𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 6: 𝑼𝒏 𝒑𝒆𝒒𝒖𝒆𝒏̃𝒐 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒂𝒄𝒕𝒐

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Con el culo alzado en alto y el rostro sobre sus brazos, Gerard esperaba tranquilamente. Había llenado la piel de sus piernas con mucho iluminador y había atado en su cintura un pequeño y delgado fajón de piedrecillas brillantes, eso y los panties de encaje color piel era lo único que estaba usando.

Sonrió travieso mientras veía el reflejo del flash detrás de sus párpados, últimamente Frank siempre lo ponía en cuatro para follarlo y de pie o sobre sus rodillas para las fotos. No podía quejarse, le gustaba bastante estar así por que evitaba caer en más tentación y sobretodo, porque desde ahí le permitía a Frank estar en control.

La sesión de fotos que habían planificado para esa tarde estaba siendo rápida. Él ya estaba aprendiendo más a tomar mejores fotos y había podido sacar unas muy buenas de Frank y su polla dura escondida detrás de la tela de su ropa interior oscura.

Cada día mejoraban más como equipo. No cabía duda.

Gerard se dejó hacer cuando Frank se colocó peligrosamente cerca de él y le tomó las muñecas para colocarselas a los costados de sus rodillas. Su espalda había quedado más arqueada y se obligó a cerrar un poco más sus piernas para estar más firme.

Frank le sacó un par de fotos más en esa posición y luego se apresuró a colocar una pequeña videocámara en medio de los tobillos de Gerard, de tal manera que el ángulo de captura estuviese centrado en el culo de Gee; la otra cámara había sido colocada previamente en su trípode de frente a ellos. En esta ocasión el fotógrafo había planeado tener doble captura de lo que él iba a hacer detrás de Gee y los gestos que Gee hacia al momento de disfrutar. Lo único que Gerard no sabía era qué iba a hacer Frank.

El rubio sonrió engreído al ver a Gerard tan sumido dentro de sus pensamientos, tan inocente de lo que iba a recibir. Se lamió los labios mientras se acomodaba sobre sus pantorrillas detrás de Gerard, las cámaras habían comenzado su labor y él también la suya.

Frank no perdió más tiempo y tomó con delicadeza el borde de las panties de Gerard y las bajó de manera lenta hasta sus rodillas, las dejó ahí arremolidas y sin más se inclinó para comenzar a plantar besos en sus suaves y grandes glúteos. Beso por beso, cada vez más húmedo, hasta llegar al pliegue de sus nalgas.

Con sus firmes dedos tatuados separó las mejillas de Gerard y la boca se le hizo agua ante la visión. El agujero de Gerard era tan pequeño, suave y cálido, nunca se iba a aburrir de verlo y hacerlo suyo.

—¡Oh! ¡Mi! ¡Dios! —gimió Gerard en voz muy alta y abrió los ojos abruptamente cuando el cálido aliento de Frank estuvo sobre su perineo. Todo fue tan de pronto e inesperado.

Frank extendió su lengua plana y la pasó con una lentitud enloquecedora sobre el pliegue de Gerard, de ida y regreso un par de veces, hasta que el recorrido se hizo más pequeño y lo finalizó centrándose en su ano. Lo lubricó con su propia saliva y deslizó la punta de su lengua por el borde.

Gerard se tomó de las rodillas desesperadamente y recogió los dedos de sus pies mientras los gemidos escapaban de sus labios sin control. La hábil lengua de Frank le había penetrado suavemente para después intercambiar con suaves mordiscos sobre su anillo de músculos.

—N-nene... —dijo sin saber que más podía decir en ese momento, toda la coherencia se había esfumado de su mente. Pero nada se comparó cuando Frank colocó sus labios sobre su entrada y comenzó comenzó repartir besos más húmedos y largos, succionando un poco y bajando por el perineo hasta pasar su lengua por las bolas de Gerard, subiendo nuevamente para volver a atacar su agujero.

El rostro de Gerard era un poema, la piel se le había puesto rosada por el bochorno y cada vez que abría los ojos estos se volteaban a sus párpados por el placer. Sus labios no dejaron de estar abiertos mientras su polla colgada entre sus piernas pulsaba con desesperación y goteaba pre seminal sin parar.

❍𝐧𝐥𝐲𝐟𝐚𝐧𝐬 ➛FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora