Mi perdición. #MT3

-II-

Liam (POV):

Me tire en el sofá de casa agotado, hoy había sido un día de entrenamiento bastante duro, desde que Enzo encontró a su mate, los entrenamientos pasaron a manos de Néstor, quien era el más especializado en lucha. Lógicamente, yo al ser el Beta, no estaba obligado a ir, pero aún si para liberar estrés era lo mejor.

Esta tarde tenía que ir a buscar a Talia, pues Enzo no podría ir por asuntos de las empresas externas a la manada, así que me tocaba hacer de chofer. Me levante conduciendome a la cocina donde, Marián mi abuela, estaba preparando una comida deliciosa para mis sentidos. Espaguetis con salsa carbonara.

De vicio.

-Hola abuela.-Me dedicó una sonrisa llena de cariño antes de darme un beso en la mejilla.

-Hola cariño. En unos minutos estará la comida, porque no vas a ducharte, estás hecho un asco.-Rei asintiendo.

-Gracias abuela, siempre tan sincera.-Me guiño un ojo antes de seguir a lo suyo.-Oye...¿hablaste con mamá? Lleva tiempo sin llamarme.-Me miro de reojo mientras suspiraba.

-Lo siento cielo. Ayer fui a verla y sigue igual. Lo de tu padre fue un duro golpe para ella.-Me mordí el labio asintiendo.

Mis padres, ambos hombres lobo, se enamoraron cuando apenas tenían quince años, sin embargo no eran mates. El caso es que mi padre, hace dos años encontró a su alma gemela, una humana. Dejo a mi madre y se fue con ella, desde entonces ellos viven en una pequeña casa al norte de Trisquel, mientras mi madre se ahoga en alcohol en su casa. Cada semana, voy a verla, pero ella no me recibe gustosa, ve en mi la clara imagen de mi padre y eso puede con el amor de madre que debería sentir. Y mi padre, bueno, al principio estaba cabreado y molesto con el, pero luego entendí su situación, eso no quita que, la relación que teníamos tan apegada antes ahora no fuese así.

En cierta manera, tengo miedo de que me pase lo mismo, aún así, deseo que mi madre encuentre a su alma gemela para que la saque del agujero en la que ella misma se ha metido y ahora no puede salir.

-Esta bien.-Le reste importancia claramente entristecido.-Bajo en unos minutos abuela.-Bese su mejilla antes de desaparecer escaleras arriba, limpiando así un pequeña lágrima rebelde que se me había escapado.

(...)

Baje del coche una vez lo había estacionado en el aparcamiento del instituto. Mire el reloj verificando que, aún quedaban cinco minutos para que el timbre, que indica el final de clases, sonase. Camine lentamente hasta el principio del aparcamiento, así la despistada de Talía podría verme sin volverse loca buscándome.

Sentía mi cuerpo algo alterado, llevaba así desde que me había montado en el coche. Mi olfato era mucho más susceptible ahora mismo, podía oler todo en un radio de quinientos metros, y si, aquí entran las secreciones.

Moví mi pie nervioso hasta que escuché el timbre, y fue entonces cuando me quede parado sin quitar la vista de la puerta. Mi corazón comenzó a latir con gran velocidad, sin explicación alguna. Revolví mi pelo nervioso hasta que la vi, y entonces lo supe.

-¡Mate! ¡Mate!

Era pequeñita, rubia, con unas grandes gafas en su rostro, su nariz y parte de sus mejillas tenían pequeñas pecas que hacía que se viese adorable, unos ojos preciosos y unos labios que podrían llegar a ser mi condena, mi perdición.

Camine con largos pasos hasta posar mi cuerpo en frente del suyo. Sus lindos ojos se abrieron de par en par observándome con cautela y nerviosismo. Pose mis manos sobre sus mejillas adorando su tacto aterciopelado.

-Tan bonita...-Mi voz salió totalmente ronca.

-Que...-Susurro tan bajo que, si no llega a ser porque soy un hombre Lobo, no lo habría oído.

Al principio dude si debía besarla, pero cuando vi que sus ojos me analizaban avergonzada, y sobre todo, no se apartaba de mis caricias, ni dude en unir nuestros labios. Comencé a moverlos lenta y suavemente, saboreandolos y disfrutando del momento. Pude notar como después de unos segundos de confusión, sus labios comenzaron a moverse a la par que los míos. Noté que, sus movimientos eran torpes, así deduciendo que yo era su primer beso, y eso era algo que me encantaba.

Pero no todo fue color de rosa, sus pequeñas manos se posaron en mi pecho alejándome de ella bruscamente. La observe confundido mientras ella me miraba totalmente avergonzada, entonces hizo lo que menos quería que hiciese, salir corriendo.

-¡Bonita no te vayas!-Grite con todas mis fuerzas.-¡Bonita!-Pero ya era tarde, se había subido a aquel autobús, alejándose de mi.

Una gran frustración se posó en mi pecho, dolía sentir el rechazo después de haber probado sus labios.

La había asustado y quería darme una paliza por ello.

Pero algo tenía claro, pensaba insistir, ser su príncipe si era necesario, si así conseguía llegar a su corazón. Necesitaba eso y más, la necesitaba a ella de todas formas posibles.

-Liam.-Gire mi cuerpo encontrándome con una pelirroja colgada del brazo de su chico, Dylan, creo.-Adiós amor.-Le dio un fugaz beso, empalagoso.-Te quiero.-Sonreí cruzándome de brazos observando como el chico se sonrojaba.

-Yo también te quiero, preciosa.-Después de eso, se dieron un corto beso antes de comenzar a andar al coche.

-"Te quiero"-Comence a hacer ruidos con la boca imitando sus besos.-"Quiero que me hagas el amor Dylan".-Mire su rostro totalmente rojo mientras yo ponía una voz chillona.

-¡Yo no habló así! ¡Rubio tonto!-Solté una carcajada antes de abrir el coche.

-Esta broma Talía. Me alegro por ti.-Le guiñe un ojo, para luego entrar en el coche junto con ella, y arrancar dirección Trisquel.

-Gracias Li.-Sonreí mientras ella ponía Una emisora de radio.

Tenia que hablar con Enzo, él sabría que hacer, él me escucharía como siempre hace. Porque a pesar de ser mi Alpha, y yo su Beta, siempre seremos mejores amigos, hermanos.

Bonita, serás mía.

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Lo prometido es deuda.😋

¡Bueno bueno! Liam está dispuesto a todo por Sam.

¿Que nos traeré esta autora en el próximo capítulo?

I don't know.

CHAN CHAN CHAAAAAAAN

-URSAHE-