Liam (POV):Entre en casa de Sam hecho un puta furia. No veía mas que rojo a mi paso. Revente la puerta de una patada, destrozándola de cuajo por completo. Podía escuchar los golpes en la puerta en el piso de arriba, los gritos de ese hijo de puta, y si agudizaba el oído escuchaba a mi bonita llorar desconsoladamente.
No me lo pensé ni un segundo, y subí de dos en dos las escaleras destartaladas de la casa, y mas llegar, en frente de mis narices, tenia a uno de los mayores hijos de puta que habían existido en la faz de la tierra. Este, desconcertado dejo de golpear para mirarme a mí.
- ¿Tu quien mierda eres niñato? - Arrugué la nariz oliendo la mezcla de tabaco y alcohol que desprendia el muy cerdo.
Una sonrisa macabra salió de mí. Avance furiosamente y lo agarre del cuello estampándolo contra la pared. Mis ojos, iluminados, indicaban que mi animal interior estaba igual o más furioso que yo, y teníamos unas inmensas ganas de descuartizarlo con los colmillos.
- Soy tu peor pesadilla, hijo de puta.
Su rostro se comenzó a poner rojo, y de rojo paso a ser morado. Estaba estrangulándolo con una fuerza sobrenatural, y si presionaba un poco más le partiría el cuello como si de un palillo se tratase. Justo cuando lo iba a hacer, una mano tatuada agarro mi hombro.
- Créeme Liam que jodidamente te dejaría que lo hicieses, pero Samantha no te lo perdonaría, lo sabes. – Estaba fuera de mí, y aunque le oía no le escuchaba. – Liam. - Advirtió.
- Ordénamelo como Alpha, Enzo. No puedo dejar de apretar. – Mi voz se torno oscura. – Necesito que me lo ordenes o lo matare. – Dije fuera de sí. – Deseo sentir su sangre en mis garras y arrancarle la tráquea de un mordisco. - Solté sediento de venganza.
- Suéltalo, Liam. – No lo hice, y podía jurar que él hijo de puta estaba a punto de morir. - ¡He dicho que lo sueltes! ¡Tu puto Alpha te lo ordena, joder! – Y lo solté.
Su cuerpo cayó al suelo como un mero objeto inerte. Su corazón aun latía y en sus pulmones comenzó a entrar grandes bocanadas de aire. No lo habría matado, pero se pegaría una buena temporada sin poder hablar.
Acerque mi rostro al suyo, su mirada reflejaba terror, y eso, aunque era reconfortante no me satisfacía, y aun así no iba hacerle nada más por Samantha, además de gracias a Enzo.
- Escúchame, hijo de puta. No volverás a ver a Samantha, a partir de ahora ella va a vivir conmigo. Tengo un puto video en el que tu le estas pegando. – Me miro con los ojos abiertos de par en par mientras jadeaba. – Como si quieras atrevas a mirarla a lo lejos, el video irá a la policía y tu al puto cementerio. ¿Queda claro? – No dijo nada, y eso me enfureció. – He dicho ¡¿qué si queda claro?! – Asintió despacio sin moverse del sitio. – Bien.
Le di un puñetazo en la cabeza, dejándolo así inconsciente. Levante el cuerpo, girando sobre mis talones, quedando de frente con la puerta de la habitación de mi bonita. La voz de Enzo se hizo presente, sin embargo, no le mire, pues mi vista seguía clavada en la puerta.
- Os espero en el coche tío, no hagas ninguna estupidez.
- Si Enzo, gracias.
Se marcho escaleras abajo, y entonces yo toque la puerta con delicadeza un par de vez.
- Samantha, soy yo, Liam. - No respondio. - Tranquila, estas a salvo. – Nada. – Se que estás ahí bonita, ábreme por favor, yo jamás te haría daño.
Los segundos que tardó en abrir puerta se me hicieron eternos, pero cuando decidió hacerlo, escuche como movía muebles que debían de estar apilados en la puerta, para finalmente abrirla. Sus ojos azules estaban rojos de llorar, su pelo se veía alborotado junto con un gran moretón en la mejilla, de la bofetada que le había calzado su padre. Aprete la mandíbula llevando mi mano a su hermoso rostro, que parecía esculpido por los ángeles.

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Mi perdición. #MT3
WerewolfÉl es Liam Wells, con una personalidad arrolladora. No es el típico chico malo, al contrario, es alguien tierno, romántico, y simpático. Él es él Beta de la manda Trisquel, y su vida de un vuelco cuando encuentra a su chica, su alma gemela, su mate...