cinco:

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Mis ojos estaban viendo una pradera más amplia y empírea que la situada anteriormente en el barranco. Quedé absorto. Un río sé sitúa en el borde de la tierra, posiblemente e imposible a la vez, desde el puerto.

-No puedo creer esto -dije mientras el día nublado le daba un toque mucho más campestre.

-Muy hermoso, ¿no? -empezó a caminar y tuve que seguirlo-. El estricto de Zeus dijo que era mejor estar acá.

-¿Cómo es que este lugar llegó hasta acá?

-¡Ya te dije que fue Zeus! Ese tipo es muy aguafiestas. Para mi suerte, él no puede bajar a dar órdenes como en el Olimpo.

Nos detuvimos ya muy adentrados, con una nueva perspectiva del lugar. El río brilla por su reflejo desde acá y el césped ya no era rasposo, sino cariñoso.

-Qué dices, ¿me vas a leer ese cuento? -apuntando al libro.

-¡Ah, es verdad! ¿Dónde quieres que te lo cuente?

-¡Vayamos frente al río! -apuntó al lugar-. Poseidón hizo un buen trabajo encargándose de eso.

Volvió a tomar de mi mano mientras miraba despistado en dirección al río. Nos sentamos en el área más verduzca y él se acomoda, cruzando sus piernas y esperando pacientemente a que abriera el libro.

-¿Quieres que empiece? -pregunté preparado.

-¡Sí, por favor! -me responde como un niño emocionado.

Estaba por la mitad de la historia y Jeonghan parecía no aburrirse, y eso me deja bastante satisfecho, porque mucho de la lectura fue adquirida por mi propia cuenta y no por la escuela. Me hacía preguntas como "¿Cómo se llamaba el Lobo?", "¿Por qué no fue la madre de la Caperucita a dejar la comida?", e incluso, dudo tanto de las malas intenciones del Lobo, que dijo:

-Los lobos no son tan malos como cree ella. Cuando salí de un gran pozo con agua casi hirviendo, un lobo me tendió su pata para salvarme. -Sus interrupciones no me gustaban, pero claramente no lo entendía.

-Creo que dejaré la historia hasta acá -bajando el libro-, pero puedo continuar otro día. -cerrándolo.

-Oh, está bien, puedo esperar. -acepta con tranquilidad-. ¿Puedo hacer más preguntas?

-Sí, claro.

-¿La abuela es alguien discapacitada? ¿Por qué la urgencia de exponer a su nieta? ¡Oh, no me digas que ella tiene poderes o habilidades! -parecía muy entusiasmado si eso ocurría.

-Creo que es mejor que lo sepas cuando acabe la historia.

-La madre no me agrada. ¿Realmente ama a su hija para hacerla atravesar un bosque con depredadores?

-Jeonghan, es solo un libro.

-Sólo piensa en lo muy malcriada que ha de ser esa mujer para no ir ella en vez de su hija. -cruza los brazos, muy pensativo-. Definitivamente no es de mi agrado.

No se puede contener una pizca de burla con los comentarios de este tipo, por sus opiniones respecto a lo que no existía y por la seriedad que le da al asunto. Me mostré mucho más accesible a compartir una que otra risa con él después de conocer mejor su visión.

-Me gusta cuando ríes y sonríes -comenta ya acabando su pequeño momento de seriedad.

-¿En serio? -un tanto apenado.

Asiente lentamente con la cabeza.

-No he visto a muchas personas sonreír como tú.

-¿Qué tiene mi sonrisa de especial? -sin terminar de sonreír, aunque muy apenado.

La Voluntad De ORFEO • JeongCheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora