Capitulo 41: Deseo de Daemon..

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-Es mejor que sigas enojada, no te diré mi deseo.
-Sino me lo dices, soy capaz de golpearte.
-También puedo golpearte ¿he? Se defenderme.
-¿Ah si?-puse mis manos en mi cintura-Le diré a la policía que intentaste abusar de mi y que me golpeaste sino me dices tu deseo.
-Eres mala-negó con la cabeza.
-Me lo han dicho muchas veces, ahora dime tu deseo.
-No.
-Bueno-me golpe con mi puño en la mejilla.
-¡Carrie!-el me tomo por los hombros-¿Estas loca?.
-Le diré a la policía que me golpeaste-puse una mano en mi mejilla, era doloroso.
-Creo que si estas loca-suspiro-¡Eso fue lo más estúpido que has hecho!.
-¡Dime lo ya!-me zafe de su agarre.
-¿Prometes no decirlo a nadie, mucho menos a Sam?.
-Lo prometo-levanté mi mano en señal de promesa.
-Mi deseo fue...que mi relación con Sam terminara.

Me quede boquiabierta ¿era enserio? Tanto dolor que el había sufrido antes para que ahora ya no quisiera nada con ella, me envolvió un sentimiento de incredulidad, era imposible, yo podía ver con mis propios ojos que el la amaba demasiado o tal vez me equivocaba.

-¿Porqué no la terminas?-levanté ambas cejas.
-No lo entiendes, si lo hago es capaz de matarme-se mordió el labio nervioso.
-¿Qué no sabes protegerte o que?-bufé.
-Lo que pasa es que ella no está sola, tiene a mucha gente con ella, gente que podría matarme.
-¿Porqué no vas con la policía?-me cruce de brazos.
-¿Es encerio?-río-¿Y qué les digo? ¿Disculpe, mi ex novia quiere matarme porque quiero terminar con ella? Quieren pruebas y no las tengo.
-Muéstrale tus golpes-le levanté la camisa.
-Oye, oye ¿que haces?-se bajó la camisa.
-Te estoy buscando pruebas-me encogí de hombros.
-No es cierto, tu querías ver mi abdomen-me hizo una cara de coqueteo.
-¡No!-grite alterada-Eres un...menso.
-Menso-repitió y después soltó una carcajada.
-Ya, menso-también reí.
-Dime ¿porqué ese deseo tuyo?.
-Cuando era chiquita mi padre le encantaba que fuera una buena persona, valiente y bondadosa...
-Como la cenicienta-se río.
-Si, exactamente-asentí-Algunas veces lo era, otras no, una vez me di cuenta que mi padre me tenía que querer realmente como era y el lo entendió, entendió que yo era diferente a mi madre y a mi hermana...pero para mi siempre fue complicado tener que ver la sonrisa que le hacia mi padre a mi hermana cuando ella le contaba que había ayudado a varias personas, en ese momento quería que esa sonrisa también me la diera a mi-me detuve un segundo, no quería llorar de nuevo-cuando se fue a Europa me propuse ser mejor persona, pero todo fue al revés, yo en la escuela no era notable y la gente me empujaba así que decidí volverme mala y ahí fue cuando mi vida cambió y se hizo más fácil, pero siempre tuve en la mente aquella propuesta que me hice y que no cumplí.
-Lo has intentado ¿no?.
-¿Qué?-levanté la vista hacia el con los ojos vidriosos.
-Quiero decir que...el estaría orgulloso de saber que vas mejorando en ser una buena personas.
-Pero aún sigo estancada y cuando tu te vallas seguiré siendo "Carrie la chica mala".
-Puedo quedarme-se encogió de hombros.
-Un trato es un trato, tienes que irte-el no respondió sólo se quedo callado.

El silencio me resultaba bastante incómodo, quería por una maldita vez tener un tema de conversación diferente, algo llamativo e interesante no cosas sentimentales y problemas amorosos estúpidos, no yo no quería hablar de eso.

-¿Alguna vez has jugado Grand The Auto?-rompí el silencio.
-¿Es encerio?-río-Soy adicto al juego.

Comenzamos a charlar de eso, ambos nos reíamos y conversábamos de una manera natural, aunque había veces en las que no podía entender ni una sola palabra de lo que este tipo decía, yo no era fanática de ese juego pero al menos sabía poco, al fin y al cabo no era tan ignorante.

-¿Ya has hablado con tu madre?-pregunto Daemon.
-Por ahora, no quiero hablar de eso...
-Si, si lo quieres.
-No lo quiero-puse mis manos en mi cintura irritada-¡Me importa una mierda si ella me mintió toda mi vida!-comencé a moquear-¡Lo hizo, Daemon! ¡Fui una tonta creyendo que en cualquier momento el podía venir de Europa y abrazarme!-puse mis manos en mis rostro. Las lágrimas comenzaron a caer-¡Odio llorar!.
-¡Entiéndelo!-me sujetó de los hombros-¡El ya murió!-me jaloneo-¡Pero tu madre aún sigue viva! ¿Qué acaso no lo entiendes? Yo no tengo a mis...
-A tus padres, bla, bla,bla-rodé los ojos-Lo se, pero dime...¿tu aún hablarías con tu madre cuando ella te engañó por años?.
-Si-suspiro-Porque es mi madre...
-Si, ya cállate, no me importa saber sobre eso-me cruce de brazos.
-¡Ese es otro de tus problemas!-me señalo.
-¿Cual?-levanté las manos implorando no tener otra discusión.
-Que no sabes escuchar-sus labios temblaban.
-¡Deja de buscarme defectos!-lo empuje-¿Qué acaso quieres saber los tuyos?.
-¡Dimelos!-se palmeó el pecho como Tarzan.

Estaba lista, el tenía una larga lista de defectos y era tiempo de echárselos en cara. Iba a levantar la cara y decirle que el no era tan perfecto como creía, al menos menos minimizar un poco aquel ego que tanto me enfadaba, haciéndole ver que ningún ser humano podía ser perfecto, todos teníamos nuestros errores y faltas.

-¡Eres un menso!-el se río-¡Tu trasero es más grande que tu ego!.

Un completo error sin reparación ¿porqué siempre soltaba las palabras a lo tonto? Hacer eso me traía horribles consecuencias.

-¿Encerio?-dio una carcajada.
-¡No!...¡Tu ego es más grande que tu trasero!-me sonroje-Eso quería decir...
-¿Otra cosa?-levanto los hombros.
-Que cambias a la gente como si fuera tu propiedad...
-Es divertido-se encogió de hombros-Te pareció divertido ¿no?-lanzo una carcajada.

Quería golpearlo en ese mismo instante, por supuesto que no me parecía divertido, ni un poquito de gracia le encontraba al hecho de cambiar a la gente, de cambiarme a mi.

Conociendo a chica mala ;)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora