Mi perdición. #MT3

-III-

Liam (POV):

-¿Eso es todo?-Bufé frustrado ante el tono burlesco de Enzo.

Fui corriendo hacia el, levante mis brazos lanzandole un derechazo, derechazo que esquivó, una y otra vez. Contraatacó enviando su puño directo a mi abdomen, seguido de un gancho. Caí al suelo intentando recuperar el aliento.

El cabron sabía que me iba a ganar desde un principio, y quien no. El es un Alpha y yo soy su Beta, aunque tenga más fuerza que los Lobos normales, el es quien tiene más poder.

-Nenaza...-Rodé los ojos aceptando su mano, la cual me había extendido para ayudarme a levantarme.

-Cabron.-Respondí limpiándome el labio magullado.

-¿Una cerveza?-Mostré una sonrisa ladeada palmeando su espalda.

-Querido Enzo, eso no se pregunta.-Comenzó a reirse mientras íbamos dentro de su mansión.

Después del pequeño entrenamiento que habíamos tenido, nos merecíamos esas cervezas como quienes más. Enzo es mi mejor amigo desde toda la vida, prácticamente hermanos de diferentes padres. El, junto con mi abuela, son mis principales confidentes en todo, absolutamente todo.

Llegue a su nevera, agarrando un par de cervezas. Me giré a gran velocidad en dirección de mi amigo.

-Piensa rápido.-Lance sin pensarlo una cerveza en su direccion, la cual cogió al vuelo..-¿Que tal van las cosas con la fiera?

La fiera, su fiera. Nunca había conocido una chica como ella, tan dura y sarcástica. Me caía realmente bien, y habíamos formado una pequeña amistad. Se que mi amigo está realmente dichoso de que ella por fin le haya aceptado después de toda la mierda de ambos.

Los dos se lo merecen.

-Bien.-Se encogió de hombros.-Después de todo lo que ha pasado esta mañana se ha tranquilizado y ha vuelto a clase.

-Me cae bien, es una chica valiente.-Me lanzó un puñetazo al brazo, que realmente dolió.-¡Au!-Me queje.

-Y es mi mujer.-Me advirtió con una sonrisa.

-Lo sé tranquilo.-Suspire triste.

Los envidiaba de gran manera. Encontrar tu mate en una humana de dieciséis años que, por ser idiota, huye de ti, es verdaderamente un lío. No por ello me voy a rendir, iré poco a poco, como hacen los humanos, y cuando sea el momento adecuado, le diré toda la verdad sobre mi y mi mundo.

He acudido tres veces más al instituto, y esas tres veces se ha ido corriendo como si estuviese en su acecho.

-No se que hacer, es pequeñita con gafas con pecas por su nariz y mejillas. Es tan bonita y tímida...-Suspire mientras me palmeaba la espalda, así dándole otro trago a mi cerveza.

-Tranquilo amigo, ella siente la conexión entre ambos, cuando le besaste no se apartó.-Eché la espalda totalmente en el respaldo mientras soltaba un bufido.

-No, pero luego salió corriendo.-Repliqué.

-Liam, tenemos a Kayla y Talía allí dentro, ellas pueden ayudarte con ella. Además, Kayla pasa tiempo en la biblioteca, seguro que la conoce.-Asinti algo ilusionado con ello.

-Tienes razón, igual se conocen. ¿Mañana vendrá, no? Así podría decírselo.-Sonreí.

-Si, se lo diremos. Así matamos a dos pájaros de un tiro, ni mi hermana ni Kay saben que has encontrado a tu compañera de vida.

Agradecía tener un amigo como él. Su carácter no era nada fácil, pero yo conocía al verdadero Enzo, y ese era mejor persona de lo que nadie pudiese imaginar.