23 |Malkocoglu|

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Remojo nuevamente el trapo en el agua fría, lo estrujo entre mis manos y se lo coloco a Malcom en la frente, que suda y se retuerce en la cama

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Remojo nuevamente el trapo en el agua fría, lo estrujo entre mis manos y se lo coloco a Malcom en la frente, que suda y se retuerce en la cama. Ya no grita, ya no rueda, solo tiembla cada tantos segundos y balbucea palabras en turco que podrían no tener sentido para cualquiera, pero para mí sí y me aterra lo que puede estar reproduciéndose en su mente.

Coloco mis dedos en sus sienes y cierro mis ojos. Sé que es difícil tomando en cuenta que es un vampiro antiguo, pero está tan débil e indefenso que no puede ser imposible lograr hacerlo, al menos debo intentarlo.

Cierro mis ojos y trato de entrar en su mente ¡Lo logro! Puedo ver a un pequeño Malcom de diez años que le suplica a su papá que no le haga eso, que no quiere que esas mujeres lo toquen, que un hombre no tiene por qué hacer eso. Cuando quiero llamarlo0 y decirle que ya pasó, siento como si su propia mente me diera una patada hacia afuera.

—¡Joder! —Grito, sintiéndome frustrada porque sé lo que le está pasando en su mente, algo a lo que ningún niño debería ser sometido y ningún adulto debería recordar.

—Freya dijo que no era buena idea hacer eso. —Klaus deja un nuevo tazón con agua rebosante de hielos en la mesa. —Podría ser contagioso.

—Gracias. —Le quito la venda a Malcom y la dejo caer en el agua nueva unos segundos, después, agotada de que se caliente tan rápido, no la escurro y se la dejo caer en la frente sin más. —No me importa que sea contagioso, solo quiero aliviar un poco esto.

—No hay mucho que puedas hacer por él. —Se hinca en una rodilla para estar a mi altura, después me sujeta las manos, pero yo las aparto para que no sienta que estoy temblando. —Soleil, vamos a descubrir qué pasó, solo necesitamos tiempo. —¿Tiempo? ¿Cuánto más? Malcom parece como si fuera a morir en cualquier momento. —¿Por qué no descansas un momento? Yo lo vigilo.

—No. —Acabo de ver a un pequeño Malcom rogándole a cinco mujeres para que lo dejen en paz, ¿En serio cree que lo dejaré solo? —Tú ve y has lo que quieras, yo me quedo con él.

—Soleil...

—Klaus. —Lo interrumpo, apretando los dientes. —Si te quedarás callado puedes seguir aquí, si sigues hablando será mejor que te vayas.

Él toma una sabia decisión, que es quedarse callado y, solo entonces, cuando confirmo que efectivamente no tratará de sacarme de nuevo, yo decido darle mi mano. El apodo que me da es bueno, me hace sentir mejor y así puedo ocultar el terror que siento ahora mismo, porque esto no es sobre mí, es sobre Malcom.

—Soleil...

—Te dije que no.

—No es eso, es que...

—Callate, por favor. —No quiero desquitarme con Klaus, él no tiene la culpa, pero Malcom está postrado en cama, la nieve sigue cayendo y...

—Huele como si algo estuviera muriendo. —Se queja rápido para que yo no lo calle.

Keyla {Klaus Mikaelson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora