Aoi solía ser muy unida a su madre.
Tenía una memoria muy poderosa. Su primer recuerdo era de cuando tenía poco más de dos años, y era de ella viendo a su madre amamantar a su hermana Kanao. Su madre siempre estuvo ahí, en los primeros años de su vida de manera fundamental.
Pero su padre era un caso distinto. Probablemente lo recordaba menos porque él no estaba muy presente en su vida, no vivía con ellas. Sólo lo veía por algunos días en ciertas ocasiones distintas del año. Su llegada significaba felicidad, porque era cuando la familia estaba completamente reunida, compartían cenas, momentos felices, se contaban historias y él les traía regalos.
Había un recuerdo muy preciado para ella sobre su infancia con él. Tenía cinco años y su hermana menor estaba por cumplir los cuatro, así que su padre hizo una de sus visitas anuales para pasar juntos los cumpleaños de Kanao. Al igual que en todas las demás ocasiones, les trajo obsequios a ambas.
—Su madre me ha dicho que han sido unas niñas muy buenas...
—¡Sí, sí, sí, lo somos! —gritó con emoción.
—Entonces, como recompensa... —él prolongó un pequeño suspenso mientras retiraba la cubierta de la caja, revelando tres accesorios. —¡Les traje mariposas!
Las dos gritaron con emoción, lo abrazaron con entusiasmo y se apresuraron a querer tomar sus mariposas. Eran elegantes accesorios para el cabello, algo que nunca había visto en ninguna otra niña. Su madre, que se había unido a ellos, sonrió al ver la felicidad de sus hijas.
—La insignia de la familia Kochou es una mariposa. Y como ustedes son mis hijas, deben llevarlas con orgullo.
A Aoi le dieron en sus manos dos pequeñas mariposas azules. Su madre comenzó a acomodar una única mariposa rosa en el cabello de Kanao.
—¿Por qué solo tengo una y Aoi dos? —preguntó su hermana.
—¡Pero la tuya es más grande!
—Niñas, niñas, no discutan. —su madre reprimió. —Denle las gracias a su padre.
Aoi sintió que su padre la acercaba para sentarla en sus piernas. Le dio un beso en la coronilla y le susurró un secreto en el oído que le hizo apreciar más que nunca sus mariposas.
—Eres la hermana mayor, Aoi. Las hijas mayores llevan dos mariposas.
Y desde entonces, su cabello siempre estaba decorado de alguna manera con sus dos mariposas azules, el símbolo de su padre. Una parte de lo que era Aoi.
Al principio, Aoi ni siquiera le prestaba atención al por qué su padre no vivía con ellas. Pero con el paso de los años, ella fue creciendo y cada vez que lo hacía, sus instintos de agudizaban y se volvía más inteligente.
La primera vez que se cuestionó su condición, fue cuando se mudaron. En un principio, Aoi vivía en una casa modesta en el corazón de una aldea, no la recordaba mucho más allá de que era casi completamente lo opuesto a lo que estaba acostumbrada. Era normal que algunas de las paredes y los shoji estuvieran dañados por la humedad y las plagas, así que ella hacía pequeños agujeros que los atravesaban para poder espiar las actividades de su madre.
Tras la celebración de los cumpleaños de Kanao, Aoi no podía dormir y notó que su madre no estaba en la habitación con ellas. Pensó que estaría en la habitación donde dormía su padre, así que loa buscó ahí sin éxito. Sin embargo, vio el fuego encendido en la sala de té así que se tiró en el suelo para mirar por la grieta que tenía.
Sus padres estaban sentados juntos en el suelo. Uno frente al otro, solo bebiendo té mientras conversaban. Fue la primera vez en su vida que escuchó un tono diferente en su padre, uno que no era amoroso ni tierno.
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⇉ [ 🌕 ; ❛ 𝑩𝒂𝒋𝒐 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒏𝒂 ❜ ↷
Fanfiction╭──────✦『˗ˏˋ 𝗜𝗺𝗽𝗼𝗿𝘁𝗮𝗻𝘁𝗲 ˎˊ˗』 │𝙲𝚘𝚗𝚝𝚒𝚗𝚞𝚊𝚌𝚒𝚘́𝚗 𝚍𝚎 "𝚂𝚞 𝚛𝚎𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚘". 𝙽𝚘 │𝚎𝚜 𝚘𝚋𝚕𝚒𝚐𝚊𝚌𝚒𝚘́𝚗 𝚕𝚎𝚎𝚛 𝚊𝚕𝚐𝚞𝚗𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚊 │ 𝚎𝚗𝚝𝚎𝚗𝚍𝚎𝚛 𝚕𝚊 𝚘𝚝𝚛𝚊. ╰─────────────────── Shinobu Kochou es la hija adora...