Capitulo 47: Su madre.

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-¿Te sientes bien?.

Pregunto mi madre al ver que sólo murmuraba palabras que ella no entendía, me creía una loca cuando le miraba la cara sin decir nada y con los ojos bien abiertos.

-¡Daemon!-grite y él se giró hacia mi confundido-Ven aquí-vino hacia mi.
-¿Que pasa?.
-¿Donde esta Sam?.

Era necesario encontrar a Sam y hablar con ella pero si ella no estaba en ningún lado seguramente era la sospechosa número uno del secuestro de Fanny.

-Ah no lo se-se encogió de hombros.
-Son novios, dime donde demonios esta...-mire a mi madre quién se le tornó la cara roja.
-¿Que pasa aquí?-dijo en tono enfurecido-¿No que ustedes dos eran novios?-nos señalo.
-Mamá es una larga historia-intente calmarla. Apenas nos habíamos reconciliado no podía ser que termináramos peleadas.
-Quiero oirla.
-Carrie y yo terminamos-dijo Daemon.
-Mentira-Daemon se giró hacia mi y me artículo con sus labios "¿Qué haces?"-No le puedo mentir a mi madre, tonto.

Mi madre vio con cara enfurecida a Daemon y eso me hizo sonreír demasiado.

-Te explico madre-suspire-Son mis cosas no tus cosas así que ahora sácame de este maldito hospital y llévame a mi maldita casa ¿Esta bien?-estaba enfadada.

Por supuesto no le iba a explicar a mi madre lo del trato, para nada, no era tan tonta o tan buena hija como para decírselo. Yo no le tenía mucha confianza como para contarle mis cosas.

-¿Porqué?-contesto mi madre.
-Mamá.
-¿Porqué?-repitió.
-Por favor-susurre.
-Esta bien-dijo contenta.

Me despedí de Daemon y le desee la mayo suerte posible para que encontrara a su hermana. No era momento de decirle que Sam se había llevado a su hermana, no sin tener pruebas.
Inhalé el dulce olor de mi casa mientras mi madre preparaba galletas, apostaba que este iba a ser el único día de mi vida en el que mi madre se comportaba cariñosamente conmigo, eran sus intentos fallidos para que me acercara a ella.
Subí a mi recámara, no tenía apetito y menos apetito de las galletas de mi madre, apostaba a que le quedarían todas quemadas.
Abrí la puerta de mi habitación y me quede realmente sorprendida con mi habitación y tarde un momento en darme cuenta que la había cambiado debido al trato, mejor dicho que la habíamos cambiado Daemon y yo. Comencé a recordar cada momento juntos, comencé a acordarme de esa vez que creyó que era niño, de esas veces que nos peleábamos, de esas veces que reíamos, sin duda eran bellos momentos, lo admitía. Me recosté en la cama y comencé a mirar el techo, mis pensamientos comenzaron a fluir y me di cuenta que tenía que hablar con Daemon ¿Qué otra persona se llevaría a Fanny que no fuera Sam? Estaba segura, demasiado segura para ser verdad así que me arme de valor, tomé un suéter de color menta; por mi mala suerte Daemon me había tirado mi preciosa ropa negra. ¡Al diablo! el suéter color menta me gustaba.
Baje corriendo las escaleras y mi madre me miro desde la cocina.

-¿A dónde vas?-dejo de hacer las galletas y fue directo conmigo.
-Voy a hacer algo-me cruce de brazos.
-Acabas de salir del hospital, no te permitiré que hagas lo que tienes en mente.
-Ni siquiera sabes que tengo en mente.

Era un hecho que mi madre y yo estábamos destinadas a que siempre teníamos que estar peleando.

-No, no irás a ningún lado-me tapó la puerta.
-¿Que te sucede?-puse las manos en mi cintura-Cuando quiero salir salgo, sin importar lo que digas, me oíste bien, no me importa lo que digas ¿De acuerdo?.
-No dejare ya que me manipules, ni que me faltes es respetó, Carrie-me sujetó del lóbulo de la oreja-Vuélveme a decir eso y te agarró de las greñas, entiende que soy tu madre.
-¡Déjame!-me sentía como una niña-¡Aaaau!¡Me duele!.
-Si no quieres que te trate así entonces comenzarás a comportarte-me soltó-Ya no hay salidas de casa, sin malas palabras, harás quehaceres...

Conociendo a chica mala ;)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora