Aria
Los ví, estoy segura de que los conozco de un lugar, esos rostros y voces suenan sin parar en mi cabeza, es como un eco que se escucha muy cerca. En mis sueños también los ví, eran ellos y sin contar con que ese hombre se llama Faddel y fue el nombre de quién grité cuando Allen estaba entre mis piernas.
Es mucho que procesar, porque sé que Allen Calvin me está mintiendo y eso no me gusta para nada, nunca lo hizo antes pero ahora sí ¿Quiénes son esos hombres? ¿Por qué mi esposo me oculta la verdad? No sé, sin embargo juro por mi vida que voy a averiguarlo.
En la cena recolecté un poco de información, más que nada de dónde son y a qué se dedican. Varios flashes aparecieron en mi cabeza con cada palabra que decían, fue más fuerte cuando ví el anillo que Amal tenía en el dedo anular.
Está comprometido o lo estuvo.
Notaba que tenían un semblante triste y sombrío cuando mirada a Allen y a Freya, era como el anhelo de desear tener lo mismo. Hasta quise abrazarlos de tanta lástima.
Ahora mismo Allen se está arreglando para ir a la estación, hoy le toca guardia y como tal debo dejar a mi hija con mi hermano Helios por mis problemas, no sé qué pasó con Adriano, nadie me dice nada y eso me preocupa.
Desapareció después de tener una discusión con Allen, creo que hasta fueron a los golpes.- ¿Aria?- salto del susto al ver a Calix en la puerta de mi casa, estaba a punto de salir con Freya.
- ¿Calix?- pregunto cuando por fin puedo Almar mi agitada respiración.
No esperaba que viniera o siquiera verlo hoy.
- Así es- afirma mirando a Freya, ella está profundamente dormida.- Estoy aquí a pedido de Allen.- bueno, ahora logró sorprenderme.
- Lo siento, es que no tenía ningún conocimiento de esto ¿Para qué estás aquí?- lo dejo pasar, bajo el bolso de Freya y trato de acomodar su cuerpecito en el sofá. Tropiezo con la pata del sofá, no puedo sostenerme y ya estoy saludando al suelo.
Mierda, si no fuera porque Calix me tiene de la cintura mi hija y yo tendríamos un nuevo amigo.
- G...gracias Cal...- sostengo a Freya con cuidado en mi pecho, mi mirada queda fija en la de Calix, esos ojos azules son tan claros como el propio mar.
Mi mirada mi traiciona y baja a sus labios cuando los moja con su lengua; su duro pecho nos cuida a las dos.Te amo, Eris
Pienso que es su voz, pero sus labios no se mueven, así que eso vino de un recuerdo ¿Conocía a Calix de antes? ¿De dónde? ¿Por qué no lo recuerdo?
- Calix- siento mi pecho contraerse por la cercanía, mi cuerpo reacciona a su toque y hasta se siente en casa.
- Aria...- cierro los ojos para contenerme, soy una mujer casada y como tal debo respetar a mi esposo.
Mi fuerza de voluntad es nula por culpa del calor que su cuerpo me transmite.
- Y...ya estamos bien, puedes dejarme ir- sus ojos de la nada se cristalizan.
- Estoy cansado de dejarte ir... Digo, si si, lo siento.- me suelta y se recompone, hago lo mismo y veo como se limpia rápidamente una lágrima.
¿Cansado de dejarme ir? Okey, sé que cualquier ser humano sobre el maldito planeta preguntaría lo que quiso decir, pero yo no puedo. Voy a dejarlo pasar por alto para ahorrarnos algo feo e incómodo.
- Ahora si ¿Para qué te llamó Allen?- pregunto acomodando a Freya, niña que ya está incómoda porque quiere pecho.
No, justo con Calix sentado frente a mi.
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Proyecto: Reforma (+18) (Borrador)
RandomAdvertencia 🔞⚠️ Esta novela contiene lenguaje vulgar, escenas de violencia, abuso sexual, y daño psicológico. Leer bajo su propia responsabilidad. -------------------------------- Una academia militar encargada de reprender y reeducar a niñas y ni...