-XXXII-

4.4K 307 28
                                        

Sam (POV):

Había pasado una semana desde la reunión donde conocí a Louis, mi padre biológico. Desde entonces lo he vuelto a ver dos días más que ha venido a buscarme al instituto para invitarme a unos batidos mientras nos poníamos al día de nuestra vida. La verdad es que teníamos muchas cosas es común, él a parte de cazador era médico, pero llevaba años sin ejercer. Se dedico desde muy joven a la caza de seres sobrenaturales que fueran un peligro para los humanos.

Mire de reojo la toga roja que estaba planchada y extendida sobre mi cama. Hoy era el día, por fin me graduaba. Lo había conseguido, había conseguido llegar hasta aquí. Hubo un tiempo que lo dude, exactamente después de recibir una de las tantas palizas de Charlie la cual me dejo peor que cualquier otra que hubiese recibido, dude de que llegase viva a mi graduación, y, sin embargo, aquí estaba.

Mi vida había dado un giro de ciento ochenta grados, cambiando radicalmente mi existencia. Y eso me hacia feliz, muy feliz. Pero lo cierto que lo que más adrenalina me generaba era pensar que mañana nos iríamos a Blood Moon para encontrarnos con la Loba Blanca y que ella llevase a cabo mi transformación.

Estaba segura de que iba a funcionar.

Gire mi cabeza cuando escuche que llamaban a mi puerta, se abrió mostrándome un Liam con una radiante sonrisa en la cara. Me acerque a él rápidamente dejándole un pequeño beso en la mejilla.

-        ¿Estas preparada bonita? Kayla y Talia te esperan abajo. – Asentí emocionada. – Tengo algo para ti.

Fruncí el ceño curiosa fijándome que una de sus manos estaba tras su espalda.

-        ¿Qué es? – Pregunte curiosa.

Este se rio sacando una pequeña caja haciendo que abriese los ojos de par en par. Con cuidado la cogí abriéndola rápidamente. Una cadena de oro con una pequeña estrella y una piedrecita azul en medio me dejo totalmente sin aliento. Era realmente hermosa.

-        Vaya... Li, es... - Alce la vista con los ojos cristalizados.

-        No llores bonita. – Se acerco rápidamente besándome los labios con dulzura.

-        Es hermosa Liam.

-        Ni una quinta parte de lo que eres tú, pero pensé que te gustaría. – Se rascó la nuca nervioso, acto que me lleno de ternura.

-        Me encanta, de verdad. – Me mordí el labio sin dejar de sonreír. - ¿Me la colocas?

Asintió sacando la cadena con cuidado. Se puso a mis espaldas mientras yo me sujetaba el pelo que me había alisado esta mañana, sus manos rozaron mi piel consiguiendo que me estremeciera por completo, jadee en silencio al sentir su contacto. Cuando sentí el clic sus manos aún no se habían alejado de mis hombros, poco a poco comenzaron a bajar dejándome una suave caricia por los brazos. Note su aliento sobre mi cuello, dejo un dulce y sensual beso sobre este provocando que soltase un bajito gemido. Comencé a sonrojarme.

-        Mierda bonita... - Me susurro al oído.

Estaba excitada, y él también.

-        Esta noche Li. – Le susurre de vuelta quedándose mudo.

Me gire para quedar cara a cara con él. Sus ojos estaban iluminados de ese azul tan característico de hombre lobo. Alce mi mano acariciando su mejilla.

-        ¿Segura? No quiero que pienses que lo único que qui... - Tome la iniciativa y le callé de un beso.

-        No lo pienso, nunca lo he hecho. – Murmure sobre sus labios. – Estoy lista para hacerlo.

Mi perdición. #MT3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora