Mi perdición. #MT3

-XXXVI-

Liam (POV):

-        Yo me quedaré protegiendo la puerta. – Había declarado hace diez minutos.

Por nada del mundo pensaba dejar que nadie, absolutamente nadie, traspasase esta puerta. Kayla se había quedado conmigo, sin embargo, no paraba de pasearse por el pasillo llena de preocupación mientras Enzo estaba ahí fuera peleando junto con Ian y el resto de esta manada.

-        No puede ser casualidad. – Murmuró mi amiga lo suficiente alto como para que la escuchase.

-        No creo la verdad.

-        Pero, ¿quién?  - Me preguntó desconcertada. - ¿Quién mierda nos ha traicionado? - Pocos eran lo que sabían que íbamos a hacer en nuestro viaje.

Mire hacia el techo suspirando, deje caer mi espalda para apoyarla en la fría pared.

-        ¿Louis? – Pregunte.

Kayla me miro y negó instintivamente. Tampoco pensaba que fuera él, aparte de que el hombre no tenía ni idea del propósito de este viaje, no lo veía capaz de hacer algo así.

-        Helen. – La mire con rapidez. – Ella se enteró antes de irnos.

-        No... pero ¿enserio crees...? – Este soltó un gruñido de frustración.

-        No lo sé, ¡joder!

De repente se doblo de dolor, con preocupación me acerque a ella agarrándole por la cintura. Pose una mano en su espalda intentando que se incorporase de nuevo. Levanto el rostro con los ojos iluminados y llenos de miedo. Era su vinculo con mi mejor amigo, le habían herido.

-        Ve. – Esta miro la puerta a mis espaldas y luego a mí. – Ve, tienes que...

Un estruendo me interrumpió. Ambos nos incorporamos mirando hacia el final del pasillo, donde se encontraban las escaleras que conectaban la entrada de la casa con la parte de arriba. Aprete ambos puños con furia, podía oler la peste mugrienta de los cazadores en la mansión. A mi lado Kayla se puso en guardia para estar preparada.

-        ¿Listo rubio teñido? – Sonreí de lado.

-        Nací listo. -Está me miró con diversión.

Un hombre venia corriendo hacia nosotros, lanzo una daga a la cara de mi amiga, sin embargo, soy un maldito hombre lobo y mis reflejos multiplican los de esa sanguijuela. Alce la mano cogiendo el mango al vuelo. En un rápido movimiento lo lance hacia su puto cráneo atravesándoselo por completo.

-        Y soy rubio natural. – Esta rio tocándose el costado donde parecía que habían herido a mi amigo.

Frunció el ceño.

-        Hay dos más. – Me dijo.

-        Acabemos con ellos y ve con Enzo. Si ves algún guardia mándalo aquí, diles que su Luna necesita protección. – Me asintió dándome un suave apretón en la mano.

-        Sam tiene mucha suerte de tenerte Liam.

Lo cierto que esas palabras que venían de Kayla eran muy importantes para mí, no porque fuese la alma gemela de mi mejor amigo, sino porque de alguna manera Sam y ella eran la descripción de almas gemelas en lo que respectaba en amistad.

Dos hombres más aparecieron, quedándose parados con dos pistolas, miraron a su compañero que yacía en el suelo mientras yo observaba el símbolo que tenían tejido en la solapa de la cazadora. Eran del Circulo Mortis, eran ellos y venían a por Sam, no tenia duda de ello. Mire a mi derecha viendo que Kayla había desaparecido, joder, estaba jodido. Llevaban armas de fuego y yo estaba totalmente desarmado, ni si quiera sabia dónde estaba Kayla.