17 |Something About the Sunshine |

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La luz del fuerte sol de Los Angeles me despierta porque cae justo sobre mi rostro, así que abro los ojos y me topo con el ventilador que gira sin detenerse, aunque no es necesario porque el clima en esta ciudad es más que perfecto en esta época d...

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La luz del fuerte sol de Los Angeles me despierta porque cae justo sobre mi rostro, así que abro los ojos y me topo con el ventilador que gira sin detenerse, aunque no es necesario porque el clima en esta ciudad es más que perfecto en esta época del año, no es ni demasiado frío o demasiado caliente y permitió que Klaus y yo durmiéramos juntos sin incomodidades.

Y el hecho de que lo hubiéramos hecho sin ropa ayudó bastante.

Me doy la vuelta en la cama y descubro a Klaus durmiendo plácidamente, con su brazo descansando sobre mi cuerpo y cayendo sobre mi abdomen. Sigue dormido profundamente y en lugar de recriminarle que yo soy quien está mal y que él debió despertar primero solo me dedico a verlo.

Se ve tan calmado y adorable cuando duerme, como un cachorro al que te dan ganas de llenar de besos así lo termines despertando. A lo mejor no debería estar pensando estas cosas, pero decidí que hoy no pensaría en lo que está bien o lo que está mal, en lo que fue el pasado o lo que será el futuro, hoy en serio solo seré una mujer.

Una mujer que no se puede negar un placer de la vida y ese placer es ver a Klaus Mikaelson dormir.

—Deja de verme, pareces una acosadora. —Me habla con los ojos cerrados y yo ni siquiera me inmuto a pesar de que fue una sorpresa que se hubiera despertado de forma tan abrupta, ni siquiera sentí su respiración o su corazón cambiar el ritmo tranquilo que tenían.

—Tengo hambre. —Le pico una costilla y él sigue con los ojos completamente cerrados. —Tráeme a alguien para beber.

—¿No puedes aguantarte un par de horas? —Se queja aferrando su cuerpo al mío y siento cierta parte de su anatomía encararse en mi espalda baja, lo cual no es muy buena idea si tomamos en cuenta que no hay barreras entre nosotros.

—No. —Minutos tal vez, pero ahora que pedí comida mi estómago ruge. Él lo único que hace es quitar su brazo de encima de mí y ponérmelo frente a la boca. —Klaus...

—Es lo que hay. —Escucho el tono burlón en su voz mientras deja caer la muñeca contra mis labios, buscando relajarse para volver a dormir.

Veo su muñeca y la sangre que fluye a través de las venas parece llamarme, incluso juro que puedo verla moverse entre el azul que se marca en la piel clara. Rara es la vez que he bebido de un vampiro, mucho más de un hibrido, pero su sangre debe ser nutritiva porque tiene parte de lobo, ¿No?

Además, el aroma de él me tienta, por lo cual decido dejar de resistirme y simplemente clavar mis colmillos ahí, obteniendo ese delicioso néctar que me da un golpe de adrenalina en cuestión de segundos.

El sabor de su sangre me llena por completo, pero es aún más increíble cuando lo siento moverse y para que no me quite la muñeca tengo que sujetarlo con las manos, todo con el fin de seguir bebiendo esta delicia que, para bien o para mal, sí me satisface un poco.

—¿Es en serio? —Pregunta impresionado de que lo haya hecho. Veo su rostro, se ha levantado y ahora está casi sobre mí, con las rodillas apoyadas en el colchón.

Keyla {Klaus Mikaelson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora