— Y preferí irme —le terminaste de contar a Heeseung—. De alguna manera ya lo esperaba.
— No te ves muy preocupada —dijo Heeseung sin quitar la mirada de sus videojuegos.
— Tú tampoco —rio—. Pienso quedarme en tu casa ¿No te importa?
Negó.
— Mis padres y mi hermano te quieren más que a mí y hay bastante espacio —le puso pausa un momento a su juego—. ¿Y por qué no estás asustada? ¿Trajiste dinero?
— Pues mi tarjeta, pero lo más probable es que si está muy enojado entonces sólo la bloquee, en ese caso tengo... —contaste unos cuantos billetes—. Setecientos mil wons (como 560 dólares)
— Bien, tienes lo suficiente para pagarme la renta de mi casa —le sacaste la lengua de manera infantil.
Te estiraste en el sofá, mirando al techo, sintiéndote algo preocupada, la misma pregunta rondaba en tu cabeza.
¿Qué iba a pasar cuando se te acabe el dinero? ¿Para ese entonces las cosas entre tú padre y tú habrían mejorado? ¿Él reconocería alguna vez que hizo algo mal?
Lo dudabas. Tal vez tendrías que buscar trabajo.
Tu teléfono sonó, era Gaeul de nuevo. Colgaste. Al menos por un par de días no querías hablar con ella ni con tu padre.
— Lo siento —susurraste ligeramente.
Heeseung se puso de pie y se estiró en su sitio.
— Parate —dijo.
— ¿Por qué?
— Tengo hambre y no puedo seguir jugando si tengo hambre, iremos al minimarket —bostezó.
— Estás con pijamas y tu auto ya está guardado.
— ¿Y? Vamos a pie —te quejaste, pero igualmente lo seguiste.
Mientras tanto, en la calle, las luces de los postes no alumbraban más, a Jungwon le sonaba el estómago del hambre y le dolían los pies de haber estado de parado todo el día bajo el sol haciendo malabares.
No sabía si prefería congelarse o insolarse.
Solo quería ir a casa, pero sabía que tampoco era bienvenido ahí, y mucho menos con la poca cantidad de dinero que tenía en la mano.
¿Tal vez debería ir a ver a Heeseung? Lo pensó bastante, pero ya iban a ser casi las 10 de la noche, no quería molestarlo tan tarde.
Pero realmente temía volver a casa. Se convenció a sí mismo que, al menos esa noche, debía buscar otro lugar para dormir, afortunadamente la noche no sería tan fría.
Caminó hacia el minimarket más cercano, con lo que tenía esperaba poder comprarse algo, no había comido desde muy temprano.
Llegó a uno que era bastante bonito, se preocupó de que las cosas estuvieran muy costosas. De pronto escuchó dos voces bastante familiares.
— ¡No compres eso! ¿Acaso tu cocinas, estúpido? —le dijiste a Heeseung ya que quería comprar materiales para hacer galletas.
— Siempre hay una primera vez —respondió de igual manera llevándose las cosas.
Jungwon trató de esconderse, no quería que se preocuparan por él y comenzaran a ofrecer comprarle cosas que él jamás podría pagar.
Pero no lo logró, ya que lo encontraste.
— Jungwon-ah —dijiste sorprendida de verlo ahí—. ¿Qué haces aquí?
— Pues... Creo que eso debería preguntar yo también —te sonrió.
— _____ se queda a dormir en mi casa —respondió Heeseung aún buscando sus ingredientes para las galletas—. ¿Quieres venir con nosotros? Jugamos videojuegos.
A Jungwon le brillaron los ojos. Solo había escuchado de los videojuegos en algún momento, pero jamás había visto ninguno.
— ¿En serio? —ambos asintieron.
— Y Heeseung va a cocinar, no vas a querer perderte eso, va a fallar totalmente —dijiste.
— Ella no confía en mi —le aclaró Hee.
— Claro que sí. Confío en que fallarás —le sonreíste—. Ven con nosotros.
Jungwon asintió, algo emocionado. Le emocionaba estar con dos personas que se habían vuelto importantes para él.
Por primera vez se sentía tranquilo, sabiendo que pasaría una buena noche.
🐑
Tu madrastra caminaba de un lado a otro, desesperada.
— La dejaste ir, ni siquiera intentaste detenerla ¡A estás horas de la noche! —Gaeul hablaba con tu padre, mientras tocaba donde estaba su corazón.
Se veía muy dolida, y era que estaba realmente preocupada.
— Es problema de ella. Cuando no tenga más dinero vendrá de rodillas a pedir perdón, y no tendrá más remedio que obedecer —siguió comiendo—. ¿Por qué te preocupas tanto por ella? Lo más probable es que haya ido a dormir a la empresa.
Gaeul lo miró, realmente ofendida.
— ¿¡Por qué tu no estás preocupado!? —pasó una mano por su cabello—. Jungchan, tienes que comenzar a escuchar a tu hija, sino la perderás por completo muy pronto. Y si por toda esta pelea algo le pasa a ella, entonces también perderás a tu esposa.
Tu padre la miró.
— Gaeul-ah, cálmate. Quién debería estar así soy yo, es mi hija, no tuya.
Gaeul abrió mucho los ojos. Esa había sido la gota que derramó el vaso.
— Conozco a _____ desde que tenía 2 años. ¡También es mi hija! La quiero tanto como a Jongseong.
— Tal vez, pero esta vez no es tu problema. _____ tiene que aprender a obedecer, y tú deberías saber cuando hablar.
Gaeul tomó su teléfono, bastante rota por esas últimas palabras.
— Iré a buscarla a la empresa y luego a mi taller, tú... Deberías pensar en todo lo que has dicho —tomó uno de sus finos abrigos del perchero y salió del comedor—. ¡Jongseong-ah, acompáñame!
Tu padre hasta ese momento no parecía ni un poco arrepentido. Sabía en el algún momento ibas a tener que pedirle más dinero, no te creía capaz de saber hacer algo para sobrevivir.
🐑
Hola kajdks, sabían q reviso los capítulos 8173 veces antes d subirlos y cuando los subo m da cólera pq encuentro algún error x culpa del corrector. LLORO DIOS.
Gracias x leer y votar ❤️ les tkm
~ Maggi🐑
ESTÁS LEYENDO
𝗠𝗮𝗹𝗮𝗯𝗮𝗿𝗶𝘀𝘁𝗮 [𝗝𝘂𝗻𝗴𝘄𝗼𝗻] 𝗙𝗶𝗻𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗱𝗼
FanfictionElla está ansiosa de pasar todos los días por la misma esquina, justo en el semaforo de la calle 7, solo para ver al lindo chico de los malabares. Yang Jungwon. - ¡Hola! Mi intención no es molestarlos, solo disfruten del show y espero que después d...