parloteo el no escucho.
-¿Entonces no fue un sueño?.- Mi pregunta salió más fuerte lo que ocasionó que el se callara y negara con la cabeza lentamente.- Oh, pues que bueno.- Y sin yo poderlo evitar nuevamente caí desmayada, esta vez siendo atrapada por el cuerpo humano de Jackson.
Luego de dos horitas nos encontrábamos haciendo el desayuno en silencio, lo único que se escuchaba eran los utensilios y la sartén cada vez que ponemos beicon o huevo frito en ella, el desayuno de los niños estaba pronto y tapado para cuando ellos llegaran.
El ambiente era más que incómodo, nos mirábamos y a la vez nos evitamos la mirada mientras comíamos el nada saludable desayuno, sin producir ninguna palabra, una vez que terminamos la comida quedamos viendo los platos que habían quedado limpios del tiempo que queríamos hacer para evitar esta charla, o por lo menos de mi parte. Aclarándome la garganta decidí ponerme los pantalones de niña grande y empezar hablar.
-¿Eres un eh, un hombre lobo?.- Le pregunto, sin caer todavía por lo tonto que suena eso.
-En realidad, hombre lobo es un término incorrecto para nosotros, somos matamoros, que adoptan la forma animal de un lobo, pero son cosas diferentes.- Intenta explicarme en un susurro.
-Ah.- Afirmó con la cabeza al entender levemente.-¿Ustedes mmh, nacen así?.- Le preguntó con genuino interés.
¿Habrán nacido convertidos en lobitos? ¿Su madre los habrá parido como loba?, eran dos pensamientos que destacaron de toda la marea que tenía, sin embargo no los dije en voz alta porque me sonaban unas preguntas muy idiotas, ¿se imaginan tener que dar a luz un bebe en forma de lobo?.
-No, no nacemos así, tampoco lo elegimos, el instinto de la fase sólo se activa cuando un metámero cruza el olor de un vampiro y siente la necesidad de proteger la tribu.- La voz de Jack vacila un poco al ver mi mirada fija en él.
Me tomó unos pocos segundos hacerme la idea de que si existen los vampiros, osea hablando serios ¿Quién diría que realmente existen? aparte de adolescentes con hormonas alborotadas que vieron una película de vampiros super guapos.
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Diamante
RomanceEva Torris era el nuevo cotilleo en el pequeño pueblo de Forks, una latina de complexión pequeña llena de vida que iluminaba el triste y desolado pueblo, siempre se le veía con una sonrisa en su rostro, y observabas fácilmente cómo sus ojos brilla...