Sam (POV):Subía tan rápido las escaleras de la pedazo de mansión que me sorprendió no tropezarme. Nunca había corrido tanto, ni si quiera en educación física, no se me daban bien los deportes, pero ahora mismo quería llegar a mi habitación y encerrarme.
- ¡Sam! ¡Rubita! – La voz de Kayla sonaba muy cerca.
Con miedo cerré la puerta de un portazo poniendo el pestillo. Los múltiples pasos se escucharon llegar de golpe, parando en frente de la puerta. Comencé a dar unos cuantos pasos atrás, me tropecé con algo cayendo de culo aun con la respiración alterada.
No podía ser lo que acababa de ver, no...
Los monstros no existen.
- Bonita... vamos abre la puerta. – Trague saliva negando la cabeza asustada. – Todo tiene... tiene una explicación.
¿Explicación? Eran... ¡lobos gigantes!
¡¿Qué clase de explicación me iban a dar para ello?! ¡Son licántropos!
Se supone que eso solo existen en los libros, no en la vida real.
*Flashback*
Mire por la ventana aburrida. Me había quedado sola en casa con Talia, pero esta se había ido a hablar con Dylan por videollamada. Se habían visto hace dos hora y ya querían verse nuevo lo que me parecía un poco exagerado por parte de ambos, sin embargo, que voy a saber yo del amor.
Suspire dirigiéndome a la puerta de la habitación, Liam me había dicho que volverían en un par de horas, que tenían trabajo y que Kayla iría con ellos. No quise preguntar si podía ir, no quería meterme en sus asuntos, pero me hubiera gustado que me lo hubiese ofrecido. A ver, quiero a Talia, pero cuando se trata de Dylan es demasiado intensa.
Bajé las escaleras cruzándome con hombres armados, me encogí en el sitio aumentando el paso para salir de allí, no entendía muy bien porque tenían hombres armados siempre por todo el pueblo, y mas en casa de Enzo y Kayla, pero cada vez estaba mas convencida de que el era un capo de la mafia o algo así.
Abrí la verja decidida a bajar la ancha calle, en frente estaba la casa de Liam, ¿algún día me la enseñaría?
En dos minutos ya estaba pisando la vegetación del extenso bosque, era maravilloso como Trisquel estaba oculto entre bosque y montañas, era lógico que pocos supiesen de su existencia, a parte de que, parecen que quieren mantenerse ocultos.
Con una sonrisa acerque el dedo a un trébol donde permanecia una mariposa, esta confiada se subió a mi dedo meñique. Acerque la mano a mi cara fascinada por la belleza de esta criatura, jamás había visto una mariposa igual.
Me sobresalte al escuchar un ruido seco y luego una risa, la de Kayla para ser concreto. El pobre animal se asustó, pues se fue volando en dirección contraria a las voces. Fruncí el ceño confusa, ¿qué hacía en el bosque? Comencé a caminar hacia ellos hasta que los vi, vi un enorme lobo negro y Kayla acariciarle las orejas. Sus ojos eran rojos como la sangre, nerviosa comencé a observar todo y entonces vi como un montón de gente que no conocía comenzaba a convertirse en... lobos gigantes.
¡¿Qué demonios?!
Mis ojos automáticamente se dirigieron a Liam quien me miraba sorprendido y asustado. E hice lo más lógico y lo que el instinto de supervivencia me dijo que hiciese, salí corriendo.
*Fin Flashback*
- Sam... - Kayla me llamo. – Mira se que estas asustada, yo lo estuve en su momento, pero no tienes porque tenernos miedo, ni a nosotros ni a nadie de esta manada. - ¿Manada? – Hace menos de un año descubrí este mundo, mi mundo, y créeme que es maravilloso. – Me limpie las lágrimas acercándome a la puerta.

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Mi perdición. #MT3
WerewolfÉl es Liam Wells, con una personalidad arrolladora. No es el típico chico malo, al contrario, es alguien tierno, romántico, y simpático. Él es él Beta de la manda Trisquel, y su vida de un vuelco cuando encuentra a su chica, su alma gemela, su mate...