𝗠𝗮𝗹𝗮𝗯𝗮𝗿𝗶𝘀𝘁𝗮 [𝗝𝘂𝗻𝗴𝘄𝗼𝗻] 𝗙𝗶𝗻𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗱𝗼

🐑19🐑

Jungwon se levantó temprano, no porque quisiera, sino debía ir a trabajar.

Aunque su trabajo actual no era tan diferente a hacer malabares en el semáforo.

Seguía con los malabares para llamar la atención de la gente, pero ahora tenía que llevar un traje de gato que lo hacía tener mucho calor aunque por lo menos tenía un sueldo asegurado. No era mucho, pero para él era suficiente.

Al menos agradecía estar en invierno.

— Ya me voy —dijo a Maeum, su madre seguía durmiendo, y posiblemente ni siquiera le importaría si se iba o no—. Hoy llegaré más temprano, te lo prometo —le sonrió a su perro, para finalmente tomar su mochila e irse.

Jungwon sabía perfectamente que día era ese. Tu cumpleaños. Pero ya no sabía que hacer.

Miró, dentro de su mochila, la invitación que le habías entregado. ¿Quería ir? La respuesta era un claro "sí" porque quería verte. ¿Entonces porque lo dudaba? Fácil.

Park Sunghoon.

Siquiera pensar en su nombre ponía sus pelos de punta. Solo lo había visto un par de veces y ya le tenía miedo y rabia al mismo tiempo.

Además de eso ¿qué clase de regalo te daría? Su primer pensamiento fue que tu fiesta estaría llena de jóvenes pudientes, mientras que él era la mascota de un restaurante.

Sentía vergüenza de sí mismo, pero ni siquiera sabía si tu querías verlo ahí. Si lograba encontrarte ese día, antes de la fiesta, entonces lo primero que quería era aclarar todo contigo.

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— Este lugar es tan tierno que da miedo —dijo Jay mirando por la ventana.

— Bajen, yo buscaré donde estacionar —habló Heeseung.

Tu hermano y tú bajaron del auto y se colocaron en la fila.

— Haz esta fila por mi y Heeseung. Ya vuelvo —sonreíste.

— ¿A dónde vas? —preguntó.

— No me voy a alejar demasiado. Lo prometo —caminaste hacia el lado contrario.

— pERO A DONDE... Olvidalo, porque sigo hablando solo —rodó los ojos y se quedó guardando espacio en la fila.

No tuviste que ir caminar demasiado lejos para encontrar a Jungwon en ese gran y caluroso disfraz de gato con el cual trabajaba.

Estaba sentado en la vereda, sin la gran cabeza de gato, despeinado. Parecía cansado, acalorado y sediento.

— ¿Puedo sentarme contigo? —lo sorprendiste un poco.

— A-ah, no creo que sea buena idea, yo... Estoy sudando y... —te encogiste de hombros y de igual manera te sentaste al costado de él.

Abriste tu bolso y sacaste un pañuelo.

— Si tanto te preocupa que te vea sudado, entonces limpiate —lo extendiste.

Tomó el pañuelo sin dirigirte la mirada aún. No sabía cómo comenzar.

— Jungwon-ah... —hablaste despacio—. Creo que tenemos que hablar sobre algunas cosas.

— Claro —aclaró la garganta.

— ¿Te parece si comenzamos por lo del día de la cita? —asintió.

— Yo... Realmente quiero creer que lo que dijo él fue mentira, pero, quiero escucharlo venir de ti. Dime que fue mentira, por favor —su mirada era como la de un cachorro bajo la lluvia.