Proyecto: Reforma (+18) (Borrador)

🎖️Quince🎖️

Eris

Maldito, mil veces maldito ¡Stefano Di'Leonardi! Es muy bastardo me echó como a un perro ¡Hijo de.... No, su madre fue un ángel conmigo, no voy a desquitarme con la pobre mujer bien portada.

No entiendo...minutos antes estaba cariñoso y muy tranquilo, hasta sonreía. Después las mujeres somos las difíciles de entender, yo necesito un manual para interpretar qué mierda pasa con el general.

Ahora bien, su madre...lo quiere y eso es evidente en su visita y efusivo saludo. Sonrío melancólica, cuando era pequeña hubiera dado mi vida para que mi madre me hablara si quiera, fui la indeseable dentro de mi familia, mis hermanos eran los únicos que me querían y protegían, gracias a ellos mi depresión mejoró.

Camino pensando en la conducta del imbécil general, no debió tratarme asi, pagará las consecuencias de su maltrato, haré que se arrodille para pedir perdón.
Nunca lloré por un hombre - más que mi propio padre- pero me hirió bastante y a la vez me dejó desconcertada, sali corriendo cuando noté que su paciencia era ya nula.

No es que lo quiera o algo así, no, lo que si me atrae muchísimo ¡Dios! Su mirada fría y llena de enojo me enfrió la sangre, ni siquiera cuando llegué aquí me vió de esa forma.

- ¡Solecito!-

Uggg, lo que me faltaba, Calix.

- Coronel Diamantis-

El pobre me mira extrañado y borra la sonrisa que tanto lo caracteriza. Se dietene hasta quedar casi pegado a mi.

- ¿Estás bien solecito? ¿Por qué llorabas?-

Trata de acerca su mano a mi rostro, no se lo permito, colo mi mano en la suya para detenerlo.

- Coronel, no estoy de humor para hablar ¿Le parece si nos vemos más tarde?-

- Primero dime qué pasa, no me gusta verte tan seria y triste-

- Stefano es un imbécil ¡Me echó de su oficina!-

- ¿Te echó? ¿Por qué?-

- Su madre nos encontró a los dos saliendo de alli-

- ¡Ahhh! Ya entiendo, él no quiso que su madre te volviera loca con tantas preguntas-

- Dime Calix ¿Era necesario decir que no era alguien importante? Dijo que no era más que una recluta-

- ¿Dijo qué?-

El Calix cálido ha dado paso al furioso. Aprieta su mandíbula y sus puños, creo que uno de los va a romperse pronto.

- ¿El general siempre es tan raro?-

Necesito saber porque mierda me trató tan mal delante de su madre ¡Su madre! Si tantas ganas de estar conmigo tiene no hubiera estado tan tenso.

- Eris, él no es raro-

Sigue molesto pero un poco más calmado.

- ¿Cómo que no?-

- Solecito, él no tuvo una vida fácil, junto a su madre tuvieron que salir adelante como pudieron. Por eso mismo no es del todo expresivo y se encierra en una especie de caparazón, es como un sistema de defensa en caso de ataques-

Conmigo si es expresivo, me sonríe, abraza y besa cada vez que me ve. No me oculta como se siente y le gusta hacerme compañía.

- Tampoco la tuve Calix, no por eso trato y hablo a la gente como se me da la puta gana. Busca otra excusa para justificarlo, esa es estúpida-

- No es excusa, entiende que él no es como los demás hombres-

Ohh claro que no, tiene la anaconda más grande hasta ahora ¡No! Obscenidades no, en la noche puedo pensar eso en la comodidad de mi habitación.