🎖️Veinticinco🎖️

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Eris

La corrida de dos de mis hombres saben a ambrosía, es delicioso, no pude dejar de chupar mis dedos hasta que lo limpie completamente.
Amal y Faddel seguían con atención el movimiento de mis labios sobre mis dedos.

- Basta bombón...nos has torturado lo suficiente- ambos tienen las vergas erectas de nuevo.

- Ninfa mía...detente, y...ya no lo soporto- Amal me ruega para que deje de tocarme, no he dejado de hacerlo desde hace un rato.

- ¿Lo hago mal coronel?- hablo entre gemidos. Sigo moviendo mis dedos de arriba abajo por mi raja y clítoris. Jamás me he tocado, el ver qué ellos lo hacían me dió la motivación que necesitaba.

- ¿Te has tocado antes? - niego- bien, mete un dedo suavemente, fóllate mi bombón, aprende a buscar tu propio placer.

- Las órdenes las doy yo coronel- seguí acariciando toda mi rosada vagina con la palma de mi mano.

- Mierda...Faddel, sus jugos se ven desde aquí-

- Si - suspira- está muy mojada. Voy a venirme de nuevo-

El gemido de Amal revienta mi reciente burbuja de autoplacer, su semen llenó sus manos y su rostro está rojo de la vergüenza.

- Acércate Amal- le ordeno haciendo una señal con mis dedos.

Muy obediente se ubica frente a mi, agarro su mano y chupo nuevamente su corrida, sin despegar mis ojos de los suyos. Me encanta el sabor. Una vez que termino de saborear todo, miro a Faddel, que no ha parado de masturbar su enorme polla.

- ¿Te has corrido también?- niega- no te doy permiso de que te corras- me ve impactado por mi orden.

- ¿Po... porqué? - pregunta con poco aliento.

- Es tu castigo por el chiste de hace un rato, no vas a correrte por segunda vez- se detiene y baja la vista. Lo he frustrado y me encanta, ahí confirmo que tengo el poder sobre él y Amal, ambos están mis manos.

- N...no es justo- su respiración estaba acelerada y su vista en sus pies.

- Señora, lo dirás cada vez que termines una oración- me calienta más tener control sobre él.

- Si, mi señora-

- Faddel, de rodillas a mi coño. Amal, ve a sentarte y observa atentamente- beso castamente los labios de mi lindo coronel y lo dejo ir.
Automáticamente Faddel se arrodilla ante mí y su aliento me provoca sensaciones únicas, mi coño ansia más el sentir su humeda y suave lengua.
- Inicia Faddel, chupa- su muy bien entrenada boca no inicia con mi orden cuando alguien golpea e interrumpe el caliente momento.

Faddel se recompone y arregla sus pantalones al igual que Amal, ambos ya están vestidos y arreglados. Aquí no pasó nada señores.

- Amal ¿Me ayudas con la bata?- inmediatamente se levanta de la silla y con cuidado por la jodida intravenosa me ayuda a vestirme, dudo mucho que ellos quieran que otros me vean desnuda.
Sus manos tocan más de lo debido, sus ojos no se despegan de mis tetas.

- Pase- ordena Faddel con su típica voz ronca y gruesa...mierda, no.

Tengo que controlar a mi vagina.

- Señorita, he venido por usted. Cómo no llegaron hace 5 minutos el doctor me envió por usted ¿Vamos?-

- No, ya vamos nosotros. Fuera- Faddel contesta a la defensiva.

- Gracias joven, iremos ya mismo ¿Trae la silla con usted?- pregunto antes de que Faddel golpee al pobre enfermero.

- S...si señorita- se sonroja al verme, le sonrío en respuesta. Es muy lindo el enfermero, interesante para enfadar a los chicos.

Proyecto: Reforma  (+18) (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora