⇉ [ 🌕 ; ❛ 𝑩𝒂𝒋𝒐 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒏𝒂 ❜ ↷

↷ ⋯ ♡ᵎ 𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖈𝖎𝖓𝖈𝖔

Desde que Shinobu Kochou aprendió a leer, sus historias favoritas fueron las de romance. Leyó todos los escritos que encontró en su casa con la esperanza de que fueran de amor. Cuando se terminaron, hizo que su padre le comprara más. El tiempo que tenía libre para sí misma, lo gastaba leyendo esas historias de romance.

La mayoría de esas historias manejaban la misma fórmula con sus personajes. Casi siempre eran princesas o mujeres importantes, delicadas e inteligentes, pero sobre todo hermosas, anhelando poder entregar su corazón al hombre que amaban, generalmente eran militares o aventureros. Su mente se volvió la de una romántica y solo anhelaba, en secreto, poder algún día sentir el mismo amor que tenían las heroínas de sus historias. Así que ella se volvió una niña soñadora, anhelando con que el niño que le gustara y ella pudieran tener un romance así. Esa era su esencia, su ingenuidad infantil.

Aun era muy joven cuando sus padres le presentaron a su primer pretendiente. Conoció varios, hijos de familias importantes, comerciantes ricos, incluso incurcionantes en la política. Ninguno miró a Shinobu como ella deseaba, no tenían la voz como a ella le gustaba, no despertaron ni siquiera una impresión favorable, pero sobre todo, ninguno era Giyuu Tomioka.

Ella nunca mencionó a su familia, ni a sus amigos cercanos que seguía pensando en Giyuu. Sabía que su familia pensaba que había tenido un enamoramiento infantil en la niñez, pero nadie dimensionaba todo lo que ella realmente sentía por él, así que tuvo que sufrir por sí misma y en silencio su agobiante confusión sobre esos sentimientos. Pudo haberlo compartido con alguien, como su hermana y en realidad lo pensó muchas veces, pero prefirió guardar esa maraña de emociones para sí misma. Y así pasó el tiempo, hasta que ellos casi parecieron incluso olvidar que a Shinobu solía gustarle Giyuu.

¿Era realmente amor? Shinobu sabía cómo se sentía el amor, amaba a su familia. Sabía lo que sentía por Giyuu porque era un sentimiento caliente y feroz que surgía de su pecho y se extendía por toda su alma, pero, ¿era eso algo más fuerte que un sentimiento infantil? Después de todo, ella sólo lo conoció en su infancia.

¿Era normal amar tanto a una persona que prácticamente ya no conocía? Ni siquiera sabía si Giyuu, dondequiera que estuviera, había cambiado tanto que ya no sería el mismo. Lo que ella sentía como amor era igual a estar caminando por un bosque oscuro, sin la posibilidad de ver por dónde se dirigía, sin saber si estaba siguiendo un sendero o estaba a un paso de caer por un abismo.

¿En algún momento habría alguien que la haría olvidarse de su amor de la infancia? Shinobu nunca se negó a conocer otras personas. Su corazón tenía las puertas abiertas para que alguien lo tomara, pero era como si Giyuu todavía tuviera la llave.

Meses antes de que ella y Kanae fueran a visitar a sus tíos, había visto al último pretendiente rechazado. Esa noche tuvo una charla con su mamá al respecto. Shimiko era una persona muy seria y fuerte que mantenía casi siempre su elegante rectitud en público. Ella seguía siendo así en privado, solo que actuaba más maternal, así que era cuando sus conversaciones se llenaban de mucho significado.

—Creo que terminaré siendo una solterona.

Shimiko sirvió té verde para las dos. —Pff, yo también pensaba eso y al final fui la primera de mis hermanas en casarme.

Shinobu le arqueó una ceja. —Tú eras la mayor. Y querías irte de tu casa.

Shinobu no conocía todos los detalles de la unión de sus padres. Su madre no era muy transparente sobre la infancia que había tenido y tampoco era muy detallista sobre cómo se había enamorado de su padre. Solía decir que "esa era una historia para dos". Sin embargo, sí sabía cosas, y sabía que su madre no era feliz y vio en el matrimonio una manera de escapar.