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JUNGKOOK

—Señorito su madre dice que vaya abajo que tiene que hablar con usted —miré por un momento desde mi cama donde me encontraba acostado, vi a la chica de servicio que había mandado mi señora madre para avisarme que fuera a verla.

—Dile que no cuente conmigo, que tengo cosas muy importantes que hacer —le dije a la chica y puse la música con el control remoto a todo volumen.

—¡¡Señorito no le gustará nada que no vaya!! —daba voces y a mí me daba exactamente igual.

La vi irse y respiré hondo, ella no podía pretender que hiciera lo que se le antojaba en cada momento. Estaba tan enfadado con todo, Yosy estaba herida, siempre desde que la conocí tenía marcado su cuerpo y eso me mataba, si ella supiera que tenía que hablarle de ese modo para protegerla.

No había querido a nadie cómo la quería a ella, quería abrazarla......¡Mierda! Necesitaba abrazarla. Verla allí toda humillada por la gente que se creía el ombligo del mundo me puso furioso, quería gritar y golpearlos por hacerle daño a la persona que amaba. Pero no pude decir nada, me quedé allí sin hacer nada.

Taehyung se estaba involucrando demasiado con ella, al final sus atenciones harían que ella cediera, eso lo estaba viendo.

—¡¡Kookie!! —mi madre apareció, sus voces y su aspecto me decían que habría bronca.

Quité la música y me senté en la orilla de mi cama.

—Ésta casa no es un club ni una sala de
música —dijo enfadada.

—Claro madre, es una casa muy digna —lo dije con una pequeña risa de asco.

—Pues si... somos una de las mejores fam....—no la dejé acabar.

—¡Somos una farsa! ¡Eso es lo que somos! — grité, éramos nada, ella inventaba lo que le daba la gana pero nuestra familia era basura.

—No sé lo que te ha pasado Kookie pero no eres el chico dulce del pasado...

—¿Cómo dices? ¿Que no sabes lo que me ha pasado? — estaba furioso, la odiaba, me levanté— ¡Tú has tenido la culpa de todo! Destrozaste mi vida y la de....

—¡No te atrevas a nombrarla en mi presencia! ¡Esa chica es la que tiene la culpa de tenerte de éste modo tan déspota y agresivo!

—Ella es la chica más maravillosa que nadie puede tener a su lado —dije entre dientes y con mi respiración agitada por el enfado monumental que tenía en éste momento —me pediste que la lanzara lejos sino quería verla entre rejas y eso hice —me acerqué a ella— me obligas a tratarla mal en la universidad para que no se acerque a mí, porque me has vuelto a amenazar de nuevo con meterla entre rejas — acerqué mi rostro al de ella— así que haz el favor de dejarme en paz madre, sino quiere que me vaya de ésta puta casa.

—No te reconozco, Kookie no eres mi hijo yo....

—¡Largo! ¡¡Fuera de mi habitación!! —grité con todas mis fuerzas y le di un puñetazo a la pared que tenía a un lado. Mi madre salió dando un portazo.

Cogí mi mano con fuerza y grité, la sangre salía a causa del gran golpe que había dado con toda la rabia que tenía estancada ya en mi pecho.

Me volví a tender en mi cama y cerré mis ojos, quería recordar los momentos que vivimos juntos, sabía que al final acabaría llorando como tantas otras veces, pero era lo único que me quedaba de ella mis recuerdos a su lado, eso nadie me los podría quitar jamás.

Pasado

—Eres tan bonita —le dije al verla en mi habitación con ese vestido que se había puesto hoy.

—¿De verdad no están tus padres en tu casa? — era tan inocente y tan pura, estaba asustada por si nos pillaban en nuestra primera vez.

—Están de viaje de negocios así que estamos solos tú y yo —le dije acercándome a ella.

Me sonreía con esa sonrisa que me volvía loco. Pasé mis manos por sus brazos abajo y cogí su cintura, la pagué a mi cuerpo y la besé despacio.

Temblaba y hacia que yo también lo hiciera, yo tampoco tenía experiencia en lo de hacer el amor, nos conocimos muy jóvenes y no nos dió tiempo a experimentar con otras personas, yo sólo había besado a algunas chicas.

—No tengas miedo Yosy, ésto es para decirnos que nos queremos más....mucho
más —hundió su rostro en mi pecho avergonzada, siempre hacía lo mismo para que no viera sus mejillas rojas, si ella viera que era lo que más me gustaba ver, que me volvía loco su timidez.

La cogí entre mis brazos y la tendí despacio en la cama, respiraba agitada y mordía su labio nerviosa. Yo respiré hondo para contrarrestar el miedo que sentía por si no sabía hacerla disfrutar en nuestra primera vez. Éramos tan inespertos, tuve que mirar varias películas porno para saber qué hacer en cada momento.

Nos quitamos la ropa con algo de risa y ella al ver mi erección que me estaba estrangulando vivo en ese momento abrió sus ojos asustada y luego los tapó a toda prisa.

—Yosy por favor no me hagas esto que yo también estoy algo asustado —cogí sus manos y las quité para que me mirase— sino quieres que lo hagamos no lo hacemos y no pasa nada.

Me acerqué para besarla y empezamos con pequeños besos, cada vez se hicieron más húmedos y yo bajé mi mano despacio hacia su sexo, al tocarlo pude notar que latía con fuerza, tragué fuerte al sentir por primera vez sus gemidos. Me tenía tan excitado, quería entrar en ella, lo había soñado tantas veces. Puse protección en mi miembro erecto, empecé a besarla de nuevo y la cubrí con mi cuerpo sin dejar todo mi peso en ella.

Me puse en la posición de su caliente entrada para ir introduciendo poco a poco mi miembro dentro de ella. Había dolor en mi acto porque ella emitía pequeños sonidos que me hacían entender que no era tan placentero como pensaba, le di besos por todo su rostro para calmarla un poco. Seguí despacio pero sin parar, por un momento se volvió todo mucho más placentero, nuestro gemidos hablaban por sí solos. Se retorcía de placer ella y me retorcía yo también, estábamos disfrutando después de todo.

Una gran sensación de placer extremo sintió mi cuerpo cuando llevábamos un tiempo con nuestro delicioso juego y los dos nos abandonamos a algo que nunca se nos olvidaría, lo llevaríamos grabado a fuego por el resto de nuestras vidas........



POISONED LOVE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora