🎖️Cuarenta y uno🎖️

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Eris

Adolorida, así se siente mi pobre vagina después de la ajetreada noche. No me quejo, mi primera vez fue especial, como siempre soñé.

- ¿Cómo amaneció la mejor amiga del mundo? ¿Te duele? Traje unas cuantas cosas para ayudarte- mi Xander, mi amado y adorado amigo.

Kieran y Kadri me acompañaron a mi cuarto hace unas cuantas horas. Antes de salir de la casa en el árbol, Stefano frotó una crema en las zonas afectadas por sus marcas y las de Kadri, eso disminuyó el dolor.

Fueron los más...duros anoche, no pararon hasta verme semi-dormida en la cama. Y también por insistencia de Faddel y Calix.
Era gracioso escucharlos golpear las cabezas de los dos para que cierren la boca.

Y eso nos trae a la actualidad, es decir a mí recostada en mi cama con una bolsa caliente sobre mi vientre. No me duele tanto, solo cuando orino o me muevo mucho.
Xander trae consigo una bolsa cargada con cosas. No sé que tanto trae ahí pero su gesto es más que dulce.

Él es más amigo que Eve, y eso que lo conozco desde hace tres meses.

- Hola mi Xandercito. Estoy bien, un poco adolorida pero nada del otro mundo ¿Tú?- besa mi frente y se sienta a los pies de la cama.

Enorme cama ya que Stefano mandó a cambiarla.

- Muy bien...- mueve sus pies con insistencia, espera que le diga los detalles.

- Dime Xander ¿Qué quieres saber?- me siento en la cama cruzando mis piernas.

Sonríe como niño en dulceria. Saca unas cuantas cosas de la bolsa y las tira en medio de la cama, se quita los zapatos y se acuesta a mi lado.

Adoro a Xander, es mi pilar.

- Primero que nada los snacks, tenemos mucho que contarnos y gracias a qué hablaste con el guapísimo general tenemos 3 días de descanso- sonrío y beso su mejilla.

Si, hablé con Stefano y como agradecimiento por su ayuda les dió tres días de descanso de ejercicios y tareas de cocina.

- Te traje tus chocolates favoritos, tus bebidas preferidas y unas pastillas para calmar el dolor- me tiro a sus brazos esperando que me rodee con los suyos.

- Gracias Xan, no sé que haría sin ti- besa mi frente y me hace mirarlo.

- No tienes que agradecer mi preciosa mosquito, haría mucho más por ti. Dime y dejo a esos tontos tirados si tú me lo pides- rio por sus estupideces.

- Jamás te pediría eso, me encantan esos chicos para ti- lo hacen feliz, no soy una egoísta como para que los deje.

- Es para que entiendas que daría todo por ti, eres mi mejor amiga. La única que no me juzgó y que me ayudó a quereme como soy- beso su rostro sin parar, él no deja de reír y devolverme los besitos.

- Te amo, Xan- seguimos abrazados hasta que le digo. - Ya puedes sacar a la vieja chismosa que llevas dentro- activé la alarma.

- ¿Cómo fue? ¿Dolió mucho? ¿Los seis estuvieron contigo? ¿La tienen grande? ¿Ancha? ¿Cuántas horas duró?- levanto mis manos y tapo su boca.

- Una pregunta a la vez, Xan- una enorme barra de chocolate obstaculiza mi visión, el muy hijo de perra sabe cómo tener mi atención.

- Bien ¿Cómo fue?- ahora sí calmó sus preguntas.

- Muy dulces, bueno, dos de ellos casi me parten al medio- literal.

- Seguro que uno fue el generalísimo y el otro Faddel- me sonó extraño que hable con tanta familiaridad hacia el coronel.

Proyecto: Reforma  (+18) (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora