Capitulo 36: ¡Gran Reto!.

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Daemon me había propuesto un reto bastante exquisito, era un reto demasiado fácil sólo era decirle que si le podía dar un beso y que el aceptara, por supuesto este chico iba a aceptar ¿verdad?.
En mi bolsa de alguna extraña manera cargaba con unas tijeras no me acordaba a verlas puesto ahí, con las tijeras hice unos cortes al pantalón decolorado que traía creando un sexy short y corté la blusa azul marino convirtiéndola en croo top.

Tome la taza del chico y le di un sorbo, al sentir el café quemando mi boca, me altero y en un intento rápido lo escupo sin dudar ni un poco.

-¡Quema!-saque mi lengua-¡Señor!-le grite a un mesero que traía en su bandeja frapuccinos para los clientes, lástima que Carrie Steele los iba a probar primero.

Me levanté de la mesa y corrí hacia el mesero tomando la bebida y comencé a tomarlo.

-Muchas gracias-le regrese el Frapuccino al mesero que me miraba petrificado y me fui a la mesa del muchacho sentando me de nuevo-¿en qué estábamos?-le lance una mirada coqueta.
-¿Tu quien eres y que haces aquí?-me miro fastidiado por mi presciencia.
-Mira niñito creído, me harías las cosas más fáciles si me besas ahora-me acerque y cerré los ojos.
-Ni loco-tomo mis labios con sus manos y me aventó hacia atrás.
-¿Qué te sucede?-me levanté de la mesa.
-Vete de aquí, nunca besaría a alguien como tu-se cruzó de brazos-Sería como besar a un hombre-se movió como gusano e hizo una mueca de asco.
-¡Imbecil!-apoye mis manos en la mesa-¡Te arrepentirás de haber dicho eso!.
-Carrie, ¿Qué sucede?-me gire a mirar a Daemon.

Al parecer toda la atención del restaurante estaba en nosotros, se iba a armar un escándalo grande pero no iba a dejar que este tipo idiota me insultara. Daemon como siempre se metía en mis planes.

-Nada, nada-lo empuje-no te metas ¿quieres?.
-¿Qué es de ti está maldita, perra?-dijo el chico sentado en la mesa.

Gire lentamente mi cuello como una muñeca diabólica, la gente me provocaba, yo no hacía nada malo más que darle lo que merecían, se llamaba defensa propia ¿no?.

-¿Qué fue lo que dijiste?-dijo Daemon también furioso.
-Me entendieron bien-se encogió de hombros.
-Claro que si-puso sus manos en puños.

¿Qué fue lo siguiente que paso? Daemon se abalanzo hacia el chico sobre la mesa y comenzó a golpearlo, la gente tenía miedo en su cara pero no hacían nada para detenerlos, que digo, yo tampoco hacia nada para detenerlos, fui a la mesa en la que estaba con Daemon y tome mi Frapuccino.
Estaba relajada, venga tenía un show enfrente de mi como no estar relajada y sobre todo disfrutando que pocas veces hay cosas interesantes como estas.

Después de quedarme viéndolos unos minutos, me canse de estarlos viendo golpeando se la cara y como ambos luchaban como completos animales, aunque en realidad los animales se comportan mejor que ellos.
Harta de ver su pelea de niñitos tontos e infantiles , fui hasta donde estaban y los separe, ambos se quedaron sorprendidos por haberlos separado.
Claro, Carrie Steele es capaz de separar a quién se le de su gana y lo hará con mucho éxito.

-Carrie-dijo Daemon.
-¡Sh!-lo calle.
-Me han arruinado el día imbéciles-dijo el chico sexy.
-Y te lo voy a arruinar más-lo que hice fue darle un puñetazo en la cara tumbándolo al suelo.

¿Qué? Para qué se metía con migo, desde antes le avise que se iba a arrepentir y yo no dejo las cosas a medias y nada mejor que destrozar su mejor atributo.

-¡Salgan de aquí!-grito un señor barbudo que traía en sus manos un cuchillo.
-A la cuenta de tres corremos-le susurre a Daemon-Uno-el señor barbudo se acercaba-Dos-cada vez más cerca-¡Tres!-tomé de la mano a Daemon y esquivamos a personas hasta poder salir de la cafetería.

