Mi perdición. #MT3

-XIX-

Sam (POV):

-        Sentaros chicos, estáis en vuestra casa. – Liam bufó entrelazando nuestras manos con algo de más fuerza de lo normal.

Me senté en un sofá en frente al del padre de Liam y mi tía. Evitaba a toda costa mirar a los ojos a aquella mujer. Liam a mi lado estaba bastante tenso, podía sentirlo, y era para estarlo. El ambiente era denso, pesado e incómodo. Ninguno quería estar aquí, y, sin embargo, aquí estábamos, esperando que nos contasen lo que querían contarnos.

Caracoles... odiaba esta situación.

-        Bueno, ¿hablareis? – Liam rompió el silencio.

La pareja se miró, Helen sonrió a aquel señor con cariño.

-        En realidad, tenemos varias cosas que comentaros... - Se revolvió el pelo nervioso, gesto que Liam también tenía. – Helen y yo estamos esperando un hijo.

Abrí los ojos de par en par. Mire de reojo a Liam, quien tenia la mirada clavada en su padre. Le miraba queriendo asesinarle. Apreté nuestro agarré para que sintiese que estaba con él, pero yo sentía la furia que su cuerpo.

-        Es... no lo esperábamos, pero ha sucedido. – Baje la mirada sin saber que decir.

-        ¿Algo más? - Preguntó Liam con frialdad.

Alcé la cabeza para notar como aquel hombre miraba dolido a su hijo, pero era normal. A mi parecer el padre de Liam primero debería arreglar las cosas con su hijo, como para lanzarse a tener otro más.

-        Bueno, esto es algo... algo duro de explicar. Es sobre ti, Samantha. – Levante la cabeza mirando a Helen, pues era ella quien había hablado.

-        ¿Sobre mí? – Pregunte confusa.

Asintió mirando sus manos.

-        Por donde empiezo... - Murmuro.

-        ¿Por el principio tal vez? – Desde que me juntaba con Kayla había ganado, poco a poco, valentía a la hora de hablar.

-        Aun recuerdo el día que naciste, ¿sabes? Eras tan pequeña y bonita... Sentía que si estabas conmigo podría arruinarte la vida. – Fruncí el ceño sin entender nada. – Mi hermana, Alycia, ella era la más responsable de las dos. Ella se había ocupado de mi cuando nuestra madre murió, y yo había sido una inconsciente emborrachándome aquella noche.

No entendía a donde quería llegar, pero no la interrumpí, algo en mi me decía que tenia que dejar que terminase de hablar.

-        Entonces lo hice. – Limpió una lagrima traicionera. – Fue lo mejor, ¿sabes? Ella te cuidaría como una madre de verdad, y su marido parecía... parecía bueno.

Una loca idea, juntando toda la información, se paso por mi cabeza, pero... no podía ser.

-        ¿Qué me estas queriendo decir, Helen?

-        Cuando Alycia murió mi mundo se fue abajo, y no podía ir contigo. Mi hermana mayor había muerto, y tú eras muy pequeña. así que desaparecí, fue lo mejor. – Esta me miró con una sonrisa antes de soltar la bomba. – Eres mi hija Samantha.

Mi corazón se paró durante unas milésimas de segundo. La sangre dejo de fluir por mi cuerpo hasta quedarme totalmente pálida. ¿Mi madre? ¿Ella era mi madre biológica? No podía ser, mi única madre murió cuando era pequeña.

-        Mientes... - Susurré. – Tu no eres mi madre. – Mis ojos comenzaron a empañarse, para rápidamente caer lagrimas de ellos. – Mi madre está muerta. ¡Mi madre es y será Alycia!