La Voluntad De ORFEO • JeongCheol

dos:

Las vacas habían comido una buena cantidad de pasto, y del más fresco, por lo que las fui a dejar a su sitio.

Bajando por el sendero, vi a una señora vestida muy formal junto a mi abuelo en la entrada de mi casa. Me acerqué minuciosamente y sin estorbar en la conversación, pero logré escuchar un poco de lo que la señora dijo: "...Es extraño que él haga estas cosas; es más, nunca lo ha hecho". ¿Sobre quién hablaba? De mí no creo.

Fui a la cocina por un poco de pan y agua, pero escuché un pequeño llanto que provenía de mi habitación, que también era la habitación de... ¿Dino? ¿Dino estaba llorando? Entré preocupado y, efectivamente, debía estarlo, porque él estaba llorando con horror. Me acerqué rápidamente y le pregunté qué estaba pasando.

-¡Dino! ¿Ocurre algo?

-La maestra... vino a decir algo -responde asustado.

-Puedes decirme lo que sea. -corroboro que nadie venga-. Nadie viene, estás a salvo. -sostuve su mano.

Sentí como temblaba de miedo y cómo sus lágrimas caían sobre mi mano. Parecía que había cometido un crimen. Me agaché para poder verlo directamente y hacer que entre en confianza para confesar lo que sea que hubiera pasado.

-¿Ella es tu maestra? -espere una respuesta oral, pero solo asintió lentamente con la cabeza-. ¿De que?

-De-de... Inglés -dijo tras cerrar sus ojos por lo empapado que estaba.

¡Inglés! Justamente acerca de eso es el exámen que Dino no quiere mostrar, algo que nunca pasaba.

-¿Qué pasa? ¿Pasó algo malo?

-Yo-yo... -entre un intento de no llorar más- ¡No quise hacerlo, no quería hacerlo! -me abraza con desesperación-. El abuelo ya lo sabe, ¡ya lo sabe!

-Calma, calma por favor...

Lo aparté y sequé sus lágrimas con mis dedos. Le hablé despacio, con tal de calmarlo y entender su escalofriante terror.

-Dime lo que pasó.

-¿Prometes no enojarte conmigo? -decepcionado.

-Te lo prometo. -sonreí suavemente.

-Bueno... -agarrando mi mano mientras terminaba de limpiar su rostro-, lo que pasó, es que... -toma un poco de aire- me pillaron pasando respuestas. -se echa a llorar nuevamente.

-¿Qué? -Estaba sorprendido; no podía creer lo que estaba escuchando.

-¡YO NO QUERÍA HACERLO! ¡TE LO JURO! ¡POR MAMÁ, POR PAPÁ! -me volvió a abrazar.

Sus gritos fueron de impacto, más si juraba por nuestros padres.

-Tranquilo, tranquilo... Sabes que nunca te juzgaré por un error que cometes. ¿Por qué estás así?

-¡¿POR QUÉ?! -seguía llorando-. ¡EL ABUELO ME VA A ODIAR DESPUÉS DE ESTO!

Lo separé de mí, lo recosté en su cama y le pedí que se sosegase mientras me dirigía donde mi abuelo. Justamente había terminado de hablar con la maestra de inglés de Dino, y su rostro estaba entre la furia y decepción.

-¿Abuelo? -me acerqué lentamente.

-¿Sacaste a las vacas? -preguntó un poco frío mientras se sentaba.

-Sí, las saqué. -esperé unos segundos-. ¿Abuelo?

-¿Qué quieres, hijo? -su mirada se encogía.

-¿Qué pasó? -me senté a su lado.

-Dino. Ese chiquillo falló por su culpa.

-No digas eso, debe haber una razón para que...

-¡¿Para qué?! -pregunta enojado-. ¡¿Crees que un "para qué" es suficiente?!