Capitulo 32: Espantosa noticia.

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A las 10:00 de la mañana me dieron de alta del hospital, no había sido nada más que un duro golpe, pero la sorpresa que me lleve al mirarme en el espejo fue una larga línea roja en mi frente, no podía creer que esa tonta línea había arruinado mi bello rostro, no era tan visible pero sabía que estaba en mi frente y eso me daba un poco de inseguridad, por primera vez en mi vida había sentido inseguridad, sólo un poco, pero la había sentido.

Durante el transcurso del camino a casa no tuve conversación alguna con mi madre, pero me decidí que era tiempo de aclarar las cosas.

-¿Algún secreto que me ocultes?-le dije a mi madre.

Mi madre trago saliva y miro por el retrovisor, sabía que estaba pensando en una forma de librarse de aquella pregunta.

-¿Porqué crees que te estoy ocultando algo?-me miro un poco.
-No hace falta ocultarlo, lo se todo-apague la radio-Suéltalo.
-¿Lo sabes? ¿Cómo?-se mordió el labio-Querida no sabía como decirlo...

Fácil, sólo tenía que llegar y decirme "Hija, me bese con tu mejor amigo Ron" ya fin, yo lo entendería. Okay, no lo entendería y no sería fácil de decir.

-Tu te veías tan feliz con tus amigos que no tuve la ocasión de decírtelo, fue muy difícil para mi superarlo, no imaginaba lo duro que podría ser para ti, tu lo amabas demasiado y el que se fuera de tu lado, no, no se me hacia correcto arruinar tu felicidad y decirte la verdad...

¿De qué demonios estaba hablando? No le entendía en lo absoluto.

-¿Qué...que estas diciendo?-fruncí el ceño.
-¿De qué secreto hablabas?-mi madre paró el auto aún lado de la calle.
-Cuando te besaste con Ron-dije toda confundida.

Al parecer al escuchar eso a mi madre le cayo como un balde de agua fría.

-Ah eso-asintió lentamente.
-¿así que no es lo único que me ocultas?-ella negó con la cabeza-¿Qué más secretos hay?.
-Carrie, olvida todo lo que te dije-mi madre acostó su cabeza en el volante.
-¿Cómo quieres que lo olvidé?-suspire-¿De qué estabas hablando?.
-Carrie, tu padre falleció-dijo mi madre con lágrimas en los ojos.

Y a mi eso me cayo como un balde de agua fría.

-Eso no es cierto, mi...mi padre...está en Europa-tartamudee.
-No mi amor, el falleció en un accidente aya en Europa, es por eso que ya no te llegaban cartas de el-se limpio las lágrimas del rostro-Carrie, como lo siento por ocultártelo.
-¿No me lo dijiste? Hace mucho que ya no me llegaban cartas de el ¿Todo este tiempo lo ocultaste? Me has mentido, a mi y a mi hermana-negué con la cabeza.
-Tu hermana lo sabe, estábamos de acuerdo en no decirte, te destruiría por completo.
-Siempre he estado destruida, cuando mi padre se fue a Europa una parte de mi alma se destruyo, el se fue hace mucho a Europa, así que si, todo este tiempo he estado destruida por completo-susurre-Pero no, no puede ser, el aún vive, tu sólo estas de broma.
-Carrie, no es así-la mire con ojos vidriosos.

No podía creérmelo, el mundo se me vino abajo al escuchar aquella noticia, sentí que no podía respirar y el pecho se me oprimía, mi respiraciones eran agitadas y temía tener algún ataque de asma. Me aferre a la manilla del auto y la abrí. Salí del auto a toda prisa mientras mi madre gritaba mi nombre, en ese preciso instante mientras el cabello me envolvía la cara me agarre llorando, la persona que más amaba en el mundo se había ido y mi madre me había mentido. Este día no quería estar en mi propia casa, sentí calambres en mis piernas y sentí perder el equilibrio. Tomé un camión y me acorde de la dirección de Daemon, lo se, el peor lugar a dónde podía ir pero creo que era el lugar más cerca de mi casa, no era que estuviera muy cerca como a tres cuadras, pero no era extremadamente lejos y aparte sabía de memoria su dirección, extraño, lo se. Apoye la cabeza en el vidrio del camión y desee que eso no hubiera sido cierto, me agarre llorando nuevamente ignorando que el chofer del camión me miraba extrañamente preocupado. Era la única que se encontraba en el camión sin contar al chofer, miles de emociones me recorrieron y sentí estar tan jodida, emocionalmente y físicamente. Ya no me sentía como aquella Carrie fuerte y capaz de vencer cualquier obstáculo, no me sentía como aquella Carrie segura de sí misma y orgullosa,no, en ese momento Carrie Steele no se me hacia conocida, estaba muerta en vida y más que destruida.

Cuando llegue a la casa de Daemon me di cuenta que lo que había hecho había sido una estupidez así que me decidí por salir de ahí lo más rápido posible, pero cuando me di la vuelta la hermana de Daemon vestida con ropa deportiva venía hacia mi con su perro Chihuahua cargado en sus brazos.

-¿Qué haces tu aquí?-frunció el ceño y sacó sus llaves de su bolsillo y las metió en la manija.
-Ya me hiba-sonreí fingidamente con los labios cerrados.
-¿Haz estado llorando?-se sorprendió.
-No, sólo es...-intenté pensar en algo convencible-sudor por los ojos.

Vaya, pero que convencible eres Carrie .

-¿sudor por los ojos?-murmuro-No sabes mentir Carrie Steele.
-Ya me lo han dicho-suspire.
-Anda, pasa Steele-me sorprendí muchísimo-¿Crees que te voy a dejar afuera? Nos odiamos, pero no soy tan mala, aparte has venido aquí a ver a mi hermano ¿cierto?-asentí-Entonces pasa y vuela a sus brazos.
-¿Estas así de feliz porque volvió Sam?-le pregunte.
-¡Si!-grito de alegría-No te sientas mal, sólo es amiga de Daemon-me sonrio-Durante poco tiempo-susurro y yo reí, mi primera risa del día.

Cuando pase a la casa de Daemon mire que la casa seguía igual que la última vez que la vi, hermosa y agradable.

-¡Daemon!-grito Fanny-¡Tienes visita!.

Daemon bajo corriendo las escaleras con una sonrisa en su rostro pero al mirarme fijamente su sonrisa se le borró del rostro y trago saliva lentamente como si mi llegada hubiera arruinado su día.

-¿Qué haces aquí?-dijo Daemon.
-¿Esperabas a Sam?-levanté una ceja mientras sonreía fingidamente, de nuevo.
-Nada de eso-negó con la cabeza-Sólo me sorprende y...¿Has estado llorando?.

Malditas lágrimas ¿Porqué demonios no son invisibles? Bueno, si mis lágrimas fueran invisibles no me importaría estar llorando todos los días y es que las lágrimas ¿son tan notables? Por supuesto que si, no sólo las lágrimas si no lo que queda de ellas, ojos rojos llenos de dolor, alegría, euforia, pánico, tristeza o de distintas emociones inexplicables.

-Si-asentí-necesito hablar contigo.
-De hecho, estaba en camino de ir a tu casa-me enseño las llaves de su auto-¿Te sientes mejor?.
-Si, pero por el momento no quiero estar en casa-baje la mirada.
-Bueno, aún nos queda mucho día por delante, vamos, hay que divertirnos-me tomo de la mano y salimos de su casa apresuradamente.

Conociendo a chica mala ;)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora