En el cuarto ya comenzaba un manto de calor que se tejía mediante Mingháo y Junhui y sus aplastadoras miradas, de pie y caminando de un lado al otro, como si sus párpados semicerrados fueran dedos gigantes sobre y debajo de mí, apretando para convertirme en papilla.
—Así que, Lee Seungcheol —dijo quien se supone que era Mingháo—, tienes intriga por lo que está sucediendo en el otro cuarto.
—Nosotros también —dijo Junhui.
—¡Junhui, basta! —le ordenó, molesto.
—Eres un amargado.
—Lee Seungcheol —volvió a repetir con un suspiro de estrés—, dinos por qué estabas haciendo lo que estabas haciendo.
—¿Quieren que les diga todo lo que he hecho sin siquiera conocerlos? —les pregunté muy ofendido—. Me han secuestrado.
—¿Lo ves, Mingháo? ¡Es tan adorable! ¿Podemos adoptarlo y utilizarlo como distracción?
—¡Junhui, cállate de una buena vez!
—¿Si me dejarán salir de acá? —pregunté en voz baja.
—Primero debemos extraer lo más que podamos de información —dijo Mingháo mientras se agachaba y se acercaba de forma penetrante—. ¿Qué eres y por qué estás en las filas?
—¡No les diré algo tan fundamental para…!
—Tienes dos opciones —interrumpió mientras, de su bolsillo trasero de su pantalón, sacaba una jeringa. Le quitó la tapa que cubría la aguja y dejó liberar un chorrito de líquido de aspecto peligroso—: o lo haces o hacemos que nadie sepa de tu paradero. —acercó la jeringa a mi cuello—. Decide en los siguientes cinco segundos.
Por su parte, Junhui sacó una pistola de su cinturón y me apuntó, sonriente como si me estuviera apuntando con una flor.
—Soy vigilante —contesté con un miedo impropio de mí—. Me uní hace pocos días y quiero averiguar la manera de salir de acá y liberar a más gente.
—¿Seguro? —preguntó Minghào, agudizando el final.
—Por favor, solo les imploro piedad. No saben el dolor que llevo dentro de mí y mis ganas de sobrevivir. Necesito sobrevivir para ayudar a los demás, por favor.
Por su lado, resumieron que eran infiltrados que querían salir con vida de toda la guerra que los venía persiguiendo desde hace mucho tiempo, y que gracias a gente incrédula han escalado sin mayores ajetreos en la pirámide del poder.
Ya en los últimos detalles de la charla, Junhui mencionó al General Amuro con una dureza indescriptiblemente limpia en su voz, cosa que merma con risas y sonrisas, como si fuera un chiste cada cosa que decía.
—Debemos encontrar ese libro —dijo Mingháo.
—¿Por qué el General Amuro es tan famoso? —les pregunté.
—¿Lo conoces?
—Sí…
—¡Dinos todo lo que sepas! —sacó su arma y apuntó hacia mi frente.
—¡¿Por qué quieren matarme si es que no digo lo que tanto quieren oír?!
—Sabes mucho de nosotros. Así que, si no abres la boca y vomitas esa información, te enterraremos en un bonito lugar…
—Un compañero de viaje asesinó al General Amuro.
Ambos frenaron todo impulso de odio y descarrilo.
—Al menos sabemos que se jodió —comentó Junhui— y que sus soldados están esparcidos.
—Junhui, debes salir ahora para vigilar todo lo que está sucediendo. Si escuchas algo acerca del General Amuro o sus soldados, lo retienes.
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La Voluntad De ORFEO • JeongCheol
Fanfic[En emisión] Cuando pasan las primaveras entre los lugares más templados, la paz vuelve a la soberanía, como siempre debió ser. Podrán pasar años, pero no será posible olvidar lo que fue a primera vista, la primera primavera. Cada mañana se iba a bu...