Corrimos como par de locos mientras el aire soplaba en nuestra cara, la brisa del aire era acalorada y un brillante sol iluminaba la mañana. Era tanto el sol que había, que mis manos comenzaron a sudar y a sí gotas de sudor se derramaron por mi barbilla, hice varias muecas de asco mientras me limpiaba en la camisa de Daemon. Daemon y yo nos detuvimos, era insoportable el calor y no podíamos seguir corriendo.

-Oye, no quiero tu sudor en mi camisa nueva-me alejó de su lado.
-Anda, déjame limpiarme en tu camisa, detesto sudar-me eche aire con las manos.
-¿Desde cuando?-levanto una ceja incrédulo-Desde que conociste a esas chicas, claro.
-Cállate y damela-le saque la lengua.
-¿Quieres mi camisa?-pregunto Daemon atónito.
-Si-dije agotada.

En verdad sentía que me desmayaba,no era exagerada, o tal vez si. No sabía desde cuando odiaba el hecho de sudar, antes lo hacía y nunca me había preocupado por ello. Pero ahora me sentía sucia y asquerosa.
Cuando me gire a Daemon vi que se estaba sacando la camisa del pecho, ya no tenía camisa, estaba desnudo del pecho así que me dije a mi misma:

"Carrie, piensa antes de hablar".

-Toma-me entrego su camisa.
-No era esto lo que quería decir-aun así me restregué su camisa por la cara.
-Tengo calor-se encogió de hombros.
-Bueno, pues eso a mi no me importa-le aventé su camisa-Ahora pontela.
-No me pondré esa camisa con tu sudor-negó con la cabeza.
-Ay-dije enfadada.

Genial, tenía a un chico casi desnudo al lado mío, mire de reojo como este chico tenía el cuerpo bastante masculino, sin duda le quedaban bien los abdominales. Que pensamientos, retiró lo que he pensado, este chico no está atractivo y mucho menos sexy, aparte ahorita no debería estar a lado suyo, no es correcto y no quiero hacerlo.

Cada paso, una mirada, cada paso, una mirada, cada paso,una mirada, cada paso, una mirada...esto fue lo que se repitió por mi mente mientras iba caminando por las calles, cualquier persona que pasara se le quedaba mirando a Daemon o debo decir a sus bien formados abdominales, con decirles que hasta los hombres clavaban su mirada en Daemon pensando que algún día podrían estar como el.

-¡Hey!-grito Daemon.
-¿Y ahora que?-gruñí.
-Tenemos que ir ahí-señalo un letrero.

Amplíe más mi vista y me di cuenta que ahí estaba el terror en un sólo nombre "Parque de atracciones: ¡Have a nice funny!". Sin duda el nombre no tenía nada que ver con el parque, recuerdo que la última vez que vine fue en mi cumpleaños, mi madre me había traído para celebrarlo y yo estaba encantada,pero no dure ni una hora ahí ya que en el primer juego llore, vomite, me maree y casi me desmaye. Definitivamente yo no era nada extrema en esa edad.

-Estas de broma-me reí.
-No-negó con la cabeza-Alto ¿Estas asustada?-negué con la cabeza-Conozco los síntomas del miedo, morderte las uñas-deje de mordermelas-Agarrarse el cabello-deje de hacerlo-morderte el labio-apenas y me di cuenta que me estaba mordiendo el labio.
-Ca-lla-te-tartamudee.
-Ah y además tartamudeaste-lanzo una carcajada.

Listo, yo sola me había echado de cabeza pero la verdad es que si estaba bastante nerviosa, desde esa vez los juegos me provocan náuseas y malos recuerdos.

-Entremos-le tomé la mano.

Por fin iba a vencer ese miedo que tuve por años y me iba a subir a aquel juego que me había provocado todo este terror durante varios años de mi vida, aquel juego que no me permitió ir al cumpleaños de Ron porque aún seguía temiéndole, aquel juego por el que tuve que mentir y decir que estaba enferma para que mi hermana no me llevara a celebrar su cumpleaños . Porque no quería decirle a nadie mi oscuro secreto.

Después de que Daemon pagara nuestros boletos de entrada camine hasta el juego que me había hecho sufrir hasta en mi propio cumpleaños. Pero no fue complicado buscarlo ya que justo enfrente de la entrada se posaba mi peor pesadilla esperando asustarme de nuevo. Ya no mas, esta vez iba a vencer mi miedo, no iba a dejar que esa montaña rusa controlara mi vida. Di un respiro y me prepare para subir.

Conociendo a chica mala ;)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora