🐑8🐑

3.8K 346 132
                                    

Jungwon tomó la llave de su bolsillo y abrió la puerta del pequeño cuarto al cual él llamaba hogar.

— Ya llegué... —dijo al aire al entrar, cuando se escucharon unas pequeñas garritas chocar contra el piso, corriendo hacia él—. ¡Maeumi!

Al fin y al cabo su perro era el único que lo recibía con esa felicidad.

— El dinero de hoy —dijo su madre sin siquiera saludarlo antes.

— Hoy no pude hacer demasiado... —le entregó unas cuantas monedas.

— ¿Y con esto para que se supone que me alcanza? —preguntó enojada.

— Es que me dio hambre y...

— ¿¡Te compraste algo!? —ella soltó una risa que no contenía ni una pizca de alegría y abrió la puerta a su hijo—. Vete. Y no regreses hasta que tengas esos bolsillo llenos de monedas.

— Mamá ya es tarde, es peligroso...

— ¿Realmente crees que me importa? —tomó un cigarrillo del piso y un encendedor de la encimera—. No entras sin dinero.

— ¿Cómo se supone que lo consiga? —dijo el menor perdiendo la paciencia ligeramente.

— Roba si es necesario. Después de todo alguien ya te pagó el hospital una vez ¿verdad? Deberías robarle a esa persona entonces —soltó el humo del cigarro en su cara—. Y llevate a tu perro si no quieres que me lo coma.

Jungwon se apresuró en tomar a Maeum. Sabía que su madre no bromeaba.

Tenía que encontrar otra forma para tener dinero.

Mientras tanto, te encontrabas en el auto de Heeseung, mordiendo tus uñas de los nervios.

— ¡Heeseung creo que lo vi! —dijiste señalando al frente y agachandote como pudiste al suelo del auto.

— ¡Por centésima vez! ¡Estamos muy lejos de la empresa de tu padre como para encontrarlo en el camino!

Estabas algo paranoica. No habías roto las reglas a tal punto de no llegar una noche a casa, así que los nervios te estaban devorando viva.

Te volviste a sentar bien en el asiento.

— Me aterra que ni siquiera haya tratado de llamarme...

— ¿Ni un mensaje? —te encogiste de hombros.

La verdad no habías revisado tu teléfono en todo el día, así que no lo sabías.

Lo prendiste con todo el cuerpo temblando y tenías un mensaje de él de hace un par de horas.

Ven a la empresa, no tengo tiempo de ir por ti hoy y no hay nadie disponible.

Papá.

— Es de hace dos horas... —le dijiste a Heeseung.

— Bueno, si no te ha llamado para decirte tu vida entera, es porque debe creer que estas en la empresa.

— Llévame, llévame, rápido —Heeseung rodó los ojos.

— Te llevaré solo porque no me gusta verte preocupada, pero debes dejar de sentirte tan aterrada por tu padre —giró el timón.

Soltaste un suspiro. También querías lo mismo, ya no querías vivir encerrada en la burbuja de tu padre, aunque sabías que poco a poco te estabas liberando de eso.

𝗠𝗮𝗹𝗮𝗯𝗮𝗿𝗶𝘀𝘁𝗮 [𝗝𝘂𝗻𝗴𝘄𝗼𝗻] 𝗙𝗶𝗻𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗱𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora