🎖️Cincuenta y ocho🎖️

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Aria

Es mucha comida la que preparé, Allen dijo que sus amigos volvieron del extranjero luego de seis años lejos, tenían comunicación pero nada es igual a verse luego de tanto. Ilusionada llené la mesa con todo tipo de alimentos, algunas comidas extrañas y otras sencillas.

Mi amado esposo dijo que me vestiera lo más hermosa posible. No es de esos hombres celosos que obligan a sus esposas a vestirse como monjas, no, él es todo lo contrario, adora que muestre piel.

"Con todo te ves perfecta, por eso no me gustan las sábanas, muestra al mundo tu genuina belleza"

¿Mejor esposo que el mío? No lo creo, ese hombre es oro puro.

Mi hermosa Freya también está lista y dormida, no puedo quejarme de ella, es muy tranquila y casi no llora a no ser que tenga hambre o esté sucia.
Decidí ponerle un lindo vestido rosado, la falda se ve como un tutú de ballet, lo combiné con una diadema lila de mariposa y unos escarpines tejidos a mano.

Aprendí a tejer para hacerle yo misma algunas prendas, hasta pensé en estudiar moda para tener su clóset lleno de ropas, ni hablar del cabello, creo que seguiré con peluquería cuando mi niña sea grande.

Cómo siempre, la madre es la última en arreglarse, seguiré la sugerencia de Allen y me pondré un vestido rojo ajustado a cada una de mis curvas, con mangas largas y los hombros descubiertos para dar esa muestra de piel, con la elección obvia del color favorito de Allen.
Ato mi cabello en una cola alta, dejando algunos mechones fuera y decorando con una tiara discreta. De tacones me fui por unos negros con dorado, cosa que combina a la perfección con la joyería seleccionada para hoy.

Un juego de aretes y collar de plata con diamantes que Allen me obsequió en nuestros primer aniversario.

No me gusta pintar mis labios de colores fuertes, ya suficiente llamo la atención con mi vestido, por lo que un brillo es lo que decido ponerme para humectar y proteger.

Hoy no tuve tiempo de hacer mi rutina de ejercicios, una costumbre que adquirí con mi esposo, cada mañana lo hacemos juntos y siempre termino lavando la colchoneta porque el muy lujurioso me folla en medio de los ejercicios o en algunas máquinas.

Hay algunas noches en que lo hacemos tres o cuatro veces, peor cuando toma unas cervezas con sus compañeros de la estación, no entiendo cómo o porqué pero eso alarga su orgasmo, pero si, no paramos de follar hasta que caigo dormida.

Me veo al espejo, me encanta lo que veo.

- Cielo... ¡Carajo!- grita Allen cubriendo su boca al ver mi vestido tres dedos sobre las rodillas.

No digo nada por unos largos cinco minutos, veo como la camisa azul con los pantalones de vestir negros me incitan a desnudarlos completito y tirarlo de la cama para follar hasta que mi garganta deje de emitir sonido.

Algo que ya pasó hace un año.

- ¿Cumplí con tus expectativas?- doy una vuelta y me acerco a su fuerte pecho.- ¿Qué tal se ve nuestra hija?- mira a Freya y sonríe auténticamente.

- ¿Cumplirlas? Las superaste, eres como una ninfa del bosque, pero sexi. Mi hija siempre se ve hermosa, igual que mi mujer- ignoro el dolor de cabeza que se forma en mi cabeza, es un recuerdo.

Un hermoso hombre de piel bronceada, ojos marrones, alto y de cabello negro me observa desde lo lejos, parece que estoy en un campo de entrenamiento. Cree que no lo veo, pero es difícil no identificar una mirada tan penetrante.

- ¿Amor?- vuelvo en mí cuando Allen chasquea sus dedos a la altura de mis ojos. - ¿Otro recuerdo?- asiento algo insegura.- Son recurrentes, eso significa que tu cerebro poco a poco va recuperando lo que perdió ¿No te alegra?-

Proyecto: Reforma  (+18) (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora