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— ¡McQueen! —al llegar al puerto de la ciudad lo primero que hizo Heeseung fue subir a su auto.

Las vacaciones en el campo habían terminado.

— Suban, vamos a llevarlos —les dijiste.

Todos subieron, estaban algo incómodos por la falta de espacio pero en fin.

Los primeros en bajar fueron Sunoo, Ni-ki y Jake, los tres se quedaron en la empresa de tu padre, luego del descanso tenían que seguir entrenando.

Luego fue Jongseong, lo dejaron en el trabajo de su madre ya que dijo que era la primera persona que quería ver al regresar.

El siguiente fue Sunghoon, dejándolo en su casa.

— Nos vemos —dijo antes de bajar—. Ah, _____, buena suerte —le sonreíste ligeramente y volviste a mirar al frente, sabiendo a lo que se refería.

— Solo quedan el malabarista y Maeum —dijo Heeseung volviendo a encender el auto.

— Ah, pueden sólo dejarme en la calle 7 —sonrió.

— ¿Qué? No, claro que no. Te llevamos a tu casa —insistió Heeseung.

— Pues... —Jungwon se veía algo incómodo y lo notaste, así que no tardaste en comenzar a ayudarlo.

— Está bien, solo déjalo en donde te pidió —dijiste.

Jungwon se bajó en su lugar de trabajo. Dejó a Maeum en el piso y lo primero que hizo cuando los miró nuevamente fue una gran reverencia.

— Jungwon-ah, no tienes que...

Él negó.

— Estás últimas semanas hicieron mucho por mí, lo mínimo que puedo hacer ahora es agradecerles... Realmente estoy agradecido de haberlos conocido —Heeseung y tú compartieron miradas.

— Oye... Tranquilo malabarista, no ha sido nada. Somos amigos ahora —Heeseung le sonrió—. Ya nos vamos. Si necesitas algo, conoces nuestras casas.

— Adiós —le sonreíste, despidiendote con la mano.

Jungwon cargó a Maeumi nuevamente y se dirigió a casa ¿Su madre se habría dado cuenta que no estaba? Oh, pero claro que sí.

En esas semanas no había llegado dinero a casa, así que estaba muy enojada.

— Ya regresamos —susurró Jungwon cuando entró a ese lugar.

Maeumi fue directo a buscar un poco de agua y Jungwon miraba a todos lados.

— ¿Dónde estabas? —escuchó la fría voz de su madre.

— Yo... Eh, pues...

— Sabes qué, no creo que debas gastar tu valioso tiempo en explicarme —rió sin gracia y le arrojó la bolsa de pelotas—. Vete de una vez a trabajar y más te vale que vengas con más de 100 mil wons o no vengas.

Jungwon se puso pálido, no tenía donde más ir, así que tenía que ponerse a trabajar de una vez por todas.

— S-si, mamá —suspiró, saliendo de casa nuevamente.

Al menos la pasó bien un tiempo.

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— Llegamos a tu casa hace 10 minutos ¿Podrías bajarte? Quiero ver a Minho —suspiraste—. ¿Por qué no quieres entrar?

— Porque... Mi padre me asusta, supongo.

— ¿Acaso hiciste algo malo?

— Nooo... ¿Si?... No tengo idea —reíste sin ganas—. Sunghoon y yo ya no somos nada. Y me gusta Jungwon.

𝗠𝗮𝗹𝗮𝗯𝗮𝗿𝗶𝘀𝘁𝗮 [𝗝𝘂𝗻𝗴𝘄𝗼𝗻] 𝗙𝗶𝗻𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗱𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora