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JUNGKOOK

Después de estar desesperado por dos horas salió al fin el doctor tras las puertas. Me levanté rápidamente con un gran temblor de piernas y un cansancio desmesurado, me puse detrás del señor Kim. Era su padre y tenía más derecho que yo a estar ahí delante del doctor, aunque no estuviese más preocupado que yo.

—¿Doctor cómo está mi hija? —dijo el pobre con la voz afectada por el dolor.

—Se encuentra estable, su vida no corre peligro, pero estuvimos muy preocupados por las heridas en su cabeza.

Mataré a Lisa.

Respiré aliviado por saber que mi pequeña Yosy estaba fuera de peligro.

Doctor ¿Y mi bebé? —dije de pronto, tenía que saber que también se encontraba bien.

—El bebé es fuerte no se preocupe, se aferró a su madre...es un valiente.

Las lágrimas que se quedaron atascadas en mis ojos anteriormente rodaron por mi cara, estaba tremendamente feliz, saber que todo estaba bien me hacía entender que todo nuestro horror vivido durante años tendría fin desde hoy mismo, yo se lo pondría aunque fuera lo último que hiciera en mi vida. Tenía una familia a la que cuidar, y quería amar a alguien que se lo merecía.

—Está despierta, podéis verla cuando queráis.

—Gracias por todo doctor —dije con una reverencia— vaya a verla señor Kim.

Dije sabiendo que lo que quería era correr veloz y estar a su lado pero no era mi turno, el respeto a los mayores era lo primero.

—Gracias Jungkook —se notaba que la quería tanto. Eso era lo que se había merecido siempre ella, un padre amoroso que la quisiera cómo se merecía. Sufrió tanto en su vida adolescente que ya era hora de encontrar cariño y ser querida por lo buena que era.

Me comía las uñas, mis zapatos sonaban con ruidosos golpes en el suelo y mi corazón latía con fuerza. Mis nervios eran un desastre que no podía parar de ninguna forma, deseaba verla con todas mis fuerzas.

Después de creer que me comería también mis dedos, vi salir al señor Kim con una sonrisa y los ojos todo rojos.

—Te espera hijo —lo miré con mi respiración agitada, le hice una reverencia rápida y corrí hacia el interior dónde ella se encontraba.

Paré de golpe porque creí caer encima de ella.

—Yosy —dije y tragué fuerte.

Estaba tendida en una cama, tenía su frente vendada y algún que otro aparato a su alrededor. El color ceniciento de su rostro hizo que mi corazón se rompiera en mil pedazos. Yo tenía parte de culpa por no haber parado todo desde hace tiempo.

—Jungkook —dijo un poco débil, yo puse mis rodillas al suelo y hundí mis labios en su mano, se la besé con besos cortos.

—Te quiero y te prometo que hoy acaba tu sufrimiento amor —alcé mis ojos a ella al sentir su otra mano pasear mi pelo. Tenía una leve sonrisa.

—Yo también te quiero —me levanté y acaricié su vientre despacio con lágrimas en mis ojos, bajé mi rostro y puse mi oído allí mismo para que mi hijo también me escuchara.

—Te prometo a tí, a Ji-hu y a éste bebé, que nadie jamás se atreverá a haceros daño.

Me levanté y puse mis labios en los suyos y los besé despacio por miedo a hacerle daño.

—Serás mi esposa Yosy, así sea lo último que haga en la vida.... serás mi esposa —toqué su mejilla con mi mano y atrapé de nuevo sus labios al ver que iba a llorar de un momento a otro.

POISONED LOVE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora