Liam (POV):
Paseaba por la manada con Sam agarrada a mi mano, con nuestros dedos entrelazados. Ella iba comiéndose un helado de cucurucho de chocolate, parecía una niña pequeña feliz con su dulce. Ella sonreía a todo el mundo, y todo el mundo parecía fascinado por su honesta simpatía. Cuando llegábamos a la puerta de la mansión de mi mejor amigo una cabellera morena salió furiosa de allí. Se choco con nosotros tirándole el helado a mi bonita, aunque a este no le importo, lo que de verdad le importaba era ver a Kayla tal y como estaba, cabreada.
- ¿Kay? ¿Qué te pasa? – Esta miro el helado de mi chica.
- Lo...lo siento Sam. – Sam hizo un gesto con la mano quitándole importancia.
- Es solo un helado Kay, tranquila, pero ¿qué te pasa? – Pregunto preocupada.
- ¿Tú lo sabias?
Bueno, ahora mismo sus ojos de un amarillo intenso y brillante me miraban a mí. Estaba muy cabreada, podía sentirlo a un kilómetro de distancia.
- ¿El qué? – Pregunte desconcertado.
- Ella, esa... ha vuelto. – Fruncí el ceño más confuso. - ¡Una morena con unos ojazos azules impresionantes! Enzo le miraba... le miraba con dolor, pero con amor. – Termino diciendo con su voz rota.
No podía ser, ella no podía haber vuelto. Se suponía que se había ido lejos, fuera de la manada.
- Kayla... - Dio un paso atrás cuando me acerque a ella.
- Necesito pensar... ese perro pulgoso... - Le dio un corto abrazo a mi bonita. – Te comprare un kilo de helado, lo prometo.
Y se fue corriendo hacia el bosque. Notaba a Sam algo inquieta, miraba hacia la dirección en la que se había ido nuestra amiga, sabiendo de sobras que quería ir tras ella.
- Iré con Enzo, Sam. Él me necesita. – Esta asintió poniéndose de puntillas para darme un pequeño beso.
Aun me sorprendía cuando ella daba el primero paso.
- Yo iré con Kayla, si consigo pillarla. – Sonreí mirando a uno de los guardias que había rondado por la manada.
- Espera Sam. – ME miro alzando una ceja. - ¡Barton! – El hombre de unos treinta años me miro. - ¿Puedes acompañar y cuidar a Sam hasta encontrar a vuestra Luna? Se ha ido corriendo hacia el bosque.
- Por supuesto Beta. – Este se puso al lado de Sam, esta ultima aun impresionada. – Después de usted señorita.
- Él te protegerá. – Volví a besar sus labios para luego entrar en la mansión.
Camine por el camino de piedra hasta que llegue al portón. Saqué una llave que tenía y abrí la puerta. Lo primero que me encontré era a Enzo apoyado en la pared mirando un punto fijo en el suelo, pero a quien me encontré de cara era a ella, a Liana, el primer amor de Enzo, un Enzo de quince años.
- Hola Liam.
Fruncí el ceño. Miraba a aquella chica que en algún momento fue tan amiga mía como lo es Kayla ahora. Ella decidió desaparecer de un día para otro dejando simplemente una carta. Los padres de Liana después de uno de los ataques de la manada decidieron irse, vivir entre humanos, según ellos más seguro que vivir en Trisquel. Liana tenía para entonces diecisiete años, al igual que mi amigo. Enzo le habría marcado rompiendo el lazo con su alma gemela elegida por la Diosa Luna, él al ser Alpha puede hacerlo, sin embargo, ella decidió irse dejando a mi amigo aún más roto.

ESTÁS LEYENDO
Mi perdición. #MT3
WerewolfÉl es Liam Wells, con una personalidad arrolladora. No es el típico chico malo, al contrario, es alguien tierno, romántico, y simpático. Él es él Beta de la manda Trisquel, y su vida de un vuelco cuando encuentra a su chica, su alma gemela, su mate...