↷ ⋯ ♡ᵎ𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖎𝖊𝖈𝖎𝖔𝖈𝖍𝖔

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Makomo odiaba ir a los burdeles. Siempre que se encontraba allí, la rodeaba un aura de tristeza, desesperación, abandono, y todo tipo de cosas negativas. Por más que las mujeres estuvieran sonriendo, ella podía ver el horror detrás de todo. Probablemente saber que ese pudo haber sido su destino de no haber encontrado protección en Urokodaki, le hacía temblar

Pero ella estaba allí por Giyuu. Porque le gustaba acompañarlo, porque lo quería, porque era como un hermano para ella. Y especialmente porque sabía que a él tampoco le gustaba ir, y menos solo. Las mujeres lo abordaban e insistían en que pidiera los servicios, y para alguien socialmente torpe como él, podría ser muy abrumador.

Así que por eso estaban allí los tres, contando a Sabito.

Las casas más sofisticadas eran más difíciles de acceder, en el mejor de los casos, podían hablar con las matronas. Sin embargo, los burdeles pequeños en los pueblos y aldeas, donde tenían un más fácil acceso a hablar con las mujeres (sin ningún tipo de compromiso) era un poco más sencillo. El problema con los burdeles era que el ambiente era mucho más denso, y las mujeres eran prostitutas comunes, quienes a diferencia de las oiran, tienen más necesidad de trabajar, así que eran más insistentes.

Yoshiya Takeko era una de esas insistencias. Y una muy buena, para el lamento de Makomo. A diferencia de otras mujeres, ella disfrazaba su insistencia con genuino interés. Se sentaron los cuatro en una mesa, y mediante dulces gestos y palabras, ahora tenía los ojos de Giyuu y Sabito sobre ella. Era buena, se repitió a sí misma. También era extremadamente hermosa. No usaba el típico maquillaje que solían ponerse las oiran y las geishas, aún así, el sencillo maquillaje que llevaba le hacía brillar las perfectas facciones de su rostro. Su cabello negro estaba recogido en un sencillo peinado, con sólo un adorno de flores rosadas que iban a juego con sus ojos violetas, los cuales miraban a la gente con dulzura y seducción.

Makomo se sentía tan pequeña allí, frente a ella.

Como era de esperarse, ella conversaba mucho, y cada palabra que decía embobaba más a sus amigos. Sabito especialmente. Él era el más entusiasmado en hablar con Yoshiya, incluso cuando ya llevaban mucho tiempo sin haber tocado el tema inicial. Era como si Yoshiya los hubiera puesto en un hechizo. Giyuu tampoco decía nada, estaba como una piedra.

Makomo guardó muy bien para sí misma que le disgustaba el comportamiento de Sabito. Ellos técnicamente no estaban juntos, pero técnicamente, sí tenían algo. Primero era un apoyo mutuo, luego fue un beso, después de un tiempo se repitió, luego hubo más, hasta que escaló poco a poco y bueno, "tenían algo". Como no era su novio, ni su prometido, ni mucho menos su esposo, sentía que estaba en una posición en la que no tenía derecho a enojarse, pero solo ella sabía que desde hacía mucho tiempo sus sentimientos habían florecido por él.

⇉ [ 🌕 ; ❛ 𝑩𝒂𝒋𝒐 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒏𝒂 ❜ ↷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora