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— ¡Al fin tierra! —Ni-ki exageró al bajar del auto.

— Que exagerado, manejo como un dios —se felicitó a sí mismo Heeseung, era un auto rentado está vez, pero igual.

Ambos autos se estacionaron fuera de la casa, te estiraste ligeramente cuando bajaste del auto y dejaste a Maeumi en el piso.

— ¡Maeumi! —Jungwon se arrodilló para recibir a su perro y sonreíste ligeramente.

— ¿Qué sucede? ¿Por qué no va con Heeseung? —te preguntó Sunghoon.

Comenzaste a balbucear nerviosa.

— Ah, pues... Jungwon va mucho a la casa de Hee... S-si eso eso —suspiraste.

No se veía del todo convencido.

— ¡Hoon! ¡Ayudame con estas cosas! —Jay llamó su atención y este fue rápido.

Heeseung se puso de pie a tu lado y pasó su brazo por tus hombros.

— Estoy agotado —dijo pegando su cabeza con la tuya.

— Está bien, hace mucho sol creo que todos deberíamos ir a descansar —le sonreíste y pareció recordar algo.

— ¡Cierto! ¿Cuántas habitaciones hay? —preguntó.

Lo pensaste un segundo.

— Creo que solo 4... —ambos se miraron pensando lo mismo.

¿Cómo las iban a repartir?

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Todos se sentaron en círculo en el piso de la sala principal de la casa mientras que Heeseung fue a la cocina a hacer quien sabe que.

La cosa es que tenían que esperarlo para jugar piedra, papel o tijera y repartir de manera justa las habitaciones.

A Jungwon le brillaban los ojos. Nunca había salido de la ciudad, y estar en una bonita isla alejada de todo lo hacía sentir algo de paz.

— Saben —hablaste—. Mi habitación no debería estar en discusión. Soy la única chica después de todo —te encogiste de hombros.

— Noona tiene razón, ella no debe sentirse incomoda, después de todo es su casa —Ni-ki te apoyó. Pero al parecer era el único que lo hacía.

— Sabes que, solo juega —dijo Jongseong y lo miraste mal.

Heeseung llegó con un paquete de papas fritas y se sentó entre Sunghoon y tú.

— Estoy listo ¿Deberíamos comenzar? —se veía emocionado.

Todos pusieron sus manos al centro.

— Veamos, son cuatro habitaciones —comentaste—. Dos cuartos  son para una sola persona, el otro es para dos personas y el último es para cuatro.

— ¿Y cómo vamos a hacer esto? —preguntó Jungwon.

— Es simple —Heeseung comenzó a explicar—. Quienes ganen en esta primera partida se llevan el cuarto que es para uno solo. Luego los que queden vuelven a jugar, quienes ganen van al de a dos y el resto al de cuatro.

Analizaste la información en tu cabeza, pero era mejor pretender que habías entendido, solo ibas a jugar.

— Bien. Piedra, papel o tijera —el juego comenzó.

En la primera partida Sunoo y tú salieron victoriosos.

Momento de la segunda.

— Otra vez. Piedra, papel o tijera —Heeseung se quejó de lo que había sacado. Él, Jay, Jake y Ni-ki habían perdido.

𝗠𝗮𝗹𝗮𝗯𝗮𝗿𝗶𝘀𝘁𝗮 [𝗝𝘂𝗻𝗴𝘄𝗼𝗻] 𝗙𝗶𝗻𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗱𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora