𝑷𝒓𝒐́𝒍𝒐𝒈𝒐

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Gerard alzó la vista hacia su edificio y sintió un nudo formarse en su garganta, tenía los ojos llenos de lágrimas y el pecho oprimido. Se sentía tan mal que no había querido regresar, al menos no tan pronto.

Su compañero de piso debía estar esperándolo nervioso y emocionado, y él no tenía el valor de llevarle las malas noticias, aunque en algún momento, tenía que hacerlo.

Desde que todo el asunto del coronavirus había comenzado, Gerard sabía que el futuro que venía era inestable. Con la primera cuarentena lo confirmó, pues la empresa para la que él trabajaba comenzó a pender de la cuerda floja. Los días iban pasando y todo empeoraba, el estrés del trabajo desde casa era demasiado y los pagos semanales dejaron de efectuarse, aún así él luchó por seguir en su puesto pero finalmente todos los de su área fueron despedidos por un ajuste de presupuesto.

Esa noche no pudo parar de llorar, revisando sus estados de cuenta una y otra vez para asegurarse de que podría vivir dignamente por algún tiempo.

Frank, su compañero de piso, lo consoló toda la noche, le dio té y le quitó el computador de las manos cuando la ansiedad comenzó a ahogarlo. Lo cobijó y le aseguró que todo estaría bien, que juntos podrían salir adelante.

El problema fue que Frank también perdió su empleo poco tiempo después.

Los gastos básicos, alimentación y arrendamiento los pagaban entre los dos, sus gastos personales y de diversión corrían por cuenta de cada quien, pero en tiempo de cuarentena no habían muchas cosas que pudieran hacer para divertirse, salvo comprar productos por amazon y jugar videojuegos por las tardes.

Pero, la vida adulta es otro asunto. Es cruel y no da tregua. Los gastos son a diario y ver que los números en su cuenta solo bajaban desesperaba a Gerard.

Había pasado casi un año en esa situación y había intentado de todo, mandaba su currículo a cualquier oferta de empleo pero en la mayoría de las ocasiones ni siquiera recibía respuesta. Había tenido que vender su auto y únicamente tenían el de Frank para movilizarse. Incluso había intentado hacer pasteles y cupcakes, pero su vecina de abajo se le había adelantado y únicamente su madre y la hermana de Frank lo habían apoyado.

Con el asunto de la vacunación, pensó que todo se resolvería y que quizás así podría volver a trabajar. Sin embargo, se equivocó.

Una única entrevista de trabajo recibió por correo y de la cual, semanas después, obtuvo una respuesta negativa. Nuevamente, Frank, al ver su estado trató de hacer todo para consolarlo y así fue como le propuso unir sus ahorros para sentir un poco más de desahogo.

Él sabía que Frank quería ayudarlo más, que quería acabar con todo el sufrimiento y la tristeza por la que estaban atravesando, pero no podía hacer nada. Nadie estaba requiriendo de sus servicios como fotógrafo, todas sus cámaras y sus demás instrumentos estaban guardados, sin uso.

Una semana atrás, les había llegado el cobro del alquiler. Tenían dos meses de retraso en el pago y ninguno de ellos veía como solución el entregar el pequeño hogar al que se habían acostumbrado por tanto tiempo.

Seis años de vivir juntos como compañeros de piso. Había sido una ocasión tan divertida y única en la que se habían conocido, ya que Gerard había encontrado el apartamento de sus sueños cuando estaba en su último año de la universidad. Tristemente con un trabajo de medio tiempo y dependiendo en ciertos aspectos de sus padres, no se podía dar el lujo de quedarse con el local.

Gracias a su mejor amiga, había encontrado una solución antes de dejar ir su lugar de ensueño. Publicar un anuncio en los periódicos.

El día que citó a las cinco personas para que se conocieran y vieran el espacio, se arrepintió de hacerlo. Todos tenían un aspecto que iba en contra de todo lo que él podía tolerar; y con el número cuatro y su manía de desorden, sintió que era suficiente. Estaba dispuesto a llamar al número cinco para cancelar y que todo acabara ahí, él regresaría a casa de sus padres y después de llorar y quejarse todo volvería a la normalidad.

❍𝐧𝐥𝐲𝐟𝐚𝐧𝐬 ➛FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora