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*Maratón 1/3*


Sam (POV):

Había tenido una mañana en un hogar, que, aunque no era él mío, me había sentido mas querida y acogida que en el propio. Era triste pensar que desde la muerte de mi madre mi vida se había convertido completamente en un infierno, mi padre comenzó a pagar toda su frustración conmigo y desde ese momento no había visto luz, no hasta ahora.

Miraba divertida la conversación que estaba teniendo Kayla con Enzo, en resumidas cuentas, Kayla le estaba diciendo que debería disfrazarse de hada de los dientes para los niños del pueblo, pues por lo visto el era como el alcalde aquí.

Algo muy raro porque no parecía muy mayor para poder serlo.

Enzo le miraba como si estuviese loca, que lo está, en el buen sentido de la palabra.

-        Pequeña, ni de coña, jodidamente no. – Kayla le puso mala cara.

-        Habrías sido un hada de los dientes muy guapa. – Dijo con burla, a lo que ambas nos comenzamos a reír viendo el ceño fruncido de él.

Justo cuando iba a contestar a mi amiga, Liam apareció por la puerta del jardín de la casa. ¿Cómo había entrado? Ni siquiera había escuchado el timbre.

Estaba muy guapo, su pelo perfectamente peinado y una leve sonrisa en la cara. La camiseta de manga corta se le ceñía perfectamente al cuerpo, cuerpo que estaba perfectamente trabajado. Mis mejillas comenzaron a arder, pues había estado estudiando su cuerpo unos segundos en el que él percibió que no quitaba la mirada.

-        Hola chicos, hola Samantha. – Me mordí el labio nerviosa.

-        Hola rubio oxigenado. – Dijo divertida Kayla.

-        Que hay Liam.

-        Hola Liam, ¿qué tal? – Pregunte algo tímida.

Después de la conversación de ayer por la noche, en la que parecía realmente dolido, no había vuelto a verlo, hasta ahora.

-        Me preguntaba, ¿si querías venir conmigo a dar una vuelta Sam? – Abrí los ojos sorprendida y feliz, pues obviamente quería irme con él.

-        Si claro, me encantaría. – Me levante de la silla en la que estaba sentada, planchando mi camisa con las manos.

-        Pasadlo bien, chicos. – Dijo Kayla con cierto tono, para después sentarse en el regazo de su novio.

-        Disfrutad del...pueblo. – Guiño el ojo Enzo.

Habíamos estado caminando durante, aproximadamente, media hora, tiempo en el que no había cruzado casi palabras, sin embargo, el silencio no era incomodo sino todo lo contrario

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Habíamos estado caminando durante, aproximadamente, media hora, tiempo en el que no había cruzado casi palabras, sin embargo, el silencio no era incomodo sino todo lo contrario. Justo habíamos llegado a un claro que daba a un pequeño pantano que era precioso, se podía ver el atardecer sin ningún problema.

Mi perdición. #MT3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora