22 |Somebody To Love|

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Despierto gritando y no sé por qué fue esta vez, no puedo recordar lo que soñaba, solo sé que era horrible, tanto que mi mente lo bloquea como si eso pudiera protegerme, pero la verdad es que no lo logra, solo hace que me frustre aún más el no sab...

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Despierto gritando y no sé por qué fue esta vez, no puedo recordar lo que soñaba, solo sé que era horrible, tanto que mi mente lo bloquea como si eso pudiera protegerme, pero la verdad es que no lo logra, solo hace que me frustre aún más el no saber qué es lo que me asusta tanto en las noches.

—¡Keyla, tranquila! —Klaus está a mi lado y me sujeta de los hombros, permitiéndome estar sentada en la cama, pero evitando que salga disparada a quien sabe dónde porque la realidad es que nadie me puede ayudar. —Fue una pesadilla. —Me lo recuerda, arrodillándose frente a mí y sujetando mi rostro entre sus manos. Con los pulgares me limpia las lágrimas que caen por mis mejillas. —¿Recuerdas lo que soñaste? —Niego con la cabeza. —¿Quieres hablar de eso? —Niego una vez más. —¿Quieres algo? Puedo traerte un vaso de agua o...

—¡No! —Chillo sujetando su mano cuando noto que hace el intento de bajar los pies y salir de la cama. —No quiero nada, solo quédate. —Le suplico y él aprieta los labios, examinándome. —El agua ya no me ayuda, de hecho, nunca lo hizo. —Confieso uno de los mayores secretos que le he ocultado durante siglos y él suspira.

Al principio de nuestra relación, mis pesadillas eran constantes y él se quedaba a mi lado; era peligroso al inicio porque los gritos alertaban a mi madre y él debía ocultarse bajo la cama para no ser descubierto. Cuando mamá se marchaba, Nik me daba un vaso con agua y decía que me ayudaría a calmarme: nunca lo hicieron, pero yo no le dije nada porque era su forma de tratar de ayudarme.

El tiempo pasó y las pesadillas que no recordaba al despertar se convirtieron en tiempos muertos para mi mente cuando él dormía a mi lado, no tenía sueños ni nada por el estilo, pero al menos al despertar estaba tranquila y podía pasar la noche entera. Al terminar, volvieron las pesadillas que no recuerdo, mezcladas con pesadillas que lo tenían a él como protagonista, esas eran las peores.

Y años después las pesadillas donde él era protagonista cambiaron a pesadillas donde Caleb lo era: pesadillas mezcladas con recuerdos.

Klaus respetando mi deseo se recuesta nuevamente en la cama, llevándome con él y permitiéndome acomodar mi cabeza sobre su pecho desnudo; me deleito con el latido de su corazón, que late desenfrenado por el susto que le di, pero poco a poco se va calmando al igual que el mío.

Estoy sudando por el miedo, pero al menos las lágrimas dejaron de fluir y solo soy consciente de su mano enterrada entre mis cabellos, frotándome la cabeza con gentileza, apoyándome en mi búsqueda de la tranquilidad.

—¿Segura de que no quieres que te traiga algo? —Lo siento moverse e instintivamente mi respuesta es subir la pierna derecha sobre su cuerpo, formando un seguro extra que le impida irse sin tener que dar pelea. —Está bien, Soleil, entiendo la indirecta. —Bromea besándome la cabeza y finalmente se queda quieto.

Respiro profundamente su aroma y me concentro en el ahora, no en lo que sea que haya soñado. Estamos en su habitación, en su cama, juntos, abrazados el uno al otro, él duerme usando solo ropa interior, yo duermo usando una de sus camisas que ahora ha sido designada como mi ropa de cama hasta que traiga algo creado para ese eso, pero no lo haré, porque me gusta esto.

Keyla {Klaus Mikaelson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora