especial¡!

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Uh... ¿Qué debería decir? Es el primer cumpleaños tuyo que festejamos... sin vos. Es raro. Triste. No me gusta. ¿Qué tengo que hacer para que vuelvas?

Sin vos este pueblo deja de ser lindo, Rosa quiere que salga más para despejar mi cabeza, pero la verdad no tengo fuerzas para hacerlo, ganas tampoco.

¿Desapareces sin explicarme? Más te vale que no te mueras, bobo, porque te voy a buscar hasta encontrar tu ingenua alma y traerte de los pelos otra vez.

Realmente no sé qué decir... debería saberlo, después de todo, es la primera carta que te escribo. Pero estoy confundida, pienso muchas cosas a la vez, siento muchas cosas a la vez. Nunca me pasó nada igual. Y sólo quiero tenerte conmigo de nuevo.

Nunca imaginé que la mejor noche de mi vida sería la que marcaría un después... uno muy feo.

¿Podes volver, bonito? Los chicos te extrañan.

Yo te extraño.

Siempre tuya, Mia.


Hey... aún no apareces. Pasó un año, quizás más, quizás menos, sinceramente no lo sé... pero nunca tuvimos ni una pista. Siempre fuiste muy escurridizo ¿no?

Por si te preguntas, las cosas no mejoraron... uh... todo se fue tanto de mis manos que tus hermanas tuvieron que ir a ayudarme, aún me da un poco de vergüenza. No actué con madurez... pero yo sólo quería tenerte de vuelta. Quiero, de hecho, aún quiero.

¿Por qué me abandonaste?

Ahora estoy viviendo en Casita, ¿loco, no? Tu madre... digamos que me acepta. No sé qué hago acá. Todo es tan confuso todavía.

Pero todos me ayudan, incluso Casita, me pasa frazadas, comida, pañuelos... me hace sentir protegida, a veces me gustaría que hablara conmigo. Siento que es la única capaz de percibir como me siento verdaderamente.

Por favor, volve a casa. Por favor, volve a casa. Por favor.

Volve conmigo.

Mia.



El tercero...

¿Estás comiendo bien? ¿Te abrigas bien cuando hace frio? ¿Comes bien los días que hace mucho calor? ¿Cómo estás?

Cada vez que me pregunto todo eso no puedo dormir, incluso ahora estoy escribiendo con los ojos hinchados de tanto llorar y dar vueltas en mi cama. Por si queres saber, dormir se volvió una tortura para mí. ¿Te acordas que amaba dormir? Bueno, ahora lo detesto. No es lo mismo abrazar una almohada con una camiseta tuya a que... dormir abrazada a vos.

Me haces muchisima falta. No puedo expresar lo que siento en una carta, es demasiado duro. Lamento si mis cartas nunca son largas, no tengo mucho para decir. Cuando te fuiste, te llevaste mucho de mi. Creeme cuando te digo que es mucho. Nada es igual, incluso mi propia casa comenzó a ser fría, vacía, era horrible.

Tímido • Bruno MadrigalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora