Eva Torris era el nuevo cotilleo en el pequeño pueblo de Forks, una latina de complexión pequeña llena de vida que iluminaba el triste y desolado pueblo, siempre se le veía con una sonrisa en su rostro, y observabas fácilmente cómo sus ojos brilla...
Los días pasaron y por fin nos habíamos podido asentar correctamente en la nueva casa, los mellizos se acostumbraron extremadamente bien al cambio y al ambiente en todo sentido, yo empecé a trabajar en el hospital y hoy por fin los niños empezarían su primer año de escuela.
Luego de muchos libros de ayuda para "Mamis y Papis" que tenía como fin el ayudarme a sentirme mentalmente preparada para este paso tan grande como lo es que tus pequeños abandonen el nido, me di cuenta que de casi nada me sirvieron, Dicen los psicólogos que la labor de los padres es apoyar a nuestros hijos a pasar de una etapa a otra, de la manera más óptima posible: de bebés a infantes, de éstos últimos a adolescentes y de la adolescencia a la adultez, y estoy de acuerdo con ello sin embargo no significa que sea más fácil, pues siento que es al contrario, siento un nudo en el estómago, los nervios a flor de piel y punzadas en la cabeza por la falta de sueño, pues de tantos nervios no pude pegar ni un ojo en toda la noche.
Tres días antes habíamos comprado todo lo necesario y nombrado cada objeto con sus nombres para evitar malentendidos, los lleve a recorrer las instalaciones de la escuela para que se vayan adaptando lentamente a lo que sería su institución, les explique sus horarios de entrada y los de salida para que se sientan más seguros al momento de enfrentar esta etapa, les pregunte acerca de sus sentimientos respecto al nuevo cambio, Mia estaba feliz de finalmente poder conocer personas nuevas y poder robarle merienda a sus compañeros, mientras que Mateo al principio estaba muy inseguro de dejarme sola y de cómo lo tratarán los demás niños, por lo que me tome el tiempo de explicarles suavemente que las meriendas de sus compañeros no tenían que ser robadas, y que robar esta mal, también les dije que si ellos querían podían compartir y hacer sus propias mini meriendas compartidas ya que nunca se sabe las situaciones de las otras personas, mientras que a Mateo trate de expresar calma y decirle todo lo bueno que tenía la escuela, que yo era un adulto y que me las arreglaría y que no se tendría que preocupar por mi, al final termine con dos pequeños niños energéticos por empezar su nueva aventura.
La alarma sonó indicando que ya era hora de levantar a los niños, así que me encaminé al cuarto de ellos.
-Niños despierten.- Digo suavemente pero con voz firme para que lleguen a sus oídos.-Mateo, cariño, despierta hoy empieza tu primer día de clases.- Me concentro en Mateo levemente para despertarlos por individual.- Mia, cielo, vamos arriba que hoy es tu primer día de clases.- La muevo levemente y sus ojos se agrandan de golpe por lo que supongo la emoción.
Mia baja corriendo de la cama me da un beso en el cachete y se mete al baño hacer la rutina que les enseñe, mientras que Mateo simplemente me da la espalda, haciendo que me preocupe levemente pues se que no se esta preparando para seguir durmiendo.
-Cariño, ¿Qué pasa?.- Le preguntó suavemente mientras me recuesto junto a él en su cama del Rayo McQueen.
-Es que tengo miedo, ¿Qué pasa si me hacen lo mismo que al primo Lucas?.- Lucas es su primo, hijo de Candice la hermana de Ernesto el papá de los chicos. Lucas sufrió de Bullying por su condición de autismo, fue algo que golpeó a la familia menos a Candice y a Ernesto a quienes poco les importaba, trate de ayudarlo, el me expreso como se sentía y trate de hablar por separado con su madre Candice para hacerle entender lo que su hijo estaba sintiendo pero nada de eso paso y lo culpo de "débil", "marica" y de hacerse la victima, lo que al pobre Lucas le genero un pase abierto a la depresión, al ver esto lo traje para mi casa e hice un completo cambio de atmosfera, el empezó a tomar sus medicaciones recomendadas y con el paso del tiempo pudo salir de ese gran problema, por hoy Lucas ya tiene 17 y esta viviendo con su padre, Héctor quien hasta donde yo se lo trata muy bien.
-Oh cielo, no te va a pasar lo mismo porque sabes defenderte, sabes que en la escuela hay personas adultas las cuales te pueden ayudar y sabes que informarles tus preocupaciones no te hace un soplón, pero sobre todo sabes que me tienes a mi ¿Si? cualquier cosa aunque parezca mínima que les pase a ti o a tu hermana estoy aquí para ayudarlos y apoyarlos en todo.- Le explico suavemente con una sonrisa en mi rostro mientras le doy un pequeño beso en su cabeza y lo aprieto en mis brazos.
Luego de ese momento Mia sale del baño y entra Mateo, una vez todo preparado nos ponemos a cocinar juntos mientras expresemos nuestros sentimientos respecto al nuevo día, y por suerte logre que la emoción por el cole aumentará casi el doble, así que luego de comer se lavaron los dientes, agarramos sus mochilas y partimos viaje a la escuela Forks Primary School con tiempo para que sus nervios no aumentará más por llegar tarde, el recorrido fue ameno y con dos niños hiperactivos, al llegar bajamos los tres de la mano y caminamos a la entrada junto con otros padre y otros niños. al escuchar el timbre que daba inicio al horario escolar me arrodille a la altura de los mellizos y extendí mis brazos.
-Llegó la hora mis niños grandes, diviértanse y pásenlo bien.- Los abrazo fuertemente sin querer dejarlos ir pero se que es inevitable que tengo que dejar que poco a poco se vayan desprendiendo del nido y que vayan forjando sus propios conocimientos. -Mami los ama, volveré en cuanto la maestra les diga que ya es hora de la salida ¿Si?- Les informo con una sonrisa orgullosa pintada en mi cara.
-Si mami, te amamos.- Los dos dicen en sincronía y me dejan un beso en cada mejilla.
Luego de eso toman la mano de su maestra Ángela quien previamente ya la habían conocido y se introducen en la escuela no sin antes saludar con la mano y mandarme un besito de despedida.
Al verlos ingresar simplemente me di vuelta y caminé al auto con un temblor en las manos y en la barbilla, cuando llegué a casa vi a Billy en la puerta con una sonrisa empática y simplemente no pude aguantar más.
-Oh Billy, nunca me había costado tanto separarme de ellos, tengo mucho miedo ¿Qué pasa si no es lo que esperan o que pasa si les pasa algo y yo no estoy ahí para ayudarlos?.- Las lágrimas se deslizaban fácilmente por mis mejillas y Billy abrió sus brazos de par en par para poder abrazarme.
-Eva, cariño, Como madre ya hiciste tu labor al escoger la que consideraste la mejor escuela que cumple con tus expectativas para dejar que te ayuden a educar a tus hijos, es comprensible tener miedo es la primera vez que no lo tienes todo bajo control pero sobre todo no los tienes bajo tus alas, lo estas haciendo muy bien no creas lo contrario, siempre es difícil.- Me abraza más contra su torso mientras yo lloro como marrana.
Al paso de un tiempo logró calmarme un poco, lo suficiente para poder prepararme para ir a mi turno del hospital.
Y finalmente descubrí que como madres, debemos soportar esa ausencia que viene siendo el segundo desprendimiento de la madre y el niño (el primero ocurre durante el nacimiento). No es algo sencillo, pero pasará, traerá más satisfacción que tristeza o por lo menos eso espero....
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Hola ¿Cómo están? Finalmente actualice, espero que les guste, este capitulo va dedicado a todas esas madres que les toco experimentar el leve abandono del nido o para las que están por experimentarlo.
Realmente quise que este capitulo se concentrara en la madre y sus hijos, y que por lo general es algo que la gran mayoría de padres e hijos pasan (El miedo y la incertidumbre sobre todo) , obviamente todos con distintos casos pero que seguro con similares emociones, me gustaría expresar que se que no es fácil ser madre o padre ni siquiera es fácil ser hijo, y se que como hijos a veces no valoramos lo suficiente y que no recordamos que nuestros padres también son personas, que cometen errores y que no son solo héroes invencibles (Claro que en no todos los casos).
Espero que les haya gustado, no olviden votar y comentar
