¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
‿︵‿︵‿︵୨˚̣̣̣͙୧ - - - - - ୨˚̣̣̣͙୧‿︵‿︵‿︵
Las actividades en la propiedad de los Kochou terminaron y el lugar se sumergió en silencio mientras sus habitantes descansaban en sus habitaciones por las labores del día, preparándose para el día siguiente. Solamente se escuchaban los grillos y las ranas de los jardines, que le brindaban a la noche una dulce melodía mientras los dos jóvenes se escabulleron en el lugar prohibido.
Kanae no se sentía preparada para lo que fuera que encontraría de su padre en el estudio. Él no había sido exactamente el mejor padre, ni el mejor hombre, o en general la mejor persona esos últimos días, especialmente con ella, pero de todas formas era su papá y no quería pensar algo malo de él. Aún lo amaba con todas sus fuerzas y lo conocía lo suficiente como para saber qué haría y qué no. Por eso estaba asustada de encontrar algo que la hiciera equivocarse.
Se sentía mal de hurgar en la privacidad de alguien, especialmente de su padre, pero no tenía otra opción. Ella y Sanemi se dividieron el trabajo: él se ocupó de los diarios de cuentas, donde su padre escribía los gastos económicos que tenía la casa, con sus ingresos y egresos; ella se encargó de sus diarios personales y algunas cartas.
No era sencillo leer los diarios personales de su padre. Después de todo, nadie quiere leer la intimidad de sus progenitores, así que lo hizo lo más rápido que pudo, manteniendo la distancia de las cosas más íntimas. Su padre tenía muchos diarios, escribía sobre su vida desde que tenía 18 años. Kanae no se fue tan atrás, pensó que lo que sea que ocultaba debía de ser algo no muy lejano, así que tomó los 7 diarios más recientes. La mayoría de las cosas eran simplemente descripciones cortas y breves de su día a día, algunos escritos sobre sus pensamientos y sentimientos sobre diversas cosas, se detuvo a leer con atención las páginas que estaban dedicadas a ella y a Shinobu.
Ella tuvo que ocultar sus lágrimas de Sanemi. Lo que decía Kaneshiro en sus diarios sobre ella la hicieron llorar porque eran los pensamientos más sinceros de su padre sobre ellas. Kaneshiro en verdad las quería y las amaba muchísimo, tambien estaba orgulloso del tipo de personas que eran, pero lamentaba de todas maneras la situación.
Sin embargo, no eran ellas a quienes dedicaba la mayor parte de sus escritos, esa era Shimiko. Ella definitivamente dominaba los diarios de Kaneshiro. Cuando hablaba de ella, se extendía por más páginas que nadie, sus palabras eran más sentimentales y profundas. De hecho, fue de ella de quien escribió en su primer diario. Hablaba desde las cosas más insignificantes pero especiales, hasta las más pasionales. Le sorprendía que para su padre, las cosas que vivía con su esposa eran tan especiales y significativas, ya fueran buenas o malas.
Cuando narraba alguna pelea, las páginas derramaba tristeza y dolor por su falta de atención. Cuando narraba eventos felices, se reflejaba la euforia positiva de su corazón.
