La semana había pasado bastante rápido. La relación entre Sunghoon y tú mejoró demasiado, ya que gracias a él tu padre te había dejado de llevar y recoger por su cuenta.
Eso era porque ahora Sunghoon era el encargado de eso. No te ponía mal, después de todo ya lo considerabas un amigo. Hasta estabas considerando hablarle sobre Jungwon.
Y sobre Jungwon. Estabas algo preocupada. No lo habías visto desde ese día en la empresa de tu padre, ni siquiera en el semáforo donde siempre estaba, comenzaba a preocuparte el echo de que algo andara mal. Además que faltaban unos pocos días para que sea lunes nuevamente. Sería la cita que te había prometido.
— ¿Que día es hoy? —preguntó Heeseung animado, de la nada.
Ambos se encontraban en el centro comercial, puesto que le habías pedido que te acompañe de compras.
— No lo sé, Hee. Creo que miércoles.
— Me refiero al numerito y al mes —te empujó ligeramente.
— ¿12 de febrero? —sonreiste ligeramente entendiendo por dónde iba todo.
— Ajaaaá entonces, una persona muy bonita cumple años en una semana exactamente —sonreiste y este te abrazó—. ¿Me invitaras a la fiesta, verdad? —asentiste.
Te quedaste callada un momento, soltando algo que no esperaba.
— Quiero invitar a Jungwon —dijiste, sin mirarlo, ya que sabías que podía enojarse.
— No vas a invitar al indigente, _____ —suspiró—. Dijiste que no lo habías visto estos días, deberías ya solo dejarlo.
— Ese es el problema. No sé porque no puedo dejarlo... —suspiraste—. A penas me levanto lo primero que pienso es en él, al final del día sólo quiero saber como está o si ha comido... ¿Qué me pasa? —tomaste su brazo y lo sacudiste.
— Que se yo —lo miraste mal.
Decidiste no tocar más el tema. No querías que Heeseung se enoje más contigo.
— ¿Cómo me quedaría esto? —tomaste un vestido y lo colocaste sobre ti, probando.
— Horrible, el amarillo no es tu color —reíste un poco—. Ten, este se vería mejor.
Mientras continuaban, al final solo compraste un par de cosas, que en el único lugar que querías usarlas era en tu cita con el malabarista.
— Llévame a la empresa —dijiste subiendo al auto de Heeseung y este te miró curioso.
— ¿Y esta rosa? —reíste—. ¿Por qué quieres ir a la empresa?
— No es que quiera, voy a reunirme con mi padre y discutiré con él sobre la fiesta... Espero que acepte —suspiraste.
— Hablando de eso. Sunoo dijo que ha encontrado un bailarín genial. Creo que no era coreano. En fin, la cosa es que deberías mostrarle este video a tu padre —te extendió su teléfono.
Tenía razón, el niño que bailaba no lo hacía nada mal, pero había un problema.
— Heeseung, es un niño. No debe tener más de, no lo sé, ¿15 años?
— Quizás, pero no puedes negar que tiene talento —te encogiste de hombros.
— Se lo mostraré. ¡Cierto! Olvidé mencionarte que le mostré el video de Sunoo cantando. En realidad no dijo nada, solo "hmm, enviame el video" —imitaste su voz haciendo que Heeseung ría.
— Esperemos que lo acepten —arrancó el auto.
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— Bien, habla rápido _____, que en cinco minutos tengo una importante reunión.
Todavía seguías sin creerte que habías tenido que sacar una cita para hablar con tu propio padre.
— Es sobre mi fiesta de cumpleaños... Dijiste que pensarías sobre eso —movías tus pies, nerviosa.
— Si, mira hija, no creo que eso sea una buena idea. —abriste los ojos a mas no poder.
— P-pero mi madrastra dijo que habías cambiado de opinión —las palabras no salían correctamente.
— Eso fue antes, ahora no pienso igual que antes —sacó un regalo de la mesa de su escritorio y te lo entregó rápidamente.
— ¿Y esto?
— La próxima semana no estaré en Corea, así que esto es lo que te iba a dar. —apretaste los puños.
— ¿N-no vas a estar conmigo en mi cumpleaños?
Al parecer iba a darte una respuesta, pero su teléfono sonó y al ver que contestó, comprendiste que la conversación había terminado.
Saliste un momento a tomar aire fresco. En ese miento deseabas que Jungwon apareciera como por arte de magia.
Tomaste asiento en una de las sillas del parque, abrazándote a ti misma para que el frío no te envuelva más, y de pronto sentiste un par de pequeñas patitas de cachorro apoyadas en tus piernas.
— ¡Maeumi! —tomaste al perro para cargarlo—. ¿Dónde está él? Lo llamé con la mente, ¿verdad? —el perro solo se dedicaba a mover su cola.
Miraste a todos los lados para al final darte cuenta que no había nadie con Maeum.
— Maeum ¿Te escapaste de casa? —torciste la cabeza, confundida.
¿Qué estaba pasando?
— Disculpe señorita, pero no está permitido que los perros orinen aquí. Es propiedad privada —un policía se acercó a ti.
— Eh... No es mi perro —pasaste una mano por la cabeza.
El oficial te observó bien el rostro y esbozó una sonrisa, avergonzado.
— Lo siento tanto señorita Kim. Me sorprende verla sola por aquí. Imagino que debe estar siendo difícil para la empresa ahora —lo miraste raro.
— ¿Disculpe? —no entendías a lo que se refería.
— Claro. Le dije a ese trainee que no volviera a este lado del parque porque es privado y aún así volvió a hacer su show aquí —puso un rostro de confusión—. ¿Desde cuándo los trainees hacen malabares?
Te pusiste de pie rápidamente. Comenzaste a sentir náuseas, entendiendo por dónde iba todo.
— ¿¡Qué trainee!? —preguntaste, más bien sonabas exigente.
— El que usted defendió la última vez —pusiste una mano en tu cara—. No tuve otra opción. Me hizo enojar. Supongo que ya lo habrán botado de la empresa.
— ¡A que se refiere con eso! ¿Dónde está Jungwon?
— Arrestado —sentiste cómo tu corazón se detenía por unos segundos.
No sabías si sentirte asustada por el lugar donde él se encontraba o aliviada porque no estaba muerto.
— ¡Cómo puede ser posible! Él aún es menor de edad —el policía negó.
— Fue hace dos días que eso pasó. Para ese entonces su base de datos decía que acababa de cumplir los 18. Ya no es menor.
Pasaste tus manos por tu rostro y cabello repetidas veces.
— Lléveme allá, por favor.
Tenias que sacar a Jungwon de ese horrible lugar al cual solo lo habían llevado por algo que ni siquiera había sido justo.
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Escribí esta parte viendo un drama re triste donde pasaba lo mismo xao Kajsks.
Gracias x tanto les tkm
~ Maggi🐑
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𝗠𝗮𝗹𝗮𝗯𝗮𝗿𝗶𝘀𝘁𝗮 [𝗝𝘂𝗻𝗴𝘄𝗼𝗻] 𝗙𝗶𝗻𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗱𝗼
FanfictionElla está ansiosa de pasar todos los días por la misma esquina, justo en el semaforo de la calle 7, solo para ver al lindo chico de los malabares. Yang Jungwon. - ¡Hola! Mi intención no es molestarlos, solo disfruten del show y espero que después d...