-XXV-

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Liam (POV):

Ahora mismo no sabía cómo describir todo lo que estaba sintiendo, es decir, sentía tantas cosas, tantas emociones que no podía si quiera no dejar de sonreír. Sam estaba trayendo todas sus cosas de casa de Enzo a la mía, pues se iba a venir a vivir conmigo.

¡Era emocionante!

- Que feliz esta mi niño. – Mi abuela me dejo un beso en la mejilla mientras sonreía. – ¿Seguro que no molesto aquí? – Negue.

- Abuela, esta es tu casa. – Ella me sonrió mientras se iba a la cocina.

- Bueno, prepararé una gran cena para celebrar que tenemos nueva inquilina.

Asentí viendo como venían Kayla, Cami, Talía y mi chica riéndose de lo que fuera que estaban hablando. Todas llevaban un par de cajas, excepto Sam, quien llevaba una y más pequeña que el resto.

Mujeres lobo y su super fuerza.

Sam estaba deslumbrante, y no solo porque se venía a vivir conmigo, sino porque tenía, por fin, una gran familia que le quería. Joder, eso me llenaba por completo, el solo hecho de verla feliz era más que suficiente para mí.

- Hola Liam. – Me acerque a darle un pequeño beso mientras le quitaba la caja de las manos.

- Hola bonita, hola chicas.

Kayla dejo sus cajas encima de la de Sam, que ahora estaban en mis brazos.

- Iré a por la maleta, ahora vengo. – Dijo Kayla antes de desaparecer por la puerta.

- ¿Dónde dejo esto? – Talía meneo las dos cajas.

- Déjalas aquí mismo, luego organizaremos todo donde sea que vaya a ir. – Sam comenzó a balancearse en sus pies mirando a su alrededor, con una gran sonrisa.

Talía sonrió mirando a Sam para luego, de forma impulsiva, abrazarla. Deje las cajas sobre el suelo, dejándoles privacidad. Sali de la sala cerrando la puerta tras de mí, para ir hacia Kayla, quien venía arrastrando una maleta por el camino de piedra que iba desde la verja hasta el pequeño porche que había en la entrada principal. Ella me miro interrogante parándose en frente de mí, así apoyando la maleta totalmente en el suelo.

- ¿Pasa algo? – Me rasque la nuca algo nervioso.

Tenía esa manía, rascarme tras el cuello cuando algo me ponía nervioso.

- Se que no debo pedírtelo, pero... - Esta asintió indicando que prosiguiese. – En el instituto... por favor, protege a Sam.

La morena paso por dos fases, la primera fue confusión por mi petición, la segunda fue formar una gran sonrisa en su cara poniendo una de sus manos sobre mi hombro.

- Tienes razón Liam, no tienes que pedirlo. – Me dio un leve apretón. – Sin embargo, para que te quedes tranquilo, si fuese necesario, mataría por Sam.

Sus palabras me aliviaron de gran manera. Kayla fue la chica que se puso sobre una bala y su madre biológica, así impidiendo que esa impactase contra aquella mujer. Con tan apenas diecisiete años, ella, había arriesgado su vida por proteger a alguien que apenas conocía de semanas.

- Gracias Kayla, de verdad. – Suspire pesadamente. – Me preocupa bastante todo esto. – Ella movió la cabeza levemente mirando hacia la puerta de mi casa.

- Viene Sam, lo dicho Liam. Seré el grano del culo más difícil de quitar para Sam. – Esta me guiño un ojo.

Me rodeo, arrastrando la maleta, para ir hacia mi bonita.

Mi perdición. #MT3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora