“Esa cosa no es una mujer”
Regulus
La cacería de brujas se ha reducido estos últimos días, me he concentrado más en expandir el reino, como lo indicó Hera. Demos y yo hemos estado planeando una invasión al reino vecino, Asva. Es rico en oro y tiene una gran expansión territorial. Las tropas del rey Philips son apenas la tercera parte de las nuestras.
El capitán se encontraba frente a mi, al otro lado de la mesa, analizando el mapa en pergamino extendido.
—Si trazamos la ruta por el sur llegaríamos más rápido pero es muy posible que nos vean. —señalé el trayecto en el mapa
—La ruta del norte está infestada de vampiros, acampar ahí sería demasiado riesgoso. —pensó un momento —a no ser que…
Demos muchas veces hacía eso, iniciaba una frase y la dejaba en suspenso, la mayor parte del tiempo su silencio venía acompañado de malas ideas.
—¡Que!
—Escuché que los vampiros le temen a las brujas, ellas conocen un hechizo capaz de pulverizar un ejército entero de éstos en segundos.
—¿A dónde quieres llegar con eso?
—Ir por el norte no solo nos daría tiempo, sino también ventaja. La guerra no duraría siquiera treinta puestas de sol.
—¿Y de dónde vamos a sacar una bruja que nos quiera ayudar?
—Tienes encerrada a una cerca de los calabozos —Demos rodeó la mesa para llegar a mi lado.
Pensé que mi capitán era inteligente, jamás imaginé que llegaría a decir tal estupidez y menos si se trataba de algo tan serio como una guerra.
—Estás imbécil, de verdad. —fruncí el ceño
—Piénsalo Argus, ella podría ayudarnos, nos facilitaría esto. —había una pizca de esperanza en sus ojos, de verdad lo creía posible. —Además, tú me dijiste que Hera la eligió a ella para que te ayudara en las batallas.
—Así fue.
—¿Entonces?
—No pienso aliarme a ella, no seas ridículo.
Demos rodó los ojos
—¿Por qué aliarte con ella cuando puedes usarla como arma?
—Muy bueno tu plan pero dudo que acepte.
—Desde que están casados ella pidió algo; ir con su padre. Si le ofreces eso a cambio de que nos ayude no dudará en aceptar.
—¿Y qué eso no es una alianza? —me crucé de brazos
—Si lo ves de otra forma, no, no lo es.
Pensé un momento la propuesta de Demos, quizás no sea tan mala. La ruta del norte era nuestra mejor opción si descartábamos a los vampiros, era una victoria segura. Ésta opción estaba llena de ventajas y solo una desventaja: la jodida bruja.
Todo sea por Halaác
—Está bien, pero si algo sale mal te quemaré vivo.
La bruja se encontraba hecha ovillo en una esquina de la habitación donde aterrizaban unos pequeños rayos de sol, temblaba de frío. Se veía más pálida de lo normal y muy delgada.
—Dahara, —habló Demos —Argus quiere hablar contigo.
Ni mi presencia ni la mención de mi nombre la inmutaron, era la primera criatura femenina que reaccionaba a mí con tanto desdén y de cierta forma me inquietaba un poco, lo cual me molestaba.
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DAHARA: La guerra de los dioses ( Los condenados #1)
FantasyA veces el destino juega como quiere.