𝗠𝗮𝗹𝗮𝗯𝗮𝗿𝗶𝘀𝘁𝗮 [𝗝𝘂𝗻𝗴𝘄𝗼𝗻] 𝗙𝗶𝗻𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗱𝗼

🐑6🐑

— Padre...

— Cállate —dejó con fuerza su vaso sobre la mesa, haciendo que el ruido resuene por toda la sala—. Me avergonzaste frente a los Park y acabaste con la confianza que te tenía, _____.

— Escuchame por favor...

— No es la primera vez en esta semana que llegas tarde ¿Haces algo después de la escuela? —negaste, mirando al piso—. ¿Entonces que te hace demorarte tanto?... Se acabó. A partir de mañana yo mismo te llevaré y recogeré de la escuela... ¿Entendiste?

Te quedaste callada. El haber hecho buenas acciones los últimos días solo te había traído problemas.

— ¿¡Entendiste!?

— Si, padre. —tragaste saliva.

Nunca más verías al malcriado, pero lindo, chico malabarista.

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Iban dos días en los que Jungwon ya había salido del hospital. Dos días en los que llevaba buscándote. Quería agradecerte, sabía que había estado muy mal de su parte el haberse comportado así contigo y el haberte llamado loca. Así que quería recompensartelo.

Esos dos días había trabajado desde muy temprano hasta muy tarde haciendo algunas piruetas. No ganaba tanto como con las pelota pero pudo ganar lo suficiente como para comprarte un pastel pequeño.

Ahora solo tenía que encontrarte.

Mientras tanto, tú tal y como había prometido tu padre, te llevaba y traía de la escuela y cualquier otra actividad que tuvieras.

— ¡_____ se hace tarde! —llamó desde la planta baja de la casa.

Tomaste tu bolso y bajaste sin ganas.

— Estoy lista —sacaron el auto del garaje y ambos subieron.

Pasaron unos 10 minutos, cuando tu papá  tomó tu teléfono.

— Hey...

— Estamos en la calle 7, en cualquier momento alguien te roba —dejaste de escuchar a penas mencionó "calle 7". Levantaste la cabeza rápidamente.

"por favor aparece, por favor aparece" pensabas.

— ¡Hola! —sonreiste—. Mi intención no es molestarlos, solo disfruten del show y espero que después de esto puedan apoyarme con una moneda.

Él sonrió y comenzó con lo suyo, al parecer había arreglado las pelota arruinadas.

—  Padre ¿tienes una moneda para darle? —le sonreiste lo más dulce que pudiste.

— No, claro que no. Ese tipo de personas contamina el mundo con su pobreza. Ni siquiera lo mires _____.

Mientras el miraba a otro lado, tu mirabas a Jungwon. Esperabas que hubiera comido bien en esos días y que le estuviera yendo bien.

— Oye padre... Si le pudieras dar un empleo a ese chico en tu empresa ¿lo harías?

Tu padre era el presidente de una de las empresas más importantes que reclutaba personas para ser trainees y hacerlos debutar en algún grupo o como solistas, en resumen, formaba idols.

— No lo creo hija. No tiene un buen aspecto y dudo que sepa cantar, o bailar. Además es un indigente, no es una persona que pueda ser ALGUIEN algún día —suspiraste.

Después de que terminó el show, Jungwon te miró. Sonrió ampliamente.

Se acercó a la ventana del auto y abriste mucho los ojos.

— Vete, vete —articulabas con la boca, pero no te entendía.

— ¡_____, quiero agradecerte! ¿Podrías bajar tu ventana?