❝No somos hermanos, Nik, pudimos amarnos todo ese tiempo❞
❝Podríamos amarnos ahora❞
AU de la serie The Originals, en el cual el final de la quinta temporada es diferente.
Portada creada por FaithLion
*Número 12 en la etiqueta #thevampirediaries [21...
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He visto adolescentes besándose a escondidas desde hace siglos y en forma casi imperceptible fueron haciendo esa práctica más notoria hasta el punto de que hoy en día parece como si se iniciaran el acto de apareamiento en plena vía pública, pero mientras van madurando dejan de hacerlo porque la pasión se extingue, se muere y si se toman de las manos en público ya es un logro.
Si ese es mi pensar ¿Por qué demonios estoy besándome con Klaus Mikaelson en frente de toda la ciudad de New Orleans como si no importara? ¡Es demencial!
Nos separamos finalmente y yo soy quien le da un pico corto para completar, aunque llevamos minutos haciéndolo y no es que me moleste, solo soy yo sobre pensando las cosas como una idiota.
Pero esos pensamientos se evaporan cuando sus ojos azules me observan.
—¿Te veré luego? —Pregunto y sueno muy idiota en este preciso momento.
Él asiente, sujeta mi rostro de nuevo y deposito un pico en mis labios, algo que parece ser lo nuestro últimamente.
—Claro que sí. —Me promete y sube a su auto para dejarme en frente del edificio.
Gracias al cielo no hago la estupidez de sacudir la mano despidiéndome de él, eso sería en serio patético y risible.
Subo a mi departamento sintiendo un muy curioso cosquilleo que me hace querer ponerme a bailar y cantar igual que una tonta, pero soy una adulta que logra controlarlo y entrar en el lugar sin parecer ridícula, porque ya es bastante malo que mi familia sepa que me fui con Klaus un fin de semana como para que también sepan que yo...
—Hola. —Me saluda una despampanante pelirroja sentada en el comedor, usando una de las camisas de Malcom como única prenda, la cual me permite ver sus pezones a través de esta. —Tú debes ser Keyla.
—No sé quien eres. —Junto a la pelirroja hay una castaña de ojos verdes, que me saluda con la mano porque tiene la boca repleta de aspirinas. —Tampoco sé quién eres.
—Ah, me hubieras avisado que volvías. —Malcom aparece con dos platos, uno en cada mano y uno para cada mujer. —Me hubieras avisado y hubiera pedido también algo para ti.
—Estoy bien, gracias. —Klaus me llevó a desayunar algo y después yo le comí la boca... Varias veces. Tomo asiento frente a la castaña, que se frota el cuello desesperada. —¿Dónde está Melody?
—Con su nueva mejor amiga, probablemente decepcionadas de ver que Klaus volvió. —Vuelve a la cocina y trae dos vasos de jugo de naranja procesado con él. —Esto les ayudará con la resaca.
—Gracias. —Comentan al unísono y empiezan a devorar el jugo mientras Malcom sirve su plato.
Mi mejor amigo, a quien conocí cuando era un mocoso de quince años (termino relativo) nunca ha sido un idiota a pesar de los padres que tuvo, sí, siempre estuvo chapado a la antigua de que la mujer era quien cocinaba y cuando finalmente lo convencí de que cualquiera podía descubrió dos cosas: 1. Cocina horrible y 2. Lo odia con toda su alma, así que cuando tiene una cita en la mañana le da comida preparada por alguien más.