30 |Tócame|

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Abro los ojos de golpe y lo primero que veo es a Klaus, pero no lo quiero ver a él

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Abro los ojos de golpe y lo primero que veo es a Klaus, pero no lo quiero ver a él.

—¿Dónde está mi hijo? —Pregunto con la respiración alterada viendo a mi alrededor y finalmente encuentro al niño de mis amores, aquél que en plena noche lloraba llamando a su mamá, el que me daba flores y era muy torpe, tanto que su hermana aprendió a vendarle las heridas para que yo no tuviera que acercarme a su sangre.

Encuentro a mi hijo, mi niño humano de quince años que quiere correr hacia mí y la emoción le gana al terror, pero Melody se gana ese primer abrazo de recuerdo lanzándose sobre él, haciéndolo caer al suelo, pero amortiguando el golpe con su velocidad.

—¡Alejo! —Grita feliz mi hija y obliga a su hermano a sentarse en el suelo para llenarle de besos el rostro. —¡Siempre fuiste un tonto!

—También me alegra que me recuerdes, hermana. —Responde Alejandro, aferrándose a Melody. —Te he extrañado.

—Yo te extrañaba sin saberlo. —Responde Melody haciéndose a un lado y yo puedo ver de nuevo a mi muchacho. —¡Mamá, Malcom, ya lo recuerdo! —Exclama mientras Malcom y yo nos acercamos a un paso un poco más lento. —¡Es mi hermano! —Le confirma a todo el sequito Mikaelson que está observando.

—¿A caso vosotros me recordaís? —Pregunta Alejandro, colocándose de pie con ayuda de Melody. —Por favor, yo... —Y se calla cuando Malcom es capaz de hacer lo que yo no creo poder: abrazarlo. —También es un gusto verte de nuevo.

—Necesitas un corte de cabello de este siglo. —Lo molesta Malcom y yo me río porque no es del todo cierto, si se pone ropa negra puede pasar por un metalero.

Cuando se separan, Alejandro me ve lleno de esperanza y amor y recuerdo que esas miradas siempre me las daba. Era un niño muy tierno y querido por todos, pero él y yo teníamos una relación especial que tal vez para mí fue lejana y acabo de recordar, pero, para él, hasta el día de ayer yo seguía siendo su mamá.

Contengo la respiración y lentamente abro los brazos, dispuesta a esforzarme para poder hacerlo, pero Alejandro me toma desprevenida y se arroja a mí, haciendo que el terror me invada nuevamente y que yo quiero empujarlo, correr y no volver.

Pero estoy paralizada, sintiendo como si me fuera a desmayar en cualquier momento, no puedo hacerlo a un lado y a pesar de que lo quiero tampoco puedo soportarlo.

Bueno... —Malcom llega a mi rescate y lo hace a un lado, yo por instinto volteo a ver a Klaus que ya estaba por venir y pienso la idea de correr a esconderme tras é, pero eso se vería muy mal, Alejandro creería que quiero huir de él y la verdad si quiero, pero solo de sus toques. —La familia está completa otra vez, ¿No?

—No... —Ay, Malcom, te creía más listo. —Falta papá... —Alejandro trata de hacerse el fuerte, de no llorar. A pesar de que Caleb siempre le dijo que estaba bien si lloraba, él decidió que no se podía mostrar débil. —Extraño a papá... —Y mi niño se deja caer.

Keyla {Klaus Mikaelson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora