25 |Polvo verde|

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El ataque de risa finalmente se calma y bajo la mirada al mayor moretón en mi brazo, que aún no termina de desaparecer y, según me dijo Jayden, no se irá en un par de horas

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El ataque de risa finalmente se calma y bajo la mirada al mayor moretón en mi brazo, que aún no termina de desaparecer y, según me dijo Jayden, no se irá en un par de horas.

Ahora que la droga que me dio ha comenzado a perder gran parte de su efecto me doy cuenta de lo bochornosa que es la situación y decir eso es un eufemismo, porque literalmente salí desnuda a reirme en los pies de Klaus Mikaelson con Jayden a mi lado.

Veo a Klaus que no deja de observarme y bajo la cabeza. El ataque de euforia que esa droga me dio fue bueno, pude permitir que Jayden me tocara (más de lo que me gustaría) sin sentir demasiado asco, pero ahora creo que si alguien llega a invadir mi espacio personal, tendré otro ataque de pánico, como el que tuve hace un rato y Jayden calmó a punta de bofetadas.

—Melody. —Suelta Jayden con voz melosa, listo para hacer la situación mucho más incómoda. Abre los brazos y temo que Melody decida aprovechar para arrancarle el corazón. —Dale un abrazo a tu tío favorito.

Melody aprieta los puños a sus costados, observa a Jayden y me aterra lo que hará, pero luego termina sonriendo de forma malvada.

—Con gusto. —Jayden levanta sus cejas y yo también, sin saber qué esperar de Melody. Mi hija se acerca a Jayden y ninguno de los dos cree que va a hacer algo amoroso porque lo detesta y tenemos razón porque pasa de largo, llegando hasta Elijah y le rodea la cintura con los brazos, sorprendiéndonos a todos. —Te quiero, tío Elijah. —Habla con voz dulce y en las puntas de sus pies se impulsa para poder darle un beso en la mejilla.

Elijah le sonríe, le devuelve el abrazo y la deja ir luciendo orgulloso. Yo me aprieto el puente de la nariz con los dedos pulgar e índice, pensando en qué momento este desastre va a explotar.

Llamar a Jayden no fue buena idea, nunca lo es y yo tengo la inteligencia de saberlo, pero ahora lo necesitaba. Él me distrae de mis problemas, me obliga a olvidarlos de la peor forma posible, pero al menos, mientras él está presente, yo no me siento tan mal y creo que eso es algo bueno.

Nadie lo entiende y no espero que lo hagan.

—Si ya terminaste con tu patética exhibición... —Comienza a hablar Jayden de nuevo mientras yo aferro la sabana a mi cuerpo, pero me duele hacerlo por los golpes que tengo. —Tenemos cosas que hacer, así que...

—¡Tú no te la llevas! —Como siempre, grita mi familia, pero los Mikaelson se le suman a ese grito.

—Bien. —Él cede y voltea a verme, indicándome que me quede callada porque no sabe cómo lidiar con las personas nuevas. —Nos vemos luego. —Me guiña un ojo y sale de aquí, esquivando a todos los cuerpos que buscan que los choque para poder tomar represalias.

Cuando él se va no me siento mejor, ni peor, pero sí tengo la necesidad de correr a buscarlo, no solo para que me dé más de lo que sea que me dio en cuanto llegó; no sé qué, no me interesa, pero me hizo reir tanto que no me importó que él me estuviera golpeando para probar que adormecía mi sanación.

Keyla {Klaus Mikaelson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